Nació a partir de un proyecto escolar y la rodaron artistas sancarlinos. Lleva por título “Ojos de niebla” y está protagonizada por los propios alumnos. Es la historia de un niño que queda ciego y de los esfuerzos de la comunidad educativa para desarrollar formatos de trabajo que permitan reintegrarlo.
Gentileza producción Los protagonistas del film son alumnos de una escuela de San Carlos Centro, que compartieron mucho tiempo con personas ciegas para moldear sus actuaciones.
Una institución educativa no se vuelve inclusiva solo a partir de la incorporación de infraestructura adecuada y profesionales formados. Sino a través de grupos humanos comprometidos, capaces de asumir la discapacidad, en cualquiera de sus fisonomías, como un núcleo temático para trabajar entre todos: alumnos, padres, docentes y comunidad en general. “Ojos de niebla”, película estrenada recientemente en el Cine Teatro Rivadavia de San Carlos Centro, es una demostración de todo esto: se gestó dentro de una escuela (la N° 356 Mariano Moreno), fue rodada y musicalizada por artistas sancarlinos, producida por una maestra, protagonizada por alumnos y aborda la problemática de las personas que padecen ceguera y sus limitaciones al momento de integrarse.
El film, cuya concreción demandó más de un año de trabajo que incluyó el acercamiento a entidades que colaboran con personas no videntes, transcurre enteramente en San Carlos. Narra una historia tan simple como elocuente: Eze, un niño de 12 años queda ciego tras un accidente doméstico.
Luego de un tiempo de convalecencia, retorna a la escuela y se topa con las dificultades de un sistema que no está preparado para afrontar tal circunstancia. Algo que queda de manifiesto en la sentencia de uno de los maestros, durante una reunión plenaria: “Atrasa a todo el grupo”. A la vez, sufre cierta marginación por parte de sus compañeros, más por ignorancia (no saben cómo lidiar con su ceguera) que por falta de afecto.
Aparecen entonces dos factores que serán claves. El primero, una compañera que intentará ponerse en su lugar para ayudarle a redescubrir el mundo desde su nueva condición. En una escena particularmente emotiva, pasean juntos en bicicleta a lo largo de un camino rural. Eze se deja conducir por su amiga y recupera la sonrisa perdida. “Estoy contenta, volviste a ser vos”, le dice ella, satisfecha. El segundo elemento que dinamiza la historia es la decisión de un grupo de profesores de proponer una actividad alternativa que le permita a Eze trabajar con sus compañeros en igualdad de condiciones. Así, transforman el habitual trabajo integrador con cartulinas en la recreación de un relato de Horacio Quiroga (el célebre “A la deriva”, incluido en “Cuentos de amor, de locura y de muerte”) a partir de distintos elementos sonoros.
El film alcanza su clímax cuando los padres de los alumnos asisten a esta puesta en escena con los ojos vendados y se zambullen en una narración que les permite agudizar el resto de sus sentidos y comprender, definitivamente, que el mundo es muchísimo más que aquello que se ofrece ante la vista.
Realizadores
La dirección de “Ojos de niebla” estuvo a cargo de Sebastián Rosado y Franco Citroni, con producción de Sandra Bessone. Los protagonistas, Adriel López, Giovanna Giacosa y los alumnos de séptimo grado 2018 de la Escuela Moreno. La musicalización la realizó Sofía Ferrero en base a temas musicales de Mariano Zottarel, Francisco Candioti, Nicolás Zurschmitten, Lucas Nausneriz y Daniel Nauneriz. La iniciativa contó con auspicio del senador Rubén Pirola, del vicegobernador Carlos Fascendini y del diputado Gabriel Real. Fue producida por escuela Mariano Moreno, Tacurú Hormiguero Cultural y Biblioteca Popular Centro Rivadavia.