Hernán Álvarez | Especial para El Litoral
El seleccionador nacional pasó por Provincial de Rosario con su Campus. Habló de todo: el Mundial en China, la generación actual, la Generación Dorada y el básquetbol en nuestra provincia.
Hernán Álvarez | Especial para El Litoral
Sencillo, amable y predispuesto al diálogo. Así se presenta Sergio Santos Hernández. “Oveja”, el apodo que le quedó, a pesar de que hace años que tiene poco pelo. De todas maneras, no hay una sonrisa abierta para las fotos de Marcelo Manera. Es que posa con la mejor predisposición, pero sonreír no sonríe.
La nota se produjo sobre el final de la primera jornada de su Campus en el estadio cubierto del Club Atlético Provincial en Rosario, evento que se extendió hasta el sábado pasado.
El entrenador en jefe del seleccionado argentino de básquetbol masculino pasó por la “Cuna de la Bandera” como líder del entrenamiento de cuatro días para unos 80 chicos de entre 10 y 18 años.
“Los campus llevan mucha organización, mucho trabajo previo. Yo tengo un gran staff y el director Ariel Amarillo siempre tiene todos los detalles cuidados. Una vez que empieza, después es pura energía; los chicos vienen con una ilusión increíble”.
Asegura que su figura no es la que genera atracción entre los más pequeños: “Lo que les genera placer, s tener una pelota para cada uno, ocho aros de básquetbol... Puedo estar yo o Piñón Fijo, y sería lo mismo”.
—¿Cómo ves a la Selección Argentina este año de Mundial. Es una temporada especial en tu labor como DT ?
— Sí, siempre los años de Mundial o Juegos Olímpicos son un poco especiales. Estamos muy felices de haber clasificado, muy tranquilos. El hecho de estar clasificados a China a esta altura es una bendición, porque tuvimos dudas. Estamos en pleno recambio generacional. Siempre lo estamos, pero esta vez es más poderoso. Encima con este nuevo sistema que los jugadores de Euroliga no pueden jugar la mayoría de las ventanas. A (Facundo) Campazzo, (Gabriel) Deck, (Luca) Vildoza, (Patricio) Garino los tuvimos sólo una ventana.
—¿La selección tiene un menor potencial que aquella que tenía tres o cuatro jugadores en la NBA?
—Sí. De todas maneras, no te garantiza nada tener muchos jugadores en la NBA como la gente cree. Lo que sí te garantiza es que si llegó a la NBA, por algo es. A mí me gusta más que compitan en Europa a alto nivel que en la NBA en un equipo top. Para que tengan minutos y más calidad de juego en algunos casos. La gente conoce mucho de la NBA y poco de Europa. Y en Euroliga se juega un básquetbol mucho más parecido que el que vamos a jugar nosotros en el mundial de China. No voy a engañar a la gente de decir que estamos mejor que cuando teníamos siete jugadores de la NBA. En algún momento, tuvimos a (Andrés) Nocioni, (Emanuel) Ginóbili, (Luis) Scola, (Walter) Herrmann, (Fabricio) Oberto. Todos jugadores protagonistas de equipos NBA. Eso ya es otra cosa.
—¿El equipo que se está formando tiene aptitudes para hacer un buen papel?
—Sí. Nosotros siempre queremos resultados inmediatos y a veces un mal partido te lleva...Imaginate la medalla de oro en 2004, si “Manu” no mete la palomita famosa esa, quién sabe cómo seguía el torneo después. Pero entró. O el tiro de Nocioni en Japón (en la Copa del Mundo 2006). La excelencia que tuvo esa generación a nivel juego no hubiese variado si era oro o no. Al haber sido oro olímpico todo después cambió y todos pusimos más los ojos en el básquetbol. Esta generación todavía no jugó contra ningún equipo de Europa. Nosotros estamos en América y competimos contra los que el reglamento dice que hay que competir. Cuando vayamos a Europa, veremos.
Inferiores e interior...
—¿Cómo vienen las divisiones juveniles argentinas?
— Están muy bien organizadas. El deporte en Argentina ni yo sé bien qué es, porque no hay una política deportiva muy clara. No hay una conciencia de que a los gobiernos les interesa el deporte como herramienta. Sea educativa, de inclusión, cultural, de entretenimiento y negocios porque no hay una política deportiva clara. El deporte en Argentina se hace exclusivamente en clubes. Entonces eso lo hace muy elitista. Por lo tanto, lo juegan muy poquitas personas. El básquetbol es una isla. Es un deporte muy federal, se juega en todo el país. De Ushuaia a La Quiaca. Están bien organizados los clubes. Hay campeonatos de todo tipo.
—¿Preferís que los jugadores seleccionados jueguen acá en la liga o que lo hagan en Europa?
