Alberto “Nene” Sánchez | [email protected]
Menos el 0-0, cualquier igualdad lo beneficiaba. Al finalizar el primer tiempo ganaba 2-1; en el complemento el equipo de Gorosito logró empatar pero enseguida se quedó con un jugador menos; aún así, el Sabalero no pudo aguantarlo y quedó eliminado de la Copa de la Superliga.
Alberto “Nene” Sánchez | [email protected]
Domingo de Pascuas de Resurrección. A la hora del almuerzo. Y en Santa Fe, gracias a que fue “liberado”, miles de hinchas rojinegros se “prendieron” ante el televisor para observar las imágenes que llegaban desde el estadio José Dellagiovanna, en Victoria, las que emitían el partido de “vuelta” por la Copa de la Superliga entre Tigre y Colón.
En la “ida”, en el Brigadier López, no abrieron el marcador, por eso, si este domingo el local no quería llegar a los remates desde el punto penal, debía ganar sí o sí porque el 0-0 registrado la semana pasada lo obligaba. Cualquier igualdad marcando algún gol, beneficiaba a Colón porque el tanto de visitante “valía doble”.
En la previa del encuentro no parecía mucha ventaja, pero a los 36 minutos del primer tiempo, el elenco de barrio Centenario ya se había puesto 2-0 arriba merced a los goles de Leguizamón y Bernardi (las figuras colonistas de ese período), entonces era lógico suponer que para Tigre iba a ser por demás complicado dar vuelta el resultado. De todos modos, la etapa inicial culminó 2-1 porque el árbitro Vigliano decidió cobrar mano de Zuqui dentro del área, y Janson logró descontar desde los 11 metros.
Colón logró controlar los primeros 15 minutos de la primera parte, luego inclinó la balanza a su favor en el trámite y en el marcador al promediar la misma, y terminó “sufriendo” por el descuento del conjunto de Victoria.
Igualmente, el resultado del primer tiempo fue justo, además de ser entretenido gracias a los goles. Colón fue más práctico, más eficaz, aprovechando al máximo las ocasiones generadas, en un momento del partido que le fue propicio, entre los primeros 15 minutos y la media hora de juego.
Pero el complemento fue totalmente diferente. Pero porque Colón lo quiso así. Dejó que Tigre se agrandara, no tanto futbolísticamente, sino por ganas, por empuje, tanto en el campo de juego como en las tribunas.
Así no demoró en llegar la igualdad apenas pasados los 10 minutos. No obstante, un par de minutos después, el local se quedó con un hombre menos por la expulsión del defensor Niz, derribando por enésima vez a Esparza. Y cuando Colón tenía todo “servido en bandeja” para lograr el pase a la siguiente ronda, inexplicablemente fue quedándose.
Aunque sin muchas ideas, los de “Pipo” Gorosito siguieron yendo al frente, pero el Sabalero lo ayudó mucho, porque defensivamente no mostraba seguridad, porque el mediocampo no paraba a nadie, y porque ofensivamente no generaba nada.
Entonces no extrañó lo que se veía venir. En otro de los tantos pelotazos al área rojinegra, Olivera le cometió una clara falta a “Fede” González un metro dentro del cuadro mayor y Vigliano no dudó en cobrar la pena máxima, de la que se hizo cargo Luna para poner el 3-2, lapidario.
De ahí en más todo fue confusión por parte del equipo de Pablo Lavallén, quien en la semana había dicho que “un gol nuestro los obliga a ellos a marcar dos, por lo que corremos con esa ventaja”.
Colón no hizo un gol, hizo dos. Sin embargo quedó eliminado. Jugó un buen primer tiempo, es verdad. Pero en el segundo no hizo otra cosa que “agrandar” a su adversario. Tigre ya estaba “muerto”, pero Colón lo “resucitó”. Todo hubiera sido distinto si en este domingo de Pascuas, el Sabalero hubiese puesto lo que tenía que poner...