Dos delincuentes concretaron un certero golpe en la joyería Pietra’s (Aristóbulo del Valle 6400) donde, tras amenazar a la dueña, la empleada y un cliente, sustrajeron gran cantidad de alhajas y dinero.
Dos delincuentes se llevaron paños y bandejas con alhajas de oro y plata. También sustrajeron dinero en efectivo.
Dos delincuentes concretaron un certero golpe en la joyería Pietra’s (Aristóbulo del Valle 6400) donde, tras amenazar a la dueña, la empleada y un cliente, sustrajeron gran cantidad de alhajas y dinero.
El atraco se consumó el jueves a las 18.30, en momentos en que el citado paseo comercial se encontraba repleto de gente, lo que habla a las claras de la osadía de los rufianes. Quienes llevaron adelante la acción fueron dos sujetos, los que ingresaron al local cubriendo sus rostros con cascos. En rigor, uno lo tenía bien colocado y el otro a medias. Sobre éste último se alcanzó a ver que tenía barba y un tatuaje en el cuello.
A punta de pistola, los malvivientes redujeron a Lorena (42), la titular del negocio, como así también a una empleada y a un cliente.
“Ni bien entraron me pidieron que les alcanzara las bandejas con joyas. Se notó que venían preparados porque tenían un bolsita para cargar las cosas”, refirió este viernes Lorena en diálogo con El Litoral.
“Por suerte no fueron violentos. No golpearon a nadie ni nos insultaron. Lo más fuerte fue tener que ver cuando nos apuntaban con el arma”, agregó.
El botín
En dicha circunstancia los rufianes se hicieron de 7 bandejas con pulseras y anillos, además de cuatro paños con dijes, todos de oro y plata, por un valor superior a los cien mil pesos.
Los ladrones dejaron en claro también su voracidad delictiva, por cuanto también se llevaron unos mil pesos en efectivo que había en la caja.
Consumado el atraco, sus autores se retiraron caminando con paso tranquilo, aunque antes ordenaron a sus víctimas a dirigirse hacia la parte posterior del local.
Fugaron en moto
Algunos testigos narraron que una vez en la calle se fueron a bordo de una moto, de color negro, que estaba estacionada frente al comercio.
Vale acotar que el factor suerte también jugó a favor de la maldad. Las cámaras del negocio no se encontraban funcionando, debido a que momentos antes las habían desconectado para tareas de limpieza.
“Ya no sabemos cómo mejorar la seguridad. Poner un custodio en la puerta no se puede, porque para eso se necesita dinero, y como están las ventas eso no se puede hacer. Tampoco tenemos apoyo del gobierno para cuidarnos. Entonces la situación es bastante complicada”, cerró la titular del comercio.