Gabriel Rossini | redaccion@ellitoral.com
La especialista en comunicación política disertó en el marco del 1º Encuentro internacional de comunicación política del Litoral organizado por la UNL
Gabriel Rossini | redaccion@ellitoral.com
La especialista en comunicación política Adriana Amado cree que la gente está cansada de la discusión sobre la grieta, que considera un tema circunscripto a las minorías informadas; considera que la gente se va alejando cada vez más de la prensa tradicional porque está en una discusión que no es la de la mayoría y enfatiza que las últimas campañas electorales han mostrado una saturación de la gente por las formas tradicionales de hacer política.
-¿Cómo se hace comunicación política en tiempos de grieta?
- La grieta quedó restringida al grupo más informado. Los candidatos emergentes, por llamarlos de alguna manera, ganan con mayorías consolidadas, con lo cual a la exacerbación la ves más en la agenda de los medios, en el grupo de personas más informado. Las sociedades están un poco cansadas de este debate. Me parece que a esta altura apostar a la grieta es quedarte con una minoría.
- Hace unos días en una nota en La Nación reflejaba cómo el New York Times muestra una visión sesgada del mundo porque la mayoría de sus periodistas estudió en Harvard y tienen esa mirada de la vida, por lo tanto les costaba entender por ejemplo a Trump.
- Nosotros estuvimos haciendo una encuesta a periodistas de siete países de Latinoamérica. Una de las preguntas era pedirles que se identificara con una posición política, de izquierda o derecha. Y el resultado fue que el 84,7 por ciento de los periodistas latinoamericanos se identifican con la izquierda. Por lo tanto o tenemos la revolución socialista demorada o ese grupo no representa la opinión mayoritaria de la gente. El resultado es obvio porque tenemos un grupo de gente formada en Sociales, con una sensibilidad progresista. Ahora ¿esa mirada del mundo es la que nos explica toda Latinoamérica o el oeste profundo de EE. UU.? No. Ahí es donde empieza a darse el desfasaje: el periodismo cree que la sociedad está necesitando cosas que la sociedad en realidad no está necesitando.
-¿Qué cosas nuevas incorporó la comunicación política en las últimas campañas políticas donde ganaron Macri, Trump, Bolsonaro?
- Lo que se ve es que la saturación por la forma tradicional de hacer política llegó a un punto de no retorno. Y te encontrás con una cantidad importante de cosas que están pasando que no aparecen en los medios. Por ejemplo el apoyo de la comunidad homosexual o un colectivo de mujeres a Bolsonaro. Cuando una persona común abre su diario y lee que Bolsonaro odia a los homosexuales, pero sabe que su amigo homosexual está haciendo campaña por él ¿A quién le cree más? ¿A su amigo o al diario?
- Me decís que la grieta es una situación superada para la mayoría de la gente. Pero en las campañas políticas se trabaja en ahondarla transmitiendo discursos de odio como viene pasando no solo en nuestra región.
- Esa gente no saca más del 20 por ciento. El PT hizo eso en la última campaña.
- A Macri no le fue mal...
- Pero no creo que haya exacerbado la grieta. De nuevo. Una cosa es lo que se discute en los medios, pero si te metes en el Facebook de Macri, es el de un pastor evangélico. Su discurso es así. A diferencia de Cristina o de Trump, que insulta a la prensa o a la oposición por las redes, Bolsonaro y Macri tienen en sus redes un discurso muy conciliador, de paz, progreso, futuro, felicidad. Por ahí la grieta se ve en ese discurso que solo circula entre la gente informada que es la convencida. La gran mayoría está viendo otra película en la que no hay nada de lo que está en los diarios. Y es justamente esta la razón por la cual la gente se va alejando cada vez más de la prensa tradicional.
Desconfiados
- Hay temas sostenidos más por movimientos que por partido políticos como el del aborto, sobre los que la sociedad está dispuesta a avanzar pero que se pierden por falta de moderación en la discusión pública.
- Porque estamos en sociedades que han generado anticuerpos a cualquier manifestación de proselitismo, aún para las grandes causas. Desconfiamos de casi todo. Me parece que el problema que tienen muchos de los discursos, aún por causas buenas y necesarias, es la polarización. ¿Que pasa con quien está de acuerdo con el aborto pero no con el feminismo a ultranza y no le gustan ciertos comportamiento?
