Por Dra. Isabel Molinas
Por Dra. Isabel Molinas
Profesora, investigadora, gestora cultural y autora de textos críticos sobre arte y educación.
Kazutaka Ishikawa nació en Henza, una de las islas que integran el archipiélago de Okinawa, en Japón. Cuando le propusieron recurrir a su lengua materna para nombrar una nueva exposición en el marco de Foro Abierto de la Universidad Nacional del Litoral, eligió el término “nikkei” y explicó: “en un sentido estricto, soy japonés de nacimiento. Es decir, soy “issei” (primera generación y no descendiente) y así me juzgarían con un sentido ortodoxo. Pero lo que soy se expresa en mi obra, y en mi obra soy “nikkei", ya que es fruto de mi formación, heredera de dos culturas, reflejo de dos mundos.”
En la interfaz que tramita su condición de migrante y lo pone a cubierto, tanto del desarraigo como de la necesidad de traducción, sus pinturas desafían los rigores de la representación mimética. Su maestría es la forma breve, la síntesis. Detrás de cada capa de pintura, en los blancos y en las transparencias que su pincelada recorta, comprendemos las imágenes que cifran un estilo, muchas de ellas inspiradas en relatos familiares: el campo, los recuerdos de la guerra, la primavera, el mar que emborracha, su infancia, los afectos.
La fuerza del punto y de la línea sobre la mancha de color nos lleva a pensar en el legado de Kandinsky: “cada fenómeno puede ser percibido de dos maneras. Estas dos maneras no son azarosas y están condicionadas por dos rasgos: interior y exterior.” Al respecto, Ishikawa señala: “voy trabajando desde los bordes, voy experimentando”. El trazo, entonces, la tachadura, el tiempo abrasado por el fuego, la mancha en su negatividad, son puro significante que revela que el artista estuvo allí.
A partir de su formación en el Liceo Municipal de Artes Visuales de la ciudad de Santa Fe y a lo largo de más de cuarenta años, Kazutaka ha conjugado la labor artística con el trabajo docente. Los relatos de quienes fueron sus alumnos, el cariño con el que lo recuerdan y la alegría con la que celebran cada nuevo encuentro, nos hablan de un maestro memorable. Experiencias de educación artística que han ejercicio influencias profundas en cada uno de sus estudiantes. Enseñanzas que destellan en diversas historias de vida y lo convierten en un querido “sensei”.
La sabiduría presente en sus clases pero también en cada encuentro con los amigos, en sus años de militancia, en la ayuda solidaria a quienes más lo necesitan y, fundamentalmente, en cada manjar con el que agasaja a sus seres queridos, hacen de Kazutaka Ishikawa ese amigo, ese “tomo” con quien compartimos el camino de la vida.
Nikkei, sensei, tomo: tres vocablos para describir al artista, al maestro y al amigo.
Desde el 11 de julio puede visitarse en el Foro Cultural de la Universidad Nacional del Litoral
🖌 Sobre Arte Expandido
Arte Expandido es el espacio de opinión de la Dra. Isabel Molinas en el que se narran relatos sobre arte contemporáneo, gestión cultural y curaduría.