Preparen, apunten, disparen. TyC Sports, Diario Olé, La Nación, Clarín, FM deportivas...ahora Página 12. Cualquier medio de comunicación nacional que se le cruza, Pablo Lavallén lo usa y se sube. Si bien pasaron varios meses desde que Colón perdió la Final Única de la Copa Sudamericana, el ex entrenador (sorpresivamente sin trabajo) sabalero parece que la sigue jugando. A su estilo.
Ahora, fue el turno de "Página 12", acaso el "menos deportivo" de los medios que eligió en este exilio deportivo sin dirigir más a ningún equipo. Pero, sin dudas, Lavallén con el paso del tiempo parece endurecer el mensaje y sacar a lavar afuera la ropa sucia. Los famosos trapitos, al sol. Ese sol que nunca asomó en La Olla.
"Para nosotros como cuerpo técnico la experiencia de Colón fue excelente. Los nueve meses que trabajamos en el club pudimos competir al máximo nivel en tres torneos: el local, Copa Sudamericana y Copa Argentina. El tema es que enfrentamos ciertas dificultades que tiene un club como Colón", comenzó relatando.
"Para jugar un partido contra Zulia en Venezuela teníamos que ir a Ezeiza primero; ahí ya tenés seis horas de micro, y después el avión. Y para volver era lo mismo. Son doce horas más de traslado a diferencia de un equipo de la capital y eso te achica el tiempo de recuperación. En nueves meses jugamos 36 partidos, un partido cada cuatro días. No tuvimos el tiempo que nos hubiese gustado para trabajar con los entrenamientos de adquisición de conceptos", agregó Lavallén.
Al ser consultado por esos "problemas" que debió atravesar como jefe de cuerpo técnico en Colón, dijo: "Los problemas, más que nada, se dieron cuando llegamos. Llegamos a un club en el que se decía que había mucha desidia. Los mismos jugadores lo decían. La primera charla que tuve con el plantel fue para comprometerlos con la competición, pero en el medio como contraparte el jugador te decía "Bueno, pero ahora cuando vayas a hablar en la utilería y te digan que no hay ropa o que la ropa no la lavaron y la tenés que usar sucia".
En el mismo sentido, contó una anécdota vinculada a PR10, jugador-franquicia y referente de su plantel finalista: "El Pulga Rodríguez, por ejemplo, tuvo que hablar con la Cervecería Santa Fe (N.de R.: sponsor del club) para que vinieran a hacer los vestuarios nuevos y les pusieran los casilleros a cada uno de los jugadores. Había un banco largo como en una canchita de fútbol 5. Y frente a eso teníamos dos caminos: o nos amoldamos a la estructura del club o salíamos a hacer lo que hicimos, que fue luchar contra eso para conseguir cosas".
Lejos de bajar el nivel de su mensaje, Lavallén fue por más: "Fue un doble laburo que nos terminó desgastando. Desde lo deportivo fue lindo pero desde lo institucional estábamos como en un velorio por el estrés que significaba convivir y luchar permanentemente contra gente que supuestamente estaba de tu lado".
Luego de esa postal con las 40.000 almas sabaleras copando Paraguay, Pablo Lavallén habló de la gente, de los hinchas de Colón: "Tengo un sentimiento ambiguo con el trato de la gente. Lo de Paraguay nunca lo ví; sentir lo que sentí cuando entramos a la cancha fue maravilloso y era para sacarse el sombrero. Al día de hoy lo sigo viendo y se me pone la piel de gallina. Ahora, si vos vas y preguntás en Santa Fe qué pasa con nosotros, pienso que todavía somos resistidos. A una gran parte de la gente, la que se hacía escuchar por la prensa, nunca le pudimos entrar como cuerpo técnico".
En este explosiva entrevista con "Página 12", el ex DT de Colón remató: "Eso me deja un sabor agridulce. Es como que no terminan valorando lo que llegó a alcanzar el equipo. En mis redes sociales todavía me siguen insultando porque perdimos la final, pero nadie se da cuenta que nosotros agarramos un equipo con problemas de descenso y que por primera vez en 115 años lo pusimos en una final. Y también por primera vez lo hicimos llegar a cuartos de final en una Copa Argentina, cuando antes nunca habían pasado la primea fase".