- La moderación es algo de lo que se apropió la derecha porque se lo regaló la izquierda, para ponerlo en términos tradicionales.
- Si le sacas la ideología y lo ponés en el marco de la comunicación, que es la propuesta que hago el libro “Política Pop”, a los sentidos izquierda y derecha se los está replanteando la propia ciencia política. Porque si un gobierno que para el mundo es de derecha tiene el récord de gasto social, no entra en la categoría del paper. Lo que pasa es que estamos utilizando categorías que incluso han implosionado dentro de la lógica del peronismo, que ha tenido desde grupos de derecha hasta de izquierda extremos y todos se identifican con lo mismo. No se puede decir que el peronismo es una ideología. Lo mismo pasa con los otros países. El pragmatismo hace que la ideología sea un concepto.
- Es como que la sociedad pasó de organizarse en partidos a hacerlo en movimientos.
- Y a soluciones más que a programas. Fijate lo que pasa en Europa. Podés tener un programa de gobierno pero de pronto se te inunda Venecia. No pensábamos que el calentamiento global era un problema, pero ahora lo es. No pensábamos que la regulación de las redes sociales iba a ser un problema, pero tenemos que pensarlo. El mundo esta planteando temas sobre los que no tenés posiciones formadas. Entonces ¿quién gana? El que tiene más flexibilidad para solucionarlo, aquel que tiene la mochila sin estas estructuras anquilosadas, el que no tiene el deber de lealtad a ciertos consignismos, el más ágil. El punto está en qué pasaría si los partidos tuvieran esa agilidad. Seguramente no permitirían la aparición de estos personajes extremistas. Pero lo que hoy tenés es el extremista flexible o el demócrata rígido.
- ¿Esa grieta la abrieron las redes sociales?
- Porque la abrió la gente. Participé en el Congreso de la discusión en comisión de la ley de Intermediarios. Estaba la comisión de informática y los representantes de los principales medios de comunicación. Pocas veces te encontras en un debate de ese tipo. Escuché a varios legisladores hablar de las redes como una amenaza a la democracia. ¿Por qué? Porque es la expresión de la ciudadanía en directo. Paradójicamente aquellos que están ejerciendo sus funciones por haber sido elegidos por la ciudadanía consideran que ésta no tiene criterio para elegir. ¿Tienen buen criterio para elegirlo legislador pero no para decidir que video de Youtube van a ver?
- La gente le tiene miedo a lo que no puede controlar.
- Exactamente. Lo que ves es por un lado ciudadanía con comportamientos muy flexibles, una coyuntura hace cambiar la agenda; y por el otro la política que esta viendo si para el problema del año pasado van a hacer un congreso el año que viene.
Cambiemos y la comunicación
- Una de las cosas que más se le elogió a Cambiemos en general y a Macri en particular es la comunicación. ¿Coincidís? ¿Cómo la ves ahora que el gobierno atraviesa una crisis?
- El hallazgo de la comunicación de Cambiemos no es aquello que se le halaga. Cambiemos tiene una alta capacidad de escucha a nivel menos visible en los medios, que es lo que más le critican los medios, como los timbreos, el Instagram, el Facebook, todas cosas que para los medios son una pérdida de tiempo, pero que para mi es el hallazgo y que es lo que les ha permitido en momentos muy críticos como en el caso de Santiago Maldonado no perder el rumbo porque sabían que la crisis era de agenda mediática pero no social. Por eso de pronto cuando parecía que estaban en el peor momento, obtienen el mejor resultado de una elección intermedia de los últimos 10 años.
- ¿No crees que a las elecciones del año pasado las ganó Cambiemos porque la economía anduvo más o menos bien los últimos seis meses antes de las elecciones?
- Por eso digo que la gente estaba mirando otra cosa distinta a la agenda de los medios. Cuando leías lo que estaba pasando en las redes te debas cuenta que la discusión electoral no tenía nada que ver con la discusión mediática, que estuvieron dos meses absortos con el caso Maldonado. La lectura de lo que está pasando a través de las redes les permite manejar algunas cosas de diferente manera. La parte que menos me gusta es esa manera que tienen de mandar fotos de gestión, videos de lo que se está haciendo. La obra pública era muy necesaria, se está haciendo, pero cuando veo un video de la obra pública me pongo inquieta.
