La dirigencia sabalera convocó a una conferencia de prensa para este miércoles, a las 19, en el estadio. Si bien se desconocen los motivos puntuales, se supone que en ese encuentro estará el presidente José Néstor Vignatti y que aprovechará para agradecer al pueblo sabalero por la impresionante movilización del fin de semana a tierras paraguayas.
De todos modos, el presidente de Colón, al que le “pegó fuerte” la derrota del sábado en la final jugada en La Nueva Olla, no eludirá temas y se referirá a todo lo ocurrido en estos días y a lo que puede llegar a pasar en el futuro.
Por lo pronto, a Colón le quedan cuatro partidos por delante: dos de local ante Estudiantes y Aldosivi y dos de visitante frente a Vélez y Arsenal. Ni por asomo se piensa en algo que pudiese alterar el normal desarrollo del trabajo, pensando en estos partidos. Más precisamente, no hay chances de que se tomen decisiones respecto de la continuidad del entrenador, si es que alguno puede pensar en esto. Si hay algo que no se quiere, es que el año termine como finalizó el anterior, con un entrenador interino con poco tiempo para trabajar con el plantel, algo que terminó siendo perjudicial para un hombre con tanta atracción popular en el club, como Esteban Fuertes.
Es decir, con Pablo Lavallén encabezando el proceso, Colón intentará sumar la mayor cantidad de puntos en estos cuatro partidos, con el objetivo de mejorar un empobrecido promedio.
Tanto Banfield como Rosario Central alcanzaron la línea de los sabaleros (77 puntos), aunque Colón tiene un partido menos que los arriba mencionados. El último que se está yendo al descenso es Patronato, que suma cinco puntos menos que los tres anteriores (el equipo de Mario Sciacqua tiene 72) y Central Córdoba está por encima pero con la particularidad de que si gana un partido sube bastante pero también lo baja si pierde, por el hecho de que sólo divide por la cantidad de partidos que ha jugado en este campeonato.
Pablo Lavallén será el encargado de conducir este proceso post pérdida de la final, aunque hay que abrir un signo de interrogante respecto de su futuro. Las derrotas ante Huracán e Independiente pudieron concluir ese proceso, pero fue Francisco Ferraro, el secretario técnico, quien se encargó de bajar los decibeles, bajar un poco los ánimos caldeados por esas derrotas y mantener una estabilidad tambaleante.
Después, el avance en la Sudamericana (sobre todo la victoria ante Atlético Mineiro de Belo Horizonte), hizo que en Colón reinara la calma. Pero con estas caídas en la Copa Argentina (eliminado por Estudiantes de Caseros), el clásico con Unión y la final con Independiente del Valle, no es posible asegurar que Lavallén está firme en su cargo.
De todos modos, las evaluaciones se deberán sacar cuando finalice este miniciclo de cuatro encuentros que pueden cambiar los ánimos, para bien o para mal, de acuerdo a los resultados.
Otro tema a revisar es el de las declaraciones que hizo Luis Miguel Rodríguez después del partido, cuando señaló que iba a analizar cuál decisión tomar a fin de año. Su contrato vence en junio de 2021 y Colón hizo una erogación para comprar su pase. Sabida es su pretensión de incursionar en política, pero también declaró que no va a dejar el fútbol profesional por el momento. Quizás, el hecho de hacer estas declaraciones en un momento de calentura permiten suponer que podría haber un cambio de planes y que se quede en el club a cumplir su contrato. También es cierto que, con 34 años, esta chance de jugar una final continental y perderla, debe haber golpeado muy duramente al Pulga, que se jugaba un pleno total para levantar la copa a esta altura de su carrera, cuando los años que le quedan en el fútbol son escasos.