Juan Ignacio Novak
[email protected]
El músico actuará el viernes 7 de septiembre en la Alianza Francesa de Santa Fe. Ofrecerá un repertorio dedicado al idioma galo, donde combinará clásicos, obras de su autoría y algunas versiones de temas de Gilda y Pappo.
Juan Ignacio Novak
[email protected]
Obras cumbre de la chanson francesa, canciones de su propia cosecha y algunas composiciones de la música popular argentina versionadas en idioma galo. Ésa será, en síntesis, la composición del repertorio que el músico Pablo Krantz ofrecerá en el concierto que brindará el viernes 7 de septiembre a las 21, en la Alianza Francesa de Santa Fe. “Haré más que nada canciones en francés, combinando canciones de mis siete discos editados hasta la fecha, unos cuantos hermosos clásicos de Edith Piaf, Serge Gainsbourg, Joe Dassin, Francis Cabrel y Françoise Hardy y un par de versiones en francés de clásicos argentinos de Gilda y Pappo que vengo haciendo hace tiempo”, adelantó el artista a El Litoral. “Y dos o tres temas propios en castellano para poner un condimento autóctono en el menú”, añadió.
También se refirió a los retos que enfrenta la producción artística en estos tiempos de vértigo. “A mi parecer, el mayor desafío es no volverse obsoleto, porque en esta época de cambios demenciales, he leído por ahí que es la época de más cambios de la Historia, más aún que la época de la Revolución Industrial, absolutamente todo dura cada vez menos y todo lo que no muta desaparece. Hay que estar reinventándose constantemente, encontrando nuevas maneras de seguir en camino, de adaptarse sin traicionarse. Seguir haciendo eternamente lo mismo no funciona más”.
—Además de tu faceta de cantautor, pusiste énfasis en tu producción literaria ¿Por qué? ¿Cómo se nutren ambos universos?
—Todo lo que hago nace de dos fascinaciones que tengo desde muy chico: la literatura y la música. Logré combinar las dos cosas escribiendo y cantando canciones, pero desde siempre también escribí literatura; tengo ocho libros (cuentos, novelas y libros de reflexiones) publicados en Argentina, en Francia (en francés) y en España. Hay gente que no tiene ninguna pasión, yo cuento con la bendición, y a veces la maldición, porque el tiempo para dedicarles no es infinito, de tener dos pasiones. También he trabajado como traductor literario, acabo de editar hace poco una traducción que hice del libro “El spleen de París” del poeta francés Charles Baudelaire, y estudié Letras Modernas en la Sorbona. Estos dos mundos, la literatura y la música, se retroalimentan constantemente y contienen muchos elementos en común, como el uso de la ironía y el humor, combinado con un gran interés por descifrar las pasiones humanas, y un dejo de melancolía muchas veces. Y por supuesto en el perfeccionismo altamente obsesivo que pongo para escribir las letras de las canciones.
—Tanto en lo musical como en lo literario, señalaste alguna vez que recibiste influencias muy diversas, pero también que te la pasás “descubriendo nuevos grupos”. ¿Qué disco o que grupo descubriste últimamente y que incluirías entre tus referencias?
—Por mi absoluta melomanía, me paso el tiempo buscando nuevas músicas o nuevos grupos/solistas, lo cual no necesariamente quiere decir que sean contemporáneos, sino que son nuevos para mí. Llevo muchos años hurgando en blogs perdidos donde ofrecen joyas perdidas, discos que pasaron sin pena ni gloria hace décadas pero que contienen maravillas absolutas. Recomendaría un par de mis últimos descubrimientos: el cantante australiano Tex Perkins y la banda londinense The Clientele. Los domingos a la noche tengo un programa de radio llamado “Dos monólogos no hacen un diálogo” dedicado en buena parte a compartir estos descubrimientos musicales ignotos.
Predilecciones y proyecciones
—¿Por qué elegiste, además del castellano, el francés para tus producciones?
—Hablo francés desde que era chico y siempre he estado muy cercano a esa cultura, trabajé mucho tiempo como traductor e intérprete. Pero fue recién cuando me fui a vivir a París en 2002 que comencé a componer y cantar en francés. Terminé editando en Francia en 2007 mi cuarto disco, llamado “Les chansons d’amour ont ruiné ma vie” (“Las canciones de amor arruinaron mi vida”) todo compuesto de canciones propias en idioma galo.
—¿Quienes son tus cantautores predilectos dentro de ese idioma?
—Soy un melómano absoluto y la música francesa es inagotable, pero como cantautores favoritos nombraría a Serge Gainsbourg, Renaud, Gérard Manset, Jacques Brel, Joe Dassin, Georges Moustaki y Alain Souchon.
—¿En qué proyectos estás embarcado en la actualidad?
—Desde hace varios años una de mis actividades principales es escribir breves reflexiones que publico en las redes sociales, y la mayor parte de la gente me conoce por esa actividad. Acabo de publicar un segundo libro ilustrado recopilando muchas de esas reflexiones, que se llama “Díganle al karma que no estoy”. Y una editorial me encargó un libro basado en esas reflexiones pero que no sea sólo una suma de pequeñas frases, sino un verdadero libro que tendrá por tema las separaciones y cómo sobrevivir a ellas. Estoy intentando escribirlo en los ratos que logro robarle a mis demás actividades.
Disco
Pablo Krantz editó recientemente un disco, junto al cantante francés Fred Raspail, junto a quien hicieron giras juntos por Europa y también por Argentina, Uruguay y Chile. “Durante mi última gira europea, el año pasado, grabamos juntos en Lyon (Francia) este nuevo disco, con canciones suyas y mías en francés, castellano e inglés, e incluso una versión bastante inhabitual del tango ‘Mano a mano’ de Carlos Gardel. Es un disco en el que pusimos el énfasis más que nada en lo que suele llamarse la música roots, de raíces, lo que incluye géneros como el folk, el blues, el country, el swing, el rock al estilo de los años ’60 e incluso el klezmer”.