Momentos de una vida

“¿Qué es el tiempo? ¿Existe? ¿Cuándo nace? ¿Para qué y por qué existe? ¿En qué me modifica? ¿Me condiciona? ¿Se mide? ¿Cómo? ¿Es una creación del hombre? ¿Se puede viajar en el tiempo?”. Esos interrogantes dan origen a “Eón”, el espectáculo del grupo Paragolpe, que se presentará este jueves a las 21, en la Sala Marechal del Teatro Municipal (San Martín 2020).

“Entendiendo que somos seres inmersos en una sociedad-cultura, que vamos andando la vida de lo intuitivo a lo racional, nos zambullimos en el enorme mundo de El Tiempo, animándonos a interpelarnos e interpretar algunas respuestas acerca de nuestras inquietudes”, afirman desde el grupo.

La puesta, se vale de “olores, sabores, colores, sonidos, danza, acrobacia, plástica, percusión corporal y de objetos, invitando a emprender un recorrido por los distintos ciclos de la vida: el nacimiento, la niñez, la adultez y la muerte”. Y expresan que para propiciar en el espectador un pensamiento reflexivo en torno al hombre y su relación con el tiempo, “transitaremos diferentes momentos, proponiendo pensarnos y repensarnos en torno a lo que creemos que llamamos tiempo y nuestras formas de vincularnos con él”.

El relato que propone “Eón” se inicia con “tres almas inmersas en una atmósfera sonora de agua (cuencos), aire (didgeridoo), tierra y fuego (tambores) y aromas a azahares y palo santo; que danzan el comienzo de la vida, el principio del universo. En movimientos espiralados y veloces, se elevan, comienzan a ser, a latir al unísono. La nueva vida comienza y en ella resuenan las voces de los ancestros, lo que traemos, lo heredado, lo que venimos a hacer, enseñar, aprender, crear, transformar y trascender”.

“Un simple objeto ya es un motivo de inspiración para crear un mundo de fantasías, para explorar, descubrir, proponer, jugar, permitirse, divertirse, crear sin miedos, donde el límite de lo posible y lo imposible se desdibuja; un mundo donde el tiempo parece dejar de existir”. Desde la fantasía propia de la niñez “los tubos sonoros se transforman en diversos objetos, animales y personajes. En esta interacción descubren el sonido de los mismos y Éstos pasan a formar el sostén musical de la escena”.

En la vida adulta, regida por el tiempo, “las personas se convierten en rígidas marionetas de un “tic tac” que los traba, detiene, retrocede, acelera y desacelera.

Los movimientos uniformes y robóticos serán el eje de esta escena que representa la rutina, el tiempo/producción, la obediencia, el aburrimiento. El sometimiento a un régimen que los convierte en engranajes de una gran maquinaria de la que no pueden escapar”.

Entendida como el final de un proceso y el comienzo de otro, de un renacer; el grupo propone un recorrido de imágenes congeladas de las escenas en retrospección. Siendo la culminación de la obra, el dar a luz.

Lenguaje propio

Paragolpe es un colectivo de artistas formados en diversas disciplinas: circo, danza, música, teatro y plásticas. Esta multidisciplinariedad llevó a confluir en un lenguaje propio que posibilita una nueva puesta en escena. El punto de partida tanto de la propuesta como del lenguaje es el cuerpo, como puente de expresión y comunicación.

Desde 2016, exploran diversos ejercicios de entrenamiento que favorecen la escucha, la concentración, la conexión grupal, la disociación, a través del juego cooperativo, percusión corporal y de objetos, acrobacias, improvisaciones de música, danza y teatro. Ampliando de esta manera, los universos conocidos de cada uno/a, y constituyendo una modalidad de trabajo de creación colectiva. El grupo está integrado por: Florencia Di Stéfano, Marcela Acosta, Emilia Wingeyer, Américo Salomone, Pablo Campos, Gisela Reyna, Agustina Schreider y Sara Casas.