Gabriel Rossini | [email protected]
Aude Maio-Coliche defendió las políticas que lleva adelante el bloque europeo para afrontar el problema de la inmigración.
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La embajadora de la Unión Europea en Argentina, Aude Maio-Coliche, destacó las relaciones históricas que existen entre Europa y Argentina, que convierten al bloque de países del viejo mundo en el primer inversor y el tercer socio comercial del país; informó que solo restan temas menores en el área comercial para sellar el acuerdo con el Mersosur y se diferenció del “America First” de Trump: “Desde la UE estamos convencidos que defendemos mejor a nuestros ciudadanos cuando también promovemos el desarrollo y los derechos de la gente que no vive en Europa”, enfatizó.
-¿Como están hoy las relaciones entre la Unión Europea y Argentina?
-La UE está integrada por 28 países de los cuales 22 tienen embajada en Argentina, lo que significa que hay una fuerte presencia de los países miembros. La delegación de la UE -que está en el país desde hace mucho tiempo- tiene como tarea coordinar a las embajadas de los estados miembros y representar a la UE ante al estado argentino. Esto se traduce en un vínculo político continuo de cooperación en la escena multilateral y en iniciativas comunes a través de muchos programas vinculados a la lucha contra el cambio climático, el apoyo a las pymes, la cooperación para políticas sociales, la igualdad de género. En seguridad tenemos grandes programas. Y también está la relación comercial y de inversión de las empresas europeas en Argentina donde por el vínculo histórico, tiene muchos años y está muy arraigada en el país. La UE es el primer inversor y el tercer socio comercial de Argentina.
-¿En que estado están las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea?
-En primer término hay que destacar que se trata de un acuerdo de asociación y me gusta resaltar el hecho que es un acuerdo que tiene su componente político, de cooperación y comercial. La gente habla solo de la cuestión comercial pero es mucho más que esto. Y especialamente en el mundo de hoy donde las relaciones políticas están revueltas es importante que dos bloques tan fuertes como el Mercosur y la UE tengan una asociación para defender nuestros valores: democracia, derechos humanos, estado de derecho, multilateralismo, un mundo basado en reglas y no donde gana el más fuerte. A través de esta asociación la podemos construir.
-¿Como vive la Unión Europea el “America First” de Trump?
-El papel de cada país es defender los intereses de sus ciudadanos pero hay que ver como uno los defiende mejor. Desde la UE estamos convencidos que defendemos mejor a nuestros ciudadanos cuando también promovemos el desarrollo y los derechos de la gente que no vive en Europa. Es un equilibrio muy sabio entre mi interes y el del otro. Por ejemplo cuando la UE negocia, y es válido en el proceso que estamos llevando adelante con el Mercosur, lo que busca es un acuerdo ganar-ganar. Una negociación nunca es buena cuando hay un ganador y un perdedor. Todo el mundo tiene que encontrar su ganancia. Obviamente también tiene que dar algo, pero una negociación donde uno siente que ha perdido es una mala noticia para el futuro.
-Las medida que el gobierno de EEUU está tomando respecto a la suba de los aranceles afectan a las empresas europeas. De hecho, Merkel ha dicho que Europa no podía contar más con EEUU.
-La guerra comercial que inició Trump no es buena para la UE, para el mundo y tampoco para los estadounidenses porque lo que hemos construído en el transcurso de los años es una cadena global que hace que el comercio a nivel mundial este tan integrado que intentar romper esto es desequilibrar todo y generar efectos que no se pueden imaginar. Ahí no hay ganadores y perdedores porque no sabemos donde puede terminar. La reacción de la UE a esa manera de ver las relaciones internacionales es la de insistir en que solamente un mundo basado en reglas con gobernanza mundial a través de la OMC y otras organizaciones multilaterales es la manera de interactuar y queremos contar con socios como Argentina y el Mercosur para apoyar esto.
-¿Es optimista respecto a que se concrete el acuerdo UE-Mercosur?
-Lo soy. Es verdad que en los 20 años que llevamos negociando hubo procesos políticos internos, pero desde hace dos años todo el mundo está de acuerdo en concretarlo. Reiniciamos la tarea gracias al impulso que le dio Argentina cuando tuvo la presidencia del Mercosur los primeros meses de 2017. Hemos terminado el capítulo político, el de cooperación y falta el comercial que está muy avanzado. El tema es que hay detalles muy específicos. La parte comercial no solo son aranceles o cuotas, es también reglas de juego. Por ejemplo, como consideramos el orígen de los productos en la cadena global. Es muy difícil establecerlo. Cuales son las reglas para definir que producto es europeo, brasileño o argentino.
