Danilo Chiapello | [email protected]
La criatura se había ahogado con un cepillo de dientes. Mediante maniobras de RCP los uniformados la reanimaron.
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La noche del viernes (madrugada de sábado) no será una más para tres policías que trabajan en la comisaría 2ª de San Justo. Todos ellos recordarán los dramáticos momentos que atravesaron para poder salvar la vida de una beba de 18 meses.
Uno de los protagonistas de esta historia es el suboficial David Gaitán quien, en diálogo con El Litoral narró que “nosotros nos encontrábamos patrullando por barrio El Tigre. Yo iba como chofer y estaba acompañado por los suboficiales Cardozo y Velázquez. Circulábamos por calle Pedro Millan y al llegar a San Roque, vemos a una señora que estaba exaltada y que traía algo en brazos. No podíamos ver muy bien porque era de noche y estaba oscuro”.
* “Cuando nos acercamos vemos que era una beba lo que la mujer tenía en brazos. La mujer nos dice que su hija estaba ahogada y que se moría. La madre estaba muy nerviosa y gritaba. Decía que la nena estaba jugando con un cepillo de dientes cuando se atragantó”, comenzó.
“Entonces, la subimos a la parte trasera del móvil y la mujer le da la beba a Velázquez. Mientras tanto yo activé por radio todo el servicio de emergencias, para que den aviso a la guardia del Samco local. También comuniqué la situación a los otros móviles. Al decir lo que pasaba ellos empiezan a cortar calles y a despejar el camino”, prosiguió.
“¡Respira!”
Más adelante Gaitán recordó los instantes cruciales cuando iban camino al Samco con la criatura agonizando.
* “Como veo que la madre no se calmaba le digo que pasen la beba a Cardozo, que iba adelante en el asiento de acompañante. Si bien todos tenemos conocimiento de RCP (resucitación cardiopulmonar) él como fue bombero tenía más experiencia. Entones Cardozo comenzó con las maniobras de reanimación.
“A mí se me pasaron muchas cosas por la cabeza. Yo lo que quería era llegar al hospital con la beba con vida. Cuando estábamos próximos al Samco mi compañero me dice: ‘¡Respira!’. Yo escuché como un suspiro despacito. La beba fue como que tomó un aire y luego quedó igual.
“Mi compañero me contó luego que notó que la beba tenía como la mirada perdida. Para él fue un momento desesperante. Porque la beba lo miraba y no la podía hacer reaccionar.
“Hasta que finalmente llegamos al Samco. El que entró fue mi compañero con la beba y la madre. Yo recién a los diez minutos pude escuchar el llanto de la criatura. Ahí se me aflojaron las piernas de la emoción, porque me di cuenta de que ya se había salvado”.
Agradecido
Por último, el suboficial reconoció que lo vivido aquella noche dejó secuelas en su fuero íntimo.
* “Hace 6 años que soy policía. Y para todos fue muy fuerte lo que pasó... es que todos somos padres. Yo tengo una nena de 1 año y dos meses, entonces fue como que me metí en la piel de la madre. Pude sentir la desesperación...”, confesó.
Por último, manifestó estar “muy agradecido a todos mis compañeros de la fuerza, por cómo ayudaron los otros móviles, la comisaría primera, el Comando Radioeléctrico, en fin todos... no me quiero olvidar de nadie. Ellos nos iban guiando por dónde ir. Me pone muy orgulloso por nosotros esto que ha pasado”, culminó.