Luis Amsler | campo@ellitoral.com
Se trata de un producto conocido por la humanidad desde hace cientos de años. Su producción local, al igual que otros derivados de la miel, busca compensar la pérdida de consumidores del fluido convencional. Desde Apiuni han entablado relaciones con países de otros continentes, lo que motivó a invertir en infraestructura e iniciar trámites para que en 2019, comiencen a enviar muestras al exterior.
Luis Amsler | campo@ellitoral.com
En estos tiempos sumamente cíclicos, donde las tendencias cambian permanentemente de un día para el otro, reinventarse e incursionar en nuevos mercados resulta indispensable para que los sectores productivos y las economías regionales sobrevivan. En efecto, se observa en distintos rubros que un buen recurso es retornar a las viejas modas o productos tradicionales que se utilizaron o consumieron décadas atrás. Los mismos hoy vuelven a cobrar fuerza, a punto tal de convertirse nuevamente en tendencia. En el caso de los apicultores, este última estrategia de mercado la han potenciado al máximo y hoy se encuentran incursionando con entusiasmo en una bebida milenaria que acompañó la evolución de la humanidad: la hidromiel. Se cree que es la primera bebida alcohólica consumida por el hombre, precursora de la cerveza. En este sentido, la Cooperativa de Apicultores Unidos Limitada (Apiuni), que agrupa a unos 28 productores que trabajan desde hace algunos años en la industrialización de la miel, está apostando fuertemente a esta bebida mirando de reojo a otros países del planeta.
Así lo dejó entrever Roberto Giudicatti, presidente de la Asociación de Apicultores de Franck y secretario de la nombrada cooperativa ubicada en San Jerónimo Norte, lugar donde se procesa la miel de la zona. “Estamos trabajando desde hace tiempo en tratar de generar una cadena de valor agregado con nuestra materia prima, con productos en mieles fraccionadas, diferentes variedades y demás, pero hoy estamos apostado fuertemente a la linea de hidromiel”, explicó el apicultor. Se trata de una bebida que surge de la fermentación de una mezcla de agua y miel, que alcanza cierta graduación alcohólica cercana a los 13º. Este elixir de reyes, fue lanzado en Franck hace unos dos años y desde ese momento se busca instalar su consumo. Para ello el grupo está invirtiendo en potenciar su elaboración. Tanto la Provincia como Nación, han apoyado este objetivo y su acompañamiento ya ha dado sus frutos. “Estuvimos presentes en el congreso de Apimondia el año pasado, en Turquía, y llevamos este producto; nos sorprendió la gran repercusión ya que de inmediato, se nos abrió un panorama totalmente diferente al que pensábamos, a raíz del interés mundial que obtuvimos”, recordó en la charla que mantuvo con El Litoral.
Apostar para incursionar
En ese encuentro se establecieron contactos muy importantes, sobre todos con representantes de países donde el consumo de esta bebida es habitual, como por ejemplo Rusia, Ucrania, Polonia y Turquía, entre otros. “Pudimos testear nuestro producto al paladar de consumidores tradicionales y vimos un interés muy grande por parte de mercados que son muy demandantes, y seguimos en contacto con ellos”, precisó Giudicatti. Estos vínculos motivaron a que la cooperativa apueste más aún a la iniciativa y ya están ampliando su capacidad productiva en lo que hace a la fabricación de hidromiel. “Estamos empezando a explorar las herramientas que tenemos para promocionar la bebida en el mercado interno y, a la vez, pensar en exportar; es más, nos han pedido muestras o pequeñas cantidades para llegar con el producto a estos puntos del mundo”, dijo el productor. Gracias a la existencia de programas nacionales como Mi Primera Exportación, y dada la participación de la cooperativa en la Comisión Nacional de Promoción de Fraccionados de Miel para Mercado Interno y Externo, se ha logrado una vehiculización importante para hacer de este sueño, una realidad.
“Por su parte, la Provincia nos brinda toda su estructura de comercio exterior para contribuir con esta meta”, afirmó luego. Seguidamente, adelantó que ya están comenzando con los trámites necesarios para que a principios del próximo año, entre marzo y abril, se empiece a enviar hidromiel santafesina para su comercialización en estos países. “Para alcanzar este objetivo hay que prepararse en la exportación, es decir invertir en tecnología e infraestructura; otro dato importantísimo es que junto con la Assal, en el ultimo año y medio llevamos adelante modificaciones favorables en el Código Alimentario argentino, de manera tal de estar bien en la parte legislativa para poder salir con el producto”, acotó en el final el apicultor local.
Extensión y colmenas
El radio de extensión de la Cooperativa de Apicultores Unidos Limitada (Apiuni), con sede en San Jerónimo Norte, comprende buena parte de la zona atravesada por la Autovía 19, incluyendo localidades como Empalme San Carlos, un sector de Santo Tomé, San Jerónimo del Sauce, Colonia San Carlos, Sa Pereira, Franck y Santa Clara, además de otros apiarios existentes en montes e islas de la región. En total en el área hay entre 3.500 y 5.000 colmenas, las que