-Pasa entre Argentina y Brasil cada vez que hay que discutir el acuerdo automotriz que rige la relación. Lleva mucho tiempo definir cual es el origen de las piezas.
-Con la industria automotriz europea pasa lo mismo. Estas complejidades hay que atacarlas y encontrarle soluciones. No se hace de la noche a la mañana. Del lado europeo hay 28 países que se ponen de acuerdo sobre lo que pueden proponer y una persona los representa. Del lado del Mercosur, la integración es menos avanzada en materia aduanera entonces enfrente de la negociadora europea hay cuatro países. El proceso tomó tiempo pero se puede concluir absolutamente. Lo que queda por negociar son pequeños detalles en cada caso. Los tiempos juegan en contra de nosotros. Hay elecciones en Brasil, después del Parlamento Europeo. Por el momento es una política de Estado de cada lado por lo que esperamos de resultados pronto.
-Todos los días hay una noticia vinculada a la cuestión migratoria y aunque menos seguido, también con el terrorismo en la UE. ¿Como lo ven ustedes?
-En primer término, como Argentina, muchos países europeos son tierras con muchas generaciones de inmigrantes, son tierras de inmigración. En segundo término, la UE esta rodeada de conflictos que suceden casi en sus fronteras. Y hay una gran atraccion porque es un bloque economica y socialmente muy exitoso. Por el otro lado, la migracion llega por mar y por tierra porque todo es muy cerca. También hay países del este de Europa que no tuvieron la misma historia en materia migratoria, entonces no tienen la misma experiencia. Para nosotros es un proceso aprender a reaccionar ante esos flujos migratorios.
Tenemos también un proceso interno donde no estamos tan integrados en esa temática. Hay un trabajo hecho desde 2015 en materia de armonización de políticas de asilo. Tenemos que ver como trabajan juntos las policías dentro de nuestras fronteras y como salvamos vidas en peligro en el mar. Y como hacemos para reforzar nuestra cooperación en los países desde donde proviene esa inmigración para que no haya necesidad de migración.
-Pero la situación en Siria por la guerra no es fácil de afrontar.
-Obviamente no es una situación fácil. Pero la pobreza en países africanos es muy fuerte. Y trabajamos para ver como colaboramos con los países que están alrededor de la UE como Libia y Turquia para que la gente que llegue no tenga que seguir hasta Europa, donde no necesariamente su peticion de asilo va a ser aceptada. Hay todo un trabajo que se hace en conjunto, pero también los países tienen sus responsabilidades individuales para recibir a inmigrantes.
-Ese fenómeno ha tentado algunas ideas de derecha como en Italia. Hablamos del muro de Trump con México pero Hungría construyó una barrera con alambres de puas que impide el paso de las personas.
-El miedo al migrante no se si es solo de derecha.
-Pero es la derecha la que lo explota políticamente.
-Exactamente. El miedo nunca puede dar una solución política durareder a un problema. Pero hay que tenerlo en cuenta. Efectivamente hay un fenomeno en muchos países de avances de la derecha, sobre todo porque la gente no ha visto como se iban a aportar soluciones efectivas a este problema. Y es algo que desde la UE intentamos aportar a la Comisión Europea, que es el gobierno de la UE, y que desde el principio de la crisis ha propuesto muchísimas cosas. Después hay todo un proceso de votación, de discusión entre los países miembros. Lo que hemos visto a traves del tiempo es que cada vez más se acercan posiciones, pero toma tiempo. Y probablemente la crisis nos obliga a refundar nuestros valores, a reubicarlos y discutir como los vamos a defende en ese contexto.
-Las soluciones que propone la UE a veces colisionan con países que van en contra de ellas como Italia, que además de ser miembro fundador es el que mayor cantidad de inmigrantes recibe. ¿Como se hace para compatibilizar estas ideas?
