Leonardo Pez
El cantante de Massacre conversó con El Litoral a propósito de su presentación como musicalizador en el marco de la reinauguración de Tribus Club de Arte. Será un set punk, new wave y alternativo en diálogo con la labor de su colega de banda, el guitarrista Federico Piskorz (Fico). Previamente, Fernando Ruiz Díaz, otro arriesgado que decidió salir de la zona de confort, ofrecerá sus canciones en plan solista.
Leonardo Pez
Hoy comienza la semana de reinauguración de Tribus, en su nuevo local de República de Siria 3572. A partir de las 21, Fernando Ruiz Díaz (Vanthra, Catupecu Machu) se presentará en formato solista y, entrada la noche, habrá un DJ set a cargo de Wallas y Fico, cantante y guitarrista de Massacre, respectivamente. En la previa del show, El Litoral dialogó con el líder de la agrupación que alza la bandera de la psicodelia alternativa desde 1986.
Modelo ‘80
—¿Cómo surge la idea del DJ set junto a Fico?
—Tanto Fico como yo, además de ser músicos, ejercemos una de nuestras facetas como comunicadores de la música de otros. Eso tiene, por un lado, el costado del entretenimiento y, por otro, lo didáctico: mostrar cosas nuevas, underground, de culto o clásicas. Me convocan bastante para hacerlo: la última vez fue el año pasado cuando Tony Hawk (el skater más famoso del mundo) pidió que fuera yo el que musicalizara la demostración de skate que hizo en una rampa vertical gigante.
—¿Qué podés adelantar de tu set rockero?
—Lo que voy a llevar es una lista bastante parecida a la que usé con Tony: música adrenalínica para andar en skate. Así como los Divididos dicen que son modelo ‘70, yo digo que nosotros somos modelo ‘80. A mí me gusta la new wave, el punk, lo alternativo y la psicodelia. El miércoles apunta a los tres primeros. La psicodelia va por el lado del viaje mental, en este caso yo quiero un poco más de pogo.
Después viene Fico a mover la pista como loco, ¡no sabés cómo mezcla temas, cómo mueve las perillas! Yo soy como un musicalizador de rock y él es más DJ. Vamos a estar con Fer (Ruiz Díaz). Compartimos muchas aventuras con él. Catupecu ha hecho de una canción nuestra (“Plan B: Anhelo de satisfacción”) un hit.
—¿En qué formato van a reproducir la música?
—Vamos a llevar el formato digital, que es más portable. Yo soy un amante de la calidez del sonido análogo, de las púas, las bandejas, los vinilos, lo magnetofónico, lo vintage. Pero es muy difícil de transportar. Pienso en los DJ’s de antes (de los ‘80 y ‘90), cómo hacían para llevar esas dos MK2 y encima una mixer en el medio. Es como transportar cuatro o cinco violas juntas.
Ser otro
—¿Cómo se complementan el frontman de Massacre y el DJ?
—Es necesario salirse de uno mismo, ser otro permanentemente. Si no, nos morimos del aburrimiento de la realidad. Al ser DJ, salís de tu formato y sos un analizador de la obra del otro. Cuando te gusta y lo comunicás, te convertís en una especie de crítico. Estoy seguro de que soy mejor comunicador que cantante. Si no estuviera arriba del escenario o tocando la guitarra, sería crítico o DJ o tendría un programa de radio. Estaría en la fase comunicacional, que también lo hago. El año pasado saqué un libro que tiene que ver con la historia del skate en Argentina (“Skate punk, un lunático sobre ruedas”, Sudamericana). Me gusta tener múltiples facetas.
—Alguna vez contaste que a los 18 años soñabas con tener una banda, una disquería y una marca de tablas de skate. ¿Cuánto tiene que ver la permanencia en el tiempo de Massacre con habilitar muchos proyectos a la vez?
—Es lo que hace que no nos aburramos ni nos aburguesemos. Sobre todo, que seamos siempre del club de los progres, de los que van para adelante, no de los tradi...cionalistas. Nosotros definitivamente necesitamos ser progresivos, ser progresistas, hacer cosas nuevas para sorprendernos. Hay gente que está más cómoda en una fórmula preestablecida. Nosotros necesitamos riesgos. Yo salto sin red. Necesito filo, riesgo, vértigo, miedo, pánico, fobias. Es lo que alimenta la obra de Massacre, que tiene mucho de psicoanálisis y de psicología. De hecho, uno de nosotros es psiquiatra (Pablo Mondello, guitarrista). Jugamos a llenar vacíos.
Psicodelia alternativa
—En la música que escuchás, ¿dónde encontrás el riesgo?
—El primer arriesgado de todos, mi faro, es Syd Barrett. Es el primer gran rupturista. Se dice que es el fundador de la psicodelia. A su obra se sumó la de grupos más populares y exitosos, que eran The Beatles y The Rolling Stones. A partir de ahí, los discípulos de Syd Barrett: los alternativos. El gordo de Pixies (Frank Black), My Bloody Valentine, Sonic Youth, The Jesus and Mary Chain.
Cuando era más chico, necesitaba que la adrenalina fuera el motor de mi skate: el skate punk, el surf punk, la música californiana (Circle Jerks, Dead Kennedys, Black Flag). Pero lo que más me gusta a la hora de que baje la púa es la psicodelia alternativa. Lo que hace Massacre está enraizado mucho en los ‘60, pero con guitarras distorsionadas. Cuando fuimos el año pasado a los Grammys y era todo “pop” y “latino”, nosotros estábamos muy contentos de que la psicodelia alternativa haya llegado ahí.
Santa Fe
“Tengo gente muy querida en Santa Fe, en Rafaela y en Sunchales. Tocamos varias veces: en Tribus y en el Paraninfo de la UNL. Tenemos recuerdos formales junto a otros de tocar en un lugar re contra rockero. Ahora nos morimos por ver cómo es la nueva versión”.