—¿Vos me querés o no me querés?
—Sí te quiero
—¿Hasta dónde me querés?
—Más allá del cielo.
—Entonces dame un besito como cuando éramos jóvenes.
Vicenta y Ricardo están juntos desde hace casi siete décadas, aunque se conocen desde la escuela primaria. El sueño de ella era salir en El Litoral, y su familia se lo cumplió.
—¿Vos me querés o no me querés?
—Sí te quiero
—¿Hasta dónde me querés?
—Más allá del cielo.
—Entonces dame un besito como cuando éramos jóvenes.
Los protagonistas de este diálogo son Vicenta Guccione de Gioielli y Ricardo Gioielli, dos abuelos de la ciudad de Santa Fe que saben perfectamente lo que es el amor cuando es correspondido. Ella tiene 100 años y él 99, hasta el 15 de septiembre cuando también cumpla los cien.
Un llamado a nuestra redacción advirtió de esta hermosa historia de amor, que además se da en el marco de un año especial para la familia de El Litoral.
La comunicación provenía desde Puerto Madryn, y quien llamaba era la nuera de Vicenta y Ricardo que pedía cumplirle un sueño a este matrimonio. “Mi suegra cumplió 100 años el 21 de Marzo y desea muchísimo salir en El Litoral. Para mi suegro también sería un honor, pero él cumple los 100 en septiembre”, dijo. El sueño de Vicenta tiene lógica: “quiere salir porque dice que de lo contrario nadie se va a enterar que ella cumplió los cien”, contó a la distancia la nuera.
La gran protagonista
El 2018 es un año especial para la familia de El Litoral porque el 7 de agosto cumplirá 100 años de existencia. O sea que Vicenta, Ricardo y el diario tienen en común el año de nacimiento: 1918.
Las 11.30 de la mañana del miércoles 4 de abril fue la fecha y hora establecida para conocer a este matrimonio que reside en la zona sur de la ciudad. Para la ocasión, Ricardo se vistió de traje y corbata.
—¿Cómo andan?— preguntó El Litoral.
—Estamos como las flores en primavera— respondió Ricardo.
Al ingresar al domicilio, Vicenta aguardaba el comienzo de la entrevista sentada en un sillón.
—¿Cuál es la fórmula para estar así Vicenta?— indagó El Litoral para romper el hielo.
—La fórmula es comer bien, ser sano y ser prudente en todo— contestó.
Vicenta Guccione nació en Buenos Aires el 21 de marzo de 1918. Se trasladó a Santa Fe, junto a su familia, a los 12 años. Es hija de inmigrantes italianos: Elena Capritti de Guccione, que fue modista y sombrerera, y Leonardo Guccione, ebanista.
En 1941 se recibió de Contadora Pública Nacional y fue en el año 1943 que le otorgaron su título profesional, por lo que este año también cumple las Bodas de Platino como profesional. Luego estudió para asistente social, aunque no rindió la última materia.
Su papá fue el que diseñó, construyó, armó y luego donó a la parroquia Santo Domingo, la araña tallada en madera con láminas de oro. Las lámparas simulan velas y se encienden por hileras, mediante un mecanismo independiente que se encuentra en la cúpula mayor de dicha parroquia. Leonardo Guccione también es el creador del marco del cuadro de la Virgen de los Milagros, en la Iglesia de la Inmaculada Concepción.
“Cuando vine a Santa Fe noté que la ciudad era muy chata en comparación con Buenos Aires, pero me acostumbré enseguida. Nos gustó. Vinimos por posibilidades de trabajo para mi padre. Fui a la escuela Belgrano y, en la secundaria, a la de comercio”, cuenta la abuela.
69 años juntos
Mientras ella le toma la rodilla a su esposo, es Ricardo, menor por unos meses que Vicenta, quien cuenta la historia de amor. “Cuando ellos llegan a Santa Fe, me hice amigo del hermano, menor que ella. Íbamos a la escuela Belgrano, donde los conocí. Desde chicos fuimos muy compañeros. Ya más grandes, un día fuimos a un baile del Círculo Italiano y bailamos toda la noche. Fue ahí que le dije ¿querés que nos casemos? Me dijo que sí, y yo rematé pidiéndole que fuese la madre de ms hijos”.
A Ricardo no le tocó pedir la mano de Vicenta. De hablar con don Guccione se ocupó su amigo, y futuro cuñado, José.
Fue el 13 de octubre de 1949 cuando Vicenta y Ricardo sellaron su amor por civil y el 15 de octubre de ese año ante Dios en la hoy Basílica Nuestra Señora del Carmen. De esa unión nacieron Ricardo Héctor, Adriana Mirta y Roberto Edgardo.
—¿Cómo se hace para estar 69 años junto a una persona?— preguntó El Litoral. Ambos, con la misma cara de enamorados que hace casi siete décadas, coincidieron en que la clave está en ser compañeros, en no guardarse nada y compartir todo.
“Obviamente tenemos nuestras peleitas... pero al rato ya estamos a los abrazos de nuevo”, dice él. Ella asiente con la cabeza, afirmando que el amor, cuando es mutuo, es más fuerte que cualquier tormenta. “Ricardo es mi confidente y yo su confidente. Eso es todo”, resume Vicenta.
Ricardo, cuando era joven, trabajó en Bagley. Y Vicenta también lo hizo. En su caso, al mismo tiempo que estudiaba para CPN, trabajó en la casa de venta de azúcar mayorista Rodríguez y Zapata.
Con 100 y 99 años, este matrimonio sólo quiere más años juntos para ver crecer a los 11 nietos y 9 bisnietos -uno de ellos en camino- que tienen. El otro deseo, que era salir en las páginas de El Litoral, a partir de hoy ya está cumplido. Nada borrará estas líneas impresas en tinta que atestiguan una historia del más puro amor.
Para cerrar, Vicenta y Ricardo se besaron como cuando eran novios y renovaron su amor con el tierno diálogo que inició la nota:
—¿Vos me querés o no me querés?
—Sí te quiero
—¿Hasta dónde me querés?
—Más allá del cielo.
—Entonces dame un besito como cuando éramos jóvenes.
Junto a El Litoral, siempre
Con 100 y 99 años, Vicenta y Ricardo leen a diario El Litoral. Lo hacen de forma completa porque “todas las secciones traen información interesante”.
“Leo El Litoral desde que era chico. Mi familia siempre lo compró, y nunca nos interesaron otros que existieron”, manifestó Ricardo Gioielli. Con lágrimas en los ojos, de emoción, agradeció la presencia de El Litoral porque le cumplió el sueño a su amada. “Esto es un premio por ser lectores del diario”, consideró. Luego bromeó: “¡Nos vemos cuando yo cumpla los 100!"
“Obviamente tenemos nuestras peleítas... pero al rato ya estamos a los abrazos de nuevo”, dice él. Ella asiente con la cabeza, afirmando que el amor, cuando es mutuo, es más fuerte que cualquier tormenta. “Ricardo es mi confidente y yo su confidente. Eso es todo”, resume Vicenta.
Gran festejo familiar
El sábado 31 de marzo, le festejaron el cumpleaños N° 100 a Vicenta con una reunión organizada por hijos y nietos en las instalaciones del Club Naútico El Quillá (donde Vicenta es socia vitalicia). Al evento fueron sus hijos, nietos, bisnietos, sobrinos, primos, familiares y amigos. Fue un momento muy emotivo, sobre todo cuando bailó el vals Danubio Azul con su esposo y sus hijos.