Tomás Rodríguez
El 6 de octubre de 1974 convertía siete goles en la goleada de Banfield a Puerto Comercial de Bahía Blanca en el viejo Nacional. Después, la Afa lo sancionó por un doping positivo en un partido con River, pero descubrieron que fue por error. Hicieron un partido en desagravio. Un jugador de Puerto Comercial dijo que el partido fue “entregado”.
Tomás Rodríguez
Han transcurrido cerca de 46 años, cuando el inolvidable centrodelantero Juan Alberto Taverna, de 26 años, tuvo su jornada de gloria el 6 de octubre de 1974 en la mayor goleada de la historia del profesionalismo argentino en Primera, cuando Banfield se impuso 13 a 1 a Puerto Comercial de Ingeniero White (Bahía Blanca) por el antiguo torneo Nacional. Pero su historia fue muy particular, más allá de los 72 goles convertidos en 172 partidos.
Recordó el artillero surgido en el club Sportivo de 25 de Mayo, su lugar de origen, que pasó luego a las inferiores en Estudiantes de La Plata y tuvo su debut en la categoría superior frente a Atlanta en 1968, donde permaneció hasta 1971 en los años de gloria del Pincha. En ese periodo brillante del equipo conducido por Osvaldo Zubeldía se adjudicó en tres ocasiones la copa Libertadores de América, la Intercontinental y la Interamericana donde jugaban Alberto Poletti, Eduardo Luján Manera, Aguirre Suárez, Raúl Madero, Oscar Malbernat, Carlos Bilardo, Carlos Pachamé, Eduardo Flores, Juan Ramón Verón, Felipe Ribaudo, Juan Echecopar y Marcos Conigliaro, entre otros.
No tuvo continuidad en esa etapa gloriosa del conjunto dirigido por Osvaldo Zubeldía: en solamente siete partidos marcó 20 goles. Se cansó de ‘hacer banco‘ por las notables actuaciones de Conigliaro y se fue a Veracruz en México, por un tiempo breve, para volver al país y jugar en Banfield en 1972.
El delantero central de piernas gruesas en el ’73 fue requerido por el Club Murcia partió a España, por un año y medio. En su regreso a Banfield, en 1974, dejaría un récord en el fútbol profesional de Argentina.
El 6 de octubre, por la décimosegunda fecha del torneo Nacional, el “Taladro” fue una máquina de hacer goles, 13 a 1 fue el resultado final. Hubo un penal para Banfield a los 88 minutos. ‘Todos mis compañeros querían que llegara al récord histórico y me dejaron ejecutar la pena máxima. Conseguí mi séptimo gol y cerramos marcador”.
En el fútbol argentino desde 1931 y además dejaba su marca personal con 7 goles en un partido: siendo el primer hecho para ser recordado por estadísticas.
Taverna continuó jugando en Banfield y al otro año, el 16 de marzo de 1975, durante la séptima fecha, Banfield fue local en el estadio de Racing Club, ante River Plate. Ganó el equipo de Angel Labruna (que sería campeón) con goles de Carlos Manuel Morete y Norberto Alonso de penal, mientras Taverna anotaba para los verdes y blancos.
El famoso error de Afa
Al goleador de Banfield le tocó el sorteo en el control antidoping. Días después, desde la AFA comunicaron que dio positivo y lo suspendieron por un año, “por uso de estimulantes prohibidos”.
Su compañero, Juan Roselli, recordaba: “El plantel de Banfield nunca desconfió de él. ¡Si no tomaba ni una cafiaspirina!. Juan utilizaba un inhalante por un problema que tenía en la nariz, nada más. En el examen antidoping le salió una sustancia que sólo podía soportar un caballo de carrera”.
Pasaron seis meses y desde la Afa admitieron que había sido un error porque hubo anomalías en la toma de la muestra. Era inocente y debió estar medio año sin jugar.
