Raúl Emilio Acosta
Raúl Emilio Acosta
El comercial excepcional que no vende café, sino comportamiento humano a través de estupendos actores, tiene su frase musical con ese texto: “te lo dije, te lo dije... y me lo voy a guardar...”
Refiere (ojalá pueda verlo completo, no en las reducciones) al claro comportamiento humano de los hombres, más atolondrado, y de las mujeres, más reflexivo y con mayor dominio del ayer, el hoy y el mañana. Una pareja en el desayuno. Él sosteniendo un perro de aguas inmenso y enumerando los problemas que causa. Ella, que ya sabía que semejante perro en un monoambiente no encajaría, más allá de sonreír (tomando café, mientras su inconciente dice todo lo que no corresponde decir) sugiere: “...deberíamos mudarnos a un departamento con patio...” . Se insiste, no hay medida del mayor conocimiento de la marca de café (La Morenita) pero resume el comportamiento humano como pocas en esa velocidad y con esa síntesis. La frase es aplicable. Te lo dije...
Reforma y actores
En la fracasada sesión sobre tablas, que dejó fuera de las tablas la sugerencia del Ejecutivo provincial, el asunto fue muy visible. Los diputados Luis Rubeo (h), Alejandra Vucasovich, Joaquín Blanco, Federico Angelini y Rubén Galassi (rosarigasinos nativos o por adopción) confluyeron en un punto. La reforma no está mal. Somos todos reformistas. Hubo hasta una exageración tribunera. “Si lo que molesta es la re elección... quitémosla”. Después en los diarios locales el gobernador diría lo mismo. Si sugerían quitarla ¿para qué la pusieron?
Seamos serios. Si esto es así y Bonfatti (el gran actor callado en este caso) Lifschitz y Perotti (los dos con mayor intención de voto en estos días) quieren la reforma, el asunto es sencillo. En el año se resuelve porque 50 diputados de 50 se manifestaron reformistas en este agosto de 2018 que ya se fue.
Chicos. Es cerrar el tema en las comisiones que falta. Dar el dictamen, que se vote afirmativamente, que el Senado diga “okey”, que el gobernador llame a la misma y en las elecciones de 2019 otra papeleta con los 69 nombres que propone cada fuerza y listo el tema. No es difícil.
El número uno está claro... en una de esas papeletas sería Roberto Miguel Lifschitz y así, sin dudas, se convertiría en el gran elector que es.
Sugerencia. Listo. Final. Cierren una Secretaría de Estado, la secretaría de la Reforma. Estamos en tiempos de vacas flacas.
Demasiados “planes B”
Elección de congresales en 2019. La resolución que sugerimos daría sustento a un verdadero Plan B porque, como dice en el comercial televisivo en esta columna -como en muchas de otros colegas, para ser amplios-, se dijo hace tiempo que la Reforma introducida de guapo por el Ejecutivo provincial no salía. Era obvio... ¡está tratándose oficialmente en comisiones...! En el mismo tiempo y espacio.
Era y es evidente que se trataba de un claro “plan B”, semejante al del cura y los esponsales. Hable ahora o calle para siempre. Todos los radicales juraron su amor reformista. Hasta personajes laterales como Carlitos del Frade y Héctor Cavallero terminaron sosteniendo que la Reforma es buena, pero en otra oportunidad. OK. Nos vemos en 2019.
La chequera, las obras, las encuestas, la proyección nacional de Roberto Miguel Lifschitz, su alianza con Stolbizer y otros sectores progresistas mínimos en votos, pero sin mención en los cuadernos y/o fotocopias, forma parte de ese amplísimo y brumoso “plan B”.
Estudiantina desbordada
A la izquierda del socialismo en Rosario, acaso por “aburguesamiento” de éstos, una izquierda más contestataria apareció. Primero tres concejales (2015) y apenas uno en 2017 (un pastor, un hombre de fe) confluyen en lo que se llama Ciudad Futura (trabajo de campo, locación en terrenos en litigio y/o usurpados, un tambo cooperativo, dulce de leche popular... una salón cultural a veces subsidiado por el Estado municipal, otra mirada más estudiantil, más joven, más irreverente). Lo lideran la pareja compuesta por Juan Monteverde (con familia en el Campus Universitario y amistad con personalidades díscolas del más alto peronismo provincial) y su pareja, la “santotomesina” Caren Tepp.
Es en este grupo, más Carlos Del Frade y su gente, en donde un sector del socialismo piensa anclar para el 2019. Convendría leer lo que su líder dijo el último día de sesión de agosto, públicamente, en el recinto. Se reproducen sus dichos publicados en el Diario La Capital; el encomillado es por esa razón: “‘Sé que me va a interrumpir porque voy a utilizar malas palabras, señor presidente, pero la verdad que todo se va a la mierda’, arrancó sin tantas vueltas el titular de la bancada de Ciudad Futura, Juan Monteverde. A partir de ahí, el edil izquierdista descerrajó una cadena de insultos y reproches a los integrantes de la bancada de Cambiemos, en especial a quien la comanda, Roy López Molina. (...) Sin medias tintas, le espetó: ‘Cobrás 90 lucas, López Molina, rata, y con lo que valen tus zapatos viven tres familias’, mientras el macrista ya ganaba uno de los laterales seguido por sus compañeros y no pocos le recordaban a Monteverde que él también cobraba la misma cifra. (...) ‘Acá se va a hablar con respeto’, le recriminó de nuevo Roselló desde el alto pupitre de la presidencia. ‘Y yo pido que usted renuncie, señor presidente, porque éste es el tipo de democracia que proponen el PRO y Cambiemos’, le retrucó Monteverde. A esta altura, la sesión ya era para una obra de Fellini (...) Monteverde se envalentonó tanto presumiendo el protagonismo que en efecto terminó ganando, que a continuación tuvo un mal paso. O una desdichada frase. Hablando de los sufrimientos de la población y seguramente recordando los tristes episodios de 2001, avisó: ‘Cuando la gente venga a prender fuego este edificio, yo voy a estar con la gente y con la nafta...’”
Punto y aparte. Un plan B rarísimo. Lo que no fue “estudiantina” irreverente e irresponsable ( y peligrosa) fue la declaración del diputado nacional Luis Contigiani anunciando, en reportaje radial, que tomaría riesgos y se iría del FPCyS para participar en la provincia en 2019. En el 2017 no estaba el aviso de la parejita joven, el desayuno y el perro inmenso. Pero podríamos usar el verbo y su tiempo: te lo dije, te lo dije... Bonfatti y Lifschitz son autores de Contigiani.
Chicos. Es cerrar el tema en las comisiones que falta. Dar el dictamen, que se vote afirmativamente, que el Senado diga “okey”, que el gobernador llame a la misma y en las elecciones de 2019 otra papeleta con los 69 nombres que propone cada fuerza y listo el tema. No es difícil.
Seamos serios. Si esto es así y Bonfatti (el gran actor callado en este caso) Lifschitz y Perotti (los dos con mayor intención de voto en estos días) quieren la reforma, el asunto es sencillo. En el año se resuelve porque 50 diputados de 50 se manifestaron reformistas en este agosto de 2018 que ya se fue.