Miércoles 2.12.2020
/Última actualización 17:25
El diputado nacional Luciano Laspina (Juntos por el Cambio) propuso “tres ejes sobre los cuales trabajar” en una reforma tributaria para la Argentina. “El primero es el eje de la carga tributaria, que es enorme; el segundo es respecto a la calidad de la estructura tributaria y el tercero sobre la inestabilidad”.
El vicepresidente de la comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados de la Nación resaltó que “estamos en el país más gravoso de la tierra. Cuando uno mira el ránking que elabora el Banco Mundial, la Argentina ocupa el lugar 189 sobre un total de 190 países, sólo superado por el archipiélago de las Comoras”, un grupo de islas del sudoeste del océano Índico.
Durante la Conferencia Industrial organiza la UIA, el legislador nacional santafesino explicó que el país tiene “una carga tributaria del 106%” según la estadística del BM. “Esto quiere decir que si los márgenes de comercialización son los tradicionales del resto del mundo o si las empresas no evaden, tendrían que dejar parte de su capital para poder pagar los impuestos”
Comparó que “Brasil tiene una carga impositiva del 65 %, formal sobre las empresas, de acuerdo a este análisis del Banco Mundial, y Venezuela el 75 %. No por casualidad son las tres economías de latinoamérica que comparten el podio de haber estado estancadas -obviamente Venezuela en caída libre- en los últimos 10 años, mientras que hasta la pandemia Chile en esos años había crecido 30 % y México 20%”
“La calidad de la estructura tributaria tiene tres sesgos muy claros en la Argentina que están ahogando el crecimiento: anti exportador, anti inversión y anti empleo, presente en toda la estructura tributaria y regulatoria en los tres niveles de gobierno, que hay que revisar y que hacen imposible que haya inversión, empleo y exportaciones”.
Las pina reconoció que “obviamente bajar la carga tributaria es complicado, hay que decirlo, nobleza obliga”. Recordó que en la gestión Macri se redujo tres puntos; “dirán que fue ingenuo y se bajaron demasiado rápido. Otros dicen que se bajaron demasiado lento”, repasó.
Pero rescató la baja progresiva de la alícuota de Ganancias para reinvertir utilidades, la suba del mínimo no imponible que trataba de incentivar la formalización de empleo, la reducción del impuesto al cheque y fundamentalmente el pacto fiscal del año 2017 -ahora suspendido- que bajaba 1.5 del PBI en 4 años el peso de los Ingresos Brutos, “que es probablemente el impuesto más distorsivo que tenemos y que es el que más sesgo anti exportador genera”.
“El tercer punto que hay que atender cuando uno piensa el sistema tributario argentino es la enorme inestabilidad, que tiene que ver con el cambio de las reglas del juego en todos los frentes”, expuso Laspina.
Señaló como ejemplo que “desde diciembre de 2019 -la emergencia quizás lo amerita- se subieron 14 impuestos. Tenemos 165 impuestos; en el 91 creamos Bienes Personales en la emergencia, en el 2001 el impuesto al cheque, en 2019 el impuesto País, en el 2020 el impuesto a las grandes fortunas que esperemos sea transitorio. La pregunta es qué va a pasar en 2021”.
“Sobre eso hay que trabajar muchísimo porque genera una gran inestabilidad que en la Argentina nos pone ante un desafío que creo que incluso es mayor, que las propias leyes que sancionamos no generan certidumbre a largo plazo. Y ahí creo que hay que tomar medidas con un gran acuerdo político de estabilidad tributaria
“Cada régimen especial hace lo que deberíamos hacer para toda la economía.
En industria del conocimiento -por ejemplo- bajamos los impuestos y le damos estabilidad jurídica y tributaria para las inversiones; por Vaca Muerta se está discutiendo el mismo régimen”. Laspina habló de “estabilidad fiscal y tributaria para toda la economía” y desafió a “priorizar gastos para que las cuentas cierren”.