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Desde la Mesa Azucarera advirtieron que las perspectivas son “muy oscuras” en la actividad. En crisis desde hace años, ahora se combinan factores agronómicos, industriales y financieros que tornan inviable la continuidad de un sector clave durante 100 años en la región.
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El cultivo de caña de azúcar en la provincia de Santa Fe tendría los días contados. Tras varios años en crisis, la cuenca cañera -ubicada en el departamento General Obligado, entre El Sombrerito y Florencia- estaría transitando la que podría ser “una de las últimas zafras azucareras que se pudieren realizar en el norte santafesino”, según el documento elaborado por la Asociación Civil Mesa Azucarera y de Desarrollo Regional Santafesina.
Una zafra totalmente fuera de calendario en Las Toscas, donde sobrevive a duras penas el último ingenio tras la caída de Arno en Villa Ocampo; el desconcierto y desazón de los productores, que frente a esta situación dejaron de sembrar, además de estar endeudados; cañaverales envejecidos por la acumulación de campañas sin cosechar y bajos rendimientos de sacarosa en la industria le dan forma a una situación terminal que hasta repercute en la interrupción de los ensayos de nuevas variedades en el Centro Operativo Experimental Tacuarendí. “Muy oscuro es el panorama para la campaña 2019”, advierten desde la Mesa Azucarera.
Bajo el título “La cuenca cañera santafesina sigue en caída libre”, el comunicado de la institución sostiene lo siguiente:
Luego del desalojo de la firma Snaider S.A. del ingenio Las Toscas por parte del juzgado actuante en el mes de enero de 2018 e inmediatamente luego de regularizar las situaciones legales y judiciales y su posterior autorización del mismo a la firma Del Fabro para que realizara la zafra azucarera en el presente año, la misma tuvo sus comienzos con la molienda recientemente en el mes de octubre del año en curso. Verdaderamente fecha no recomendada, debido al deterioro de la materia prima ocasionadas por heladas y las lluvias que normalmente trae el comienzo de la primavera con sus respectivas complicaciones en el momento que las máquinas cosechadoras deben ingresar a los lotes con caña de azúcar.
Sumado a lo anterior, deberíamos decir que se encontraban cañaverales de todo tipo: lotes en muy buen estado, buenos, regulares y malos. Estos dos últimos debido a la falta de laboreo y fertilización en una parte, y por la otra, lotes con caña en pie sin cosechar en zafras anteriores de dos a tres años en algunos casos.
A la fecha, los lotes cosechados en la región arrojaron datos para nada alentadores si hablamos de continuidad de la cuenca cañera santafesina. Es decir, rendimientos medios o bajos en relación al azúcar percibido por el productor y los trash (descuentos por partes extrañas) que son excesivamente altos en la mayoría de los casos.
A consecuencia de éstos datos, un gran número de productores ha optado por destruir generalmente los lotes sembrados.
Con éstos valores el productor se encuentra frente a un escenario altamente negativo con dicha actividad. La viabilidad de seguir produciendo caña de azúcar es prácticamente nula.
Hacemos saber que la resolución tomada por la empresa que explota el ingenio Las Toscas, en primera instancia es de moler los mejores lotes que se encuentran en la cuenca cañera, ofreciendo a posterior al productor, limpiar los campos pero sin retribución alguna (dicha manifestación fue hecha verbalmente de los directivos de la empresa a los técnicos agrónomos del COET)
Verdaderamente éste abanico de situaciones afectó a todos los productores que vienen apostando año tras año a una de las actividades históricas en la región, no estando ajeno a ésta situación el Centro Operativo Experimental de Tacuarendí, el cual se vio muy afectado donde por varios años se venían relevando diversos ensayos de 60 variedades de caña de azúcar incorporadas a la región, datos que por todo lo enunciado anteriormente, no se pudieron continuar con su respectivo seguimiento debido a que los rendimientos y trash obtenidos no fueron diferenciados ni por la variedad, ni por la edad de la plantación.
Pese a todo ello, dicho Centro Operativo volvió a introducir 30 nuevas variedades traídas desde Tucumán en el mes de agosto del presente año.
Toda ésta problemática generalizada obligó -directa e indirectamente- a que en su gran mayoría el productor no siembre caña de azúcar y lamentablemente deje de apostar a un cultivo regional donde por más de 100 años fue uno de los pilares fundamentales para el crecimiento y sostenimiento de la región norte de la provincia de Santa Fe.
A pesar de los aportes realizados anteriormente por el gobierno provincial para el sostenimiento de la actividad y debido a los resultados productivos altamente negativos, hoy nos encontramos con un profundo endeudamiento del productor hacia ésta entidad.
Muy oscuro es el panorama para la campaña 2019 y el futuro de nuestra querida cuenca cañera, debido a la notable reducción de la superficie existente, sin saber cuantas serán las escasas hectáreas que quedarían en pie para los años venideros.
Quizás lamentablemente estemos hablando de una de las últimas zafras azucareras que se pudieren realizar en el norte santafesino.