-La ministra de la UE para politica exterior es una italiana, Federica Mogherini. Cuando empezó su mandato en 2014 la prioridad fue poder tratar desde el punto de vista de las relaciones exteriores la cuestión migratoria, que entonces ya empezaba a ser para Italia una crisis enorme. Lo que yo quiero resaltar en todo esto es que la UE ha tenido sus crisis. La financiera de 2008, donde se decía que era el fin de la UE, que el Euro se iba a caer, que Grecia iba a salir del bloque. La pasamos. Ahora el Brexit, que estamos negociando con Gran Bretaña. El primer efecto del Brexit ha sido el de reforzar la voluntad de los países que integran la UE de quedarse, porque es tan complicado salir que mejor no pensarlo. La crisis migratoria está. Desde 2015 disminuyó el 95 por ciento. Es decir que las medidas que se han tomado han tenido su efecto. No está perfecto, lejos de esto. Hay mucho por hacer. Pero somos un proceso de integración democrático y entonces toda decisión toma muchísimo tiempo. Porque la democracia es eso. Tengo mucha confianza que a pesar de todas las dificultades que hay se va a encontrar un camino que nos va a reforzar aún mas justamente por las dificultades que tenemos que atravesar.
-¿Cual es la vision de la UE respecto a los procesos que están ocurriendo en la región más allá de las relaciones particulares de cada país? Por ejemplo España tiene una relación con Venezuela más fluida que el resto de los países.
-No se puede decir que hay una visión única de la región porque la situación de cada país es muy diferente. La UE sobre Venezuela ha sido muy clara. Y lo se porque estuve ahí desde el 2007. Las posiciones que hemos tomado, incluso cuando todos los países de la región eran socios, advertían sobre problemas en derechos humanos, democracia. Estabamos bastante aislados por entonces. Hemos continuado con estas posiciones, siempre buscando que las dos partes dialoguen. Pensamos que son los países de la región los que tienen la mayor posibilidad de tener una influencia política en el proceso de Venezuela. En Colombia la UE se ha involucrado desde hace mucho tiempo en programas de cooperacion para la erradicación de la coca, la cuestion social y ahora esta muy activa para apoyar el proceso de paz. Y en otros países como Brasil, Argentina y Chile queremos desarrollar los intereses comunes y actuar juntos sobre la escena multilateral y la relación comercial.
-¿Como ve el futuro de la UE? ¿Cree que va a ser mejor dentro de 5 años en su relación con los países y las problemáticas que afronta?
-La pregunta es muy amplia pero creo que cada uno tiene que trabajar en sus areas. La UE quiere promover un mundo basado en reglas. Y necesitamos socios para hacerlo. La UE necesita a la Argentina en este trabajo. Y esa es una de las razones por las que vine a Santa Fe. Queremos ver que más podemos hacer juntos para estrechar vínculos.
Cooperación con Santa Fe
La embajadora se reunió en la semana con el el gobernador Miguel Lifschitz con el objetivo de estrechar los lazos y explorar de que manera y con que instrumentos de cooperación la Unión Europea puede colaborar con el desarrollo de la provincia. Entre otras, un apoyo en materia de política regional respecto de cómo mejorar la acción de gobierno a nivel provincial, para enfocar las áreas productivas importantes para la provincia.
“Santa Fe ha elegido trabajar sobre los productos lácteos y de la agroindustria, con un financiamiento de más o menos 350 mil euros. Para ello, se va a buscar una región europea que pueda ser socia en este trabajo de la provincia”, indicó.
“La provincia es muy activa en energías renovables, en especial a través del biocombustible, pero también muy abierta a desarrollar otras fuentes de energías renovables. En esto la Unión Europea tiene muchas herramientas posibles de cooperación y estamos muy dispuestos a examinar cómo hacerlo”, manifestó al término de la reunión de la que también participaron la secretaria de Estado de la Energía, Verónica Geese; y la secretaria de Relaciones Internacionales e Integración, María Julia Reyna.
Experiencia en Latinoamérica
La embajadora Aude Maio-Coliche es francesa, se graduó en la Universidad de Lille, realizando parte de su currículo en las universidades de Warwick (Reino Unido) y Saabrücken (Alemania). Tiene un título de postgrado en Economía Internacional y Derecho Comunitario, y obtuvo una maestría en Ciencias Políticas europeas del Colegio de Europa en Brujas (Bélgica). Se integró a la Comisión Europea en el 2001, donde ha trabajado en relaciones europeas y latinoamericanas por 10 años, incluyendo cuatro años en Venezuela donde ejerció el cargo de Jefe de la sección política, comercial y de prensa entre el 2007 y el 2011. Entre 2011 y 2013, se desempeñó en el Departamento de Recursos Humanos de la sede del Servicio Europeo de Acción Exterior en Bruselas. Entre 2013 y 2017 fue Embajadora de la Unión Europea en Venezuela. Desde junio del año pasado está a cargo de la legación diplomática en nuestro país.