El sábado 27, a las 17, tendrá inicio el ciclo lectivo del Taller de Lectura, dependiente del Ministerio de Innovación y Cultura.
El sábado 27, a las 17, tendrá inicio el ciclo lectivo del Taller de Lectura, dependiente del Ministerio de Innovación y Cultura.
A la espera de que concluyan las obras edilicias que se realizan en el Museo Etnográfico, que en los últimos años ha sabido albergar a este nutrido grupo de personas afectas a la lectura, las primeras sesiones se llevarán a cabo en el Instituto Argentino Germano, Juan de Garay 2957, que generosamente ha ofrecido sus instalaciones.
En la primera hora se lee sistemáticamente un texto de la literatura clásica; este año se concluirá con la lectura de “Metamorfosis”, de Ovidio, compendio de la mitología grecolatina de gran fuerza poética. Al inicio del curso se procurará ofrecer una reseña que permita sumarse sin problemas también a quien no haya frecuentado este libro. En efecto, para la primera reunión ha sido invitado el profesor de latín Silvio Cornú para que proporcione una breve introducción a la obra de Ovidio.
En la segunda parte se leerán cuentos, ensayos y poemas, que en su brevedad permitan concluirse en una o en unas pocas sesiones.
El coordinador de este taller, Enrique Butti, cuenta que a lo largo de los más de 25 años de trayectoria de esta experiencia se ha podido comprobar que nunca se deja de aprender a leer mejor y con mayor placer: “Es como esa gran definición de ‘escritor’ que dio Thomas Mann: el escritor es alguien para quien escribir resulta más difícil que para otra gente. Es decir, todo escritor importante es consciente de la complejidad, de la magnitud que encierra el hecho de escribir y sabe que nunca llegará a dominar todas sus implicancias. Consecuentemente, un buen lector sería aquél que ha comprobado (y gozado) la maravilla de que los signos encerrados en un libro o en una pantalla entren en él para transformarse en algo vital, y si se trata de literatura, ha comprobado que esos signos muertos en lo que se transforman es en otras muchas vidas y en otros mundos. El buen lector sabe que la magnitud del fenómeno crece con el ejercicio, aunque intuye también que nunca llegará a discernir todo lo que el fenómeno encierra. Por eso lee subrayando, comentando, para volver a revivir lo leído, para saber que lee para releer”.
“La lectura es un lujo a la portada de todos”, continúa Butti. “Nuestra escuela era más democrática en un tiempo, era más democrática y enseñaba que todos tenían derecho a ese lujo. Ahora no todos los maestros ni todos los profesores son lectores y desde luego no pueden transmitir lo que no son. El resultado es que por desconocimiento, por mala educación, por una ignorancia que a veces se convierte en desprecio, mucha gente se priva a sí misma de esta riqueza.
“Es verdad que la lectura tiene algunas exigencias contra las que atenta esta época que nos ha tocado vivir. Exigencias de atención y entrega, por ejemplo, a contramano del vértigo y el ruido que nos impone la industria del entretenimiento, el cholulaje, el mal gusto que insufla la demagogia del todo vale que quiere imponérsele a la actividad artística. Estas alienaciones no condicen con el ejercicio de la lectura, un privilegio que debería estar (que de hecho está) realmente al alcance de todos, como lo supieron los grandes patriotas que habían llenado la república de bibliotecas populares. Sin embargo, hoy, cuando esas bibliotecas también están a la mano a través de la electrónica, la lectura parece ser un lujo desairado.
“Por eso un taller como éste viene a crear un espacio de excelencia, de resistencia y de apertura para mantener los ojos y oídos atentos a las mejores voces que han llegado hasta nosotros a través de los siglos, de diferentes idiomas y de distancias imposibles”.
El Taller de Lectura se reúne todos los sábados y es de acceso libre y gratuito, y la inscripción puede realizarse durante las reuniones.