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Salió por un estrecho conducto de ventilación que comunica la sala de presos con un patio interno.
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Se llama Juan Eduardo Bovino, tiene 21 años y está acusado de quemar una casa de barrio Chalet, dentro de la cual estaban una madre -que falleció- y sus tres hijos que resultaron con quemaduras pero sobrevivieron. Fue imputado ayer por el homicidio, hoy iba a ser sometido a una rueda de reconocimientos, pero se escapó.
Alto, pero muy delgado y con una agilidad propia de un acróbata, Bovino aprovechó un descuido de la guardia policial para romper la tapa del sistema de ventilación de la sala de presos, se colgó de la pared y se deslizó por un estrecho conducto que lo colocó en un patio interno (patio sur-oeste), a través del cual buscó la salida y escapó.
La fuga se produjo entre las 9.30 y las 10 de la mañana de este jueves, en el subsuelo de los tribunales de calle San Jerónimo al 1500, en el casco histórico de la ciudad. “Juancito”, como lo apodaban en el barrio Chalet, atravesó la remozada plaza 25 de Mayo y se perdió en medio del desconcierto de los encargados de la seguridad del edificio.
Reconocimiento
Fuentes oficiales confirmaron que la custodia del muchacho estaba a cargo de la Dirección de Coordinación de Traslados Judiciales del Ministerio de Seguridad; y no de la guardia de tribunales, como se dijo en algún momento.
Bovino había sido imputado un día antes por el delito de “homicidio calificado por alevosía y por haber sido perpetrado con un medio apto para generar peligro común” (el fuego pudo extenderse a casas vecinas y causar más víctimas, según determinaron los peritos) y “tentativa de homicidio” de los tres hijos de la víctima fatal.
La fiscal de la Unidad de Homicidios del Ministerio Público de la Acusación, Ana Laura Gioria, había solicitado su traslado esta mañana para practicar una rueda de reconocimientos, medida que no pudo concretarse por motivos ajenos a la fuga.
Habitualmente los sindicados autores de delitos son expuestos detrás de un vidrio, junto a otras personas de características fisonómicas parecidas, que suelen ser otros presos que también se encuentran alojados en tribunales. En esta oportunidad, y ante la gravedad del delito cometido, los otros internos se negaron a practicar la medida, e incluso amenazaron con “molerlo a palos” si los colocaban en un cuarto a solas para el reconocimiento.
De nuevo prófugo
Bovino está acusado de matar a Carla Rivas, de 35 años, en horas de la siesta del 1° de diciembre de 2017. El episodio que se investiga tuvo lugar en una precaria vivienda de calle Santiago de Chile al 900, en barrio Chalet, donde la mujer vivía con sus tres hijos, de 20, 18 y 12 años.
En el momento del ataque estaban los cuatro adentro. Según trascendió, primero agredió a la mujer violentamente, luego roció todo el lugar con nafta o alguna otra sustancia inflamable y finalmente prendió fuego, antes de escapar (se trata de determinar si un cómplice lo esperaba afuera en moto). La dueña de casa quedó atrapada en una habitación. Sus hijos, en el comedor.
La mujer murió en el lugar. Sus dos hijos mayores fueron trasladados al Hospital Cullen, donde permanecieron internados por casi una semana. El menor, con gravísimas quemaduras, debió ser asistido por mucho más tiempo en el Hospital de Niños. Los tres fueron rescatados por vecinos que rompieron las aberturas para ayudarlos a ponerse a salvo.
Por ese crimen fue detenido este lunes 21 de mayo, en horas de la noche, calle Zabalía al 300, en barrio Centenario. Tras la imputativa formulada el miércoles, la fiscal iba a pedir la prisión preventiva en una audiencia programada para este viernes en horario a confirmar.
Lastimado
Fuentes de la investigación señalaron que por las características del conducto por el cual salió Bovino, podría presentar alguna lastimadura, incluso no se descarta que tenga alguna afectación en su motricidad, como lo es una renguera. En cuanto a sus características físicas, es delgado y alto y tiene el pelo semilargo con claritos, informaron.
Refuerzan custodia
La fuga de Juan Eduardo Bovino tiene un efecto directo no sólo en las víctimas que sobrevivieron al ataque, sino en aquellos habitantes de barrio Chalet que estaban citados para declarar o declararon en la causa.
En ese sentido, la fiscal de la causa, Ana Laura Gioria, habría ordenado reforzar la custodia a la familia de la víctima y el domicilio donde se produjo el incendio, informaron fuentes del caso.
Además, se brindaron datos concretos a la Policía de Investigaciones (PDI) para que lo busquen en los lugares que fueron materia de investigación durante casi medio año en que Bovino se mantuvo prófugo de la Justicia.