- Cambiemos fue muy bueno en la comunicación de campaña pero no lo fue en la gestión. Y la campaña no es la gestión.
- No se puede comunicar bien si se gobierna mal. Hay una idea de que la comunicación suplantar la gestión y no es así. Podes hacer una buena gestión y tener una mala comunicación, pero sos un capo. De hecho, Bolsonaro es pésimo comunicando y ganó las elecciones porque propuso soluciones que mucha gente Brasil estaba esperando. Ahora veremos como gestiona. Pero lo que no se puede es comunicar bien y gobernar mal, es una fracaso, porque la contradicción te hace peor que a aquel que gobierna y comunica mal.
- Hay una como una idea de que la comunicación puede suplantar la gestión. Llevado al gobierno, hay quienes creen que la gente mantiene confianza en el gobierno porque comunica bien y está blindado por los medios.
- Ese es el mito de la comunicación como resolvedora de todos los problemas. Es la propaganda del consultor político. Es como el homeópata, tomamos algo que nos hace bárbaro. Pero es una cuestión de fe. El que contrata a un consultor político también cree que le hace bárbaro, pero es una cuestión de fe.
- El gobierno tiene a su favor que la gente está dispuesta a reforzar sus creencias por más que le demuestren que está equivocada.
- Por eso sirve lo de la gestión. Creo que la clave de la elección del 2019 no va a estar ni en la campaña política ni en las redes sociales sino que va a estar en la acción de base. En aquellos lugares donde se trabajó, donde se resolvieron problemas que hace año existían, ahí vas a tener un apoyo.
- Sería como un regreso a la vieja y querida política...
- Nunca nos deberíamos haber ido de ahí. Tuvimos algunos años de política espectáculo, de política pop, que ha resultado en un desengaño y un desencanto profundo de la política. No solo no hizo bien sino que aquellos que parecían inmortales hoy si no están en la cárcel están en el olvido. Todo pasa muy rápido. El espectáculo es muy intenso pero efímero. El otro camino está más lleno de dificultades, es menos ilusorio, pero te lleva a un lugar más seguro.
Un país de expectativas
- Si te llama Macri y te pide una opinión sobre lo que están haciendo ¿que le dirías?
- Más gestión. Me parece que hay que leer menos los diarios, darles menos explicaciones, y más soluciones para la gente.
- Al gobierno le critican el no tener una idea de futuro, que le falta a un relato que le muestre a la gente para donde vamos, que los sacrificios son para algo.
- Creo que es lo único que tienen. Macri no habla de otra cosa. Ahora, no es un relato en el sentido tradicional de un programa, un mito, una cosa construida que no existe en este mundo, donde la catástrofe está a la vuelta de la esquina. Vivimos en un mundo mucho mas inquietante y de mucho menos largo plazo. El mito del futuro es de la edad moderna. Hoy vivimos en el presente con lo cual quien te dice “mañana vamos a hacer algo”, eso ya es futuro.
- Te lo pregunto porque uno de los sostenes del gobierno eran las expectativas del gobierno en un futuro mejor. Algo así como estamos mal pero vamos bien. Y eso ya no lo reflejan ni las encuestas ni la calle.
- Sí. Creo que también Cambiemos está jugando con eso.
- Es peligroso.
- Sí, pero también hay como una jugada en el sentido de que si vos este año vivís en un pesimismo extremo, mañana compras un pan dulce para Navidad y vas a decir “que bien que estamos, pudimos comprar un pan dulce”. Tus expectativas son de mínima, por lo cual cualquier cosita las va mejorar. Somos un pueblo de expectativas modestas. Gana River o Boca y vas a tener medio país contento.
- Si fueras opositora ¿Por donde le entrarías al gobierno en la campaña electoral del año próximo?
- Saldría de la interna y no haría campaña en el sentido tradicional. Haría territorio, contacto directo, intercambiaría experiencias. Mostraría lo menos posible cualquier cosa preparada. Naturalidad, soluciones.