Partido de desagravio
Entonces, se armó el llamado “Partido del Desagravio”, que se jugó en Banfield entre el local y un combinado de Futbolistas Argentinos Agremiados. “¿Quién me devuelve estos seis meses perdidos?”, decía Taverna.
“No admito que se me enlode y sea damnificado o víctima de un daño moral irreparable”. El fútbol le iba a dar una palmada en la espalda y fue cuando a principios de 1976 pasó a Boca Juniors, el equipo que armó Juan Carlos Lorenzo. Llegó junto a Hugo Gatti, Rubén Suñé, Franciso Sá, Jorge Benítez, Carlos Veglio, Osvaldo Gutiérrez, Jorge Ribolzi, etcétera.
En ese plantel, ya estaba el mendocino Darío Felman y fue una temporada favorable al xeneize porque fue campeón del Metropolitano y del Nacional. Taverna jugó 28 partidos y aportó 10 goles. En 1977 y 1978 actuó en Gimnasia La Plata con 30 años, “cuando no actuaba con acierto, la gente me recordaba el pasado en Estudiantes” y decidió retirarse con 172 partidos en Primera y 77 goles convertidos.
En 1999 estaba de vacaciones en Pinamar y sufrió un infarto cerebral que derivó en una parálisis de la parte derecha de su cuerpo y le generó complicaciones para hablar.
Despedida y muerte
En 2014, cuando se cumplieron 40 años del 13 a 1 recibió un caluroso homenaje en Banfield, la despedida para un hombre honesto, leal y solidario. Un mes después, el 7 de noviembre moría a los 66 años el hombre de los siete goles y del primer doping positivo, pero equivocado, de la entidad rectora del balompie nacional.
Colón empataba con Jorge Newbery
Ese mismo día, en la cancha de Sarmiento, Colón igualaba 0 a 0 con Jorge Newbery de Junín, equipo que había conseguido la clasificación para disputar aquel viejo Nacional.
En Colón, el entrenador era Rubén Cheves y ese día formó con Costantino; Vázquez, Mariano, Trossero y Montagna (Iman); Borgna, Zimmermann y Carlos López; Funes, Olmos y Lamberti.
Por su parte, Jorge Newbery lo hizo con Gironacci; Vilchez, Sharry, Medina e Isamat; Burgos, Zunino y Acosta; Cavagna, Cadile y Molina.
El día anterior, peleó Monzón
El día anterior a aquel de los 7 goles de Taverna, es decir el sábado 5 de octubre de 1974, Monzón defendía la corona mundial en el Luna Park y le ganaba por demolición al australiano Tony Mundine en una brillante actuación.
Ese fue el corolario de otro año muy recordado en la vida del campeón mundial, pues en febrero de 1974 le había ganado a “Mantequilla” Nápoles, en lo que, para muchos, fue su actuación más espectacular del reinado entre los medianos.
Ese día también jugó Unión. Lo hizo por el torneo de la B, en cancha de Dock Sud, ante el local y lo derrotó por 3 a 1.
“Ese partido fue entregado”
Rubén Viani era mediocampista en Puerto Comercial de Bahía Blanca, había llegado al club para jugar el Nacional proveniente de Deportivo Riestra. En una entrevista que hizo con El Gráfico describió: “El partido con Banfield fue entregado. Los jugadores que eran de Bahía Blanca no querían salir a jugar, en protesta porque nosotros cobrábamos y ellos, que eran del lugar, tenían que salir a trabajar para ganarse el pan. Si hasta tuvo que intervenir gente de la AFA... A medida que pasaba el tiempo iba creciendo la discordia entre ellos y nosotros, los de capital”.
Además, amplía: “Pasaron cosas increíbles ese día, adentro de la cancha. Los jugadores le regalaban todas a Juanchi Taverna. Uno llegó a sentarse arriba de la pelota... Una cosa insólita. Pero en ese momento no se tomó conciencia de la goleada”. Historias de aquellos tiempos.