Enrique Cruz (h) (Enviado Especial a Mar del Plata)
Dice que “tenía un gran equipo” y que “si me daban seis meses más, lo sacaba campeón, pero no arreglaron ni conmigo ni con algunos jugadores”. También se refirió a Soldano: “Unión lo regaló. Si ese pibe jugaba en un grande, valía 20 palos”.
Enrique Cruz (h) (Enviado Especial a Mar del Plata)
Se anima a “cotizarse” y dice, sin ruborizarse, que “si hoy jugara al fútbol, valdría 20 palos”. Lo escucho decir eso y recuerdo al genial Roberto Fontanarrosa en su libro “No te vayas campeón”, cuando habla de aquél Racing del 66 de Juan José Pizzuti y, al referirse al Coco, señala que “era de esos zagueros que daba la impresión de que no había que hacerlo enojar...”.
Todavía en Santa Fe —y más en Colón— se recuerda aquél equipo del segundo semestre del 2004. Ya sin Vignatti en la presidente pero sí en la toma de decisiones- y con Darrás de presidente, Colón “tiró una canita al aire” y no sólo lo trajo a Basile, sino que llegaron jugadores de mucha jerarquía. Garcé, el “Cata Díaz”, Píccoli en su mejor momento, Bedoya, Moreno y Fabianesi con su ida y vuelta, la categoría de Totono Grisales y Giovanni Hernández, los goles de Fuertes (todavía se lamenta Basile aquella expulsión del Bichi en el partido con Huracán de Tres Arroyos en esta ciudad), los desbordes del Pipa Estévez, el equilibrio de Romagnoli en un mediocampo en el que todos iban para adelante, constituyeron un equipo que no tuvo, en la tabla y en los resultados, la directa consecuencia del juego que desplegaba.
Fue a ver la pelea de TNT Maidana acompañado de su inseparable amigo, el Ruso Ribolzi, aquél volante completo, que metía y jugaba en el Boca del Toto Lorenzo. Y habló con el enviado de El Litoral.
—¿Le gusta el boxeo, Coco?
—Me encanta... Yo fui boxeador de pibe, ¿sabías?
—Se conocen muchas cosas de usted, pero le confieso que no lo tenía en esta que me está contando...
—De pibe, allá en Bahía Blanca, en el salón de los deportes... Me gustaba tirar guantes.
—¿Qué boxeador le gusta o le gustó?
—Quedaría mal con algunos si tuviese que mencionar a uno, porque hubo grandes boxeadores... Defensivamente, Locche; ofensivamente, Monzón, que los mataba a los rivales... Pero hubo muchos y buenos, desde la época de Pascual Pérez, a quién de pibe lo iba a ver.
—¿Fue amigo de Bonavena?
—¡Claro..! Gran hincha de Huracán, estaba mucho con nosotros en esos tiempos... Ringo era un guapo... Nunca olvidaré aquella pelea del 70 con Alí, cuando lo tuvo por el piso. Pero el Negro era tremendo, Ringo hizo una pelea bárbara... Me acuerdo que todos los miércoles y sábados había peleas en el Luna Park. Nosotros íbamos a ver esas peleas porque habían verdaderos cracks.
—¿Cómo ve el fútbol argentino?
—Como siempre... Hablar de proyectos es hablar de conseguir resultados porque si no, te echan... Y así no va la cosa... Antes, los grandes ganaban fácil, ahora no es así. Se progresó tácticamente, pero se retrocedió técnicamente. Se trabaja mucho en lo colectivo, pero no aparecen esos jugadores que desequilibren... River sacó una pequeña ventaja por lo que consiguió en lo internacional.
—Chiqui Tapia dijo que lo mejor que le puede pasar al fútbol argentino, es que un club como Unión o Colón salga campeón y eso parece muy difícil en estos tiempos donde los grandes parecen cada vez más grandes y los chicos más chicos. ¿Usted opina lo mismo?
—Lo veo muy difícil a lo que dice Tapia porque los grandes tienen mucha ventaja económica, los técnicos piden cuatro jugadores y los dirigentes le traen esos cuatro jugadores, porque venden dos en millones de dólares y le dan el gusto al entrenador... Fijáte el caso de Soldano, que era figura de Unión y lo terminaron regalando por el precio que lo vendieron... Si Soldano hubiese jugado en cualquier equipo grande, valía 20 palos... Y Unión lo regaló.
—¿Qué equipo le gusta cómo juega?
—Defensa y Justicia va al frente en cualquier cancha... Y de los grandes, Racing está pasando por un buen momento y encima lo compró a Cvitanich.
—¿Está bien que Scaloni sea el técnico de la selección?
—Momentáneamente, sí. Tuvo la suerte de que los que consultaron, como el caso de Simeone, no quiso agarrar, por lo que dicen... Y bueno, él estaba ahí y se vio beneficiado.
—Usted conoce mucho al Flaco Menotti, ¿ayudará en este proceso?
—¡Por supuesto! Es inteligente, vivo, tiene clase para manejarse y decir las cosas... Yo creo que lo va a manejar un poco a Scaloni, en algunas cosas.
—¿Quién es el mejor técnico del fútbol argentino?
—El Cholo Simeone... Lo tuve en la selección y fuimos dos veces campeones, después en el Atlético de Madrid, lo conozco mucho, es inteligente. Pero lo mío es muy subjetivo.
—Qué “equipito” que armó en Colón, siempre lo recuerdo con un dirigente que estuvo muy cerca suyo en aquél entonces: Marcelo Florez...
—... Le dimos un baile bárbaro a varios grandes con ese equipo... ¡Gran equipo Colón...! Era el año nuestro... Seis meses más y salíamos campeones, pero no quisieron arreglar mi contrato, hubo quilombo con el Bichi Fuertes y con Giovanni Hernández, que era un crack... También con Moreno y Fabianesi, ¿te acordás? Hubo problemas económicos con los jugadores y conmigo, por eso me fui. Se fueron un par de jugadores importantes, como Totono Grisales y ahí se cayó el equipo... Si no pasaba eso, salíamos campeones... Te puedo asegurar que a ese equipo lo sacaba campeón... No me olvidaré jamás y es una pequeña espina que me quedó clavada.