—Argentina es buen lugar para la formación para un chico de 14, 15, 18, 20 años. Después sí me gustaría que dé sus primeros pasos profesionales en la liga y una vez que ya tenga esa experiencia vaya a Europa que es donde el techo está mucho más alto. El jugar contra los mejores todos los días lo va a hacer crecer.
—Desde 1997, hubo sólo tres entrenadores muy exitosos: Julio Lamas, Rubén Magnano y vos. Quizás sea el turno de ceder paso a técnicos como Gonzalo García o Nicolás Casalánguida. ¿Por qué no se da ese cambio?
— Uno de los grandes secretos del éxito de la selección en los últimos 20 años fue los pocos cambios de entrenadores que tuvo. Todos esos entrenadores que vos decís han formado parte de los cuerpos técnicos de Argentina. Yo puedo ser la cabeza visible o Julio, Rubén la fue en su momento. Todos esos entrenadores tienen la misma incidencia en el proceso que puedo tener yo. Si hoy yo dejara la selección, uno de mis asistentes sería el entrenador. No hay que ir a buscar afuera. Los que vos decís (García y Casalánguida) son muy buenos, candidatos a dirigir la selección en algún momento. Están o estuvieron involucrados en la selección.
—El mejor legado de La Generación Dorada, ¿es por ejemplo lo que hace Pepe Sánchez en Bahía Blanca con el proyecto de Bahía Basket?
— Hay que hacer cosas. Para semejante carrera tan larga y tan exitosa tenés que haber sido generoso, inteligente, competitivo. Iluminados. Así que hay que aprovecharlos también. Tenemos a (Pablo) Prigioni en un cuerpo técnico NBA. Pepe Sánchez con su proyecto en Bahía Blanca. Luis Scola sigue liderando la selección. Pepe regresó, apostó con dinero. No es joda.
Santa Fe, provincia “basquetbolera”
Santa Fe, como de costumbre, hace su aporte en el seleccionado argentino. Sergio Hernández cuenta con Nicolás Brussino (nacido en Cañada de Gómez), que es una pieza clave.
Mientras que Roberto Acuña (Rafaela) y Leonardo Mainoldi (Cañada de Gómez) también han sido convocados recientemente.
“Los primeros 15, 20 años de la Liga Nacional fue la provincia que más jugadores le dio a la liga. En Santa Fe se juega una gran cantidad de básquetbol, es impresionante. Todos los pueblos que hay de acá (Rosario) a Córdoba (por la ruta 9) tienen sus competencias, sus clubes. Eso en un solo sector”, comenta el DT.
Hernández amplía: “Santa Fe es una provincia muy basquetbolera. Rosario mismo es un lugar muy basquetbolero. Lo que pasa es que la gente no sabe porque no tiene básquetbol profesional y todo el foco se lo llevan Central y Newell’s, el fútbol”.
“Rosario debe ser la ciudad récord de Argentina con cantidad de equipos en torneos locales. 50 clubes jugando (en la Asociación Rosarina de Básquetbol). Es impresionante. Si Provincial siguiera en la liga, o Newell’s y Central, todo el mundo a la larga sabría que Rosario es una ciudad basquetbolera”, afirma.
El seleccionador también se refiere al peso de su deporte en el contexto mundial: “En Argentina, subestimamos un poco el básquetbol. ¡El básquetbol es un deporte a nivel mundial tremendo! Hace poquito fue elegida otra vez la NBA como la empresa deportiva más importante del mundo por sobre la Champions League de fútbol”.
Hernández también agregó que “el básquetbol tiene equipos profesionales en Río Gallegos y en Formosa. La liga de básquetbol mueve hoy un dinero anual que la gente no tiene ni idea. En deportes colectivos, primero está el fútbol y segundo viene el básquetbol, sin ninguna duda”, dice el bonaerense.
Sus comienzos
Hernández comenta que sus primeros pasos los dio en nuestra provincia. “Yo empecé por esta zona. En Cañada de Gómez (con Sport Club Cañadense), en 1990 fue mi primer lugar como asistente técnico de Julio Lamas. Dos años. Después fui tres años entrenador de Sport. ’92-’93, ’93-’94, ’94-’95. Así que a esta zona la conozco bastante”.
Admite que está en una etapa más madura de su carrera como DT. “La ambición es la misma de siempre. Cuando uno es más joven te ilusiona moverte todo el tiempo, mudarte, viajar, el desafío. Hoy me cansa un poco. Tengo 12, 13 mudanzas en mi vida y llega un momento que cansa. Y después la competencia, vivir de un resultado todo el día. Hubo 25 años de mi vida en que no sabía lo que era despertarse a la mañana sin pensar: ‘Hoy hay que ganar’. Todos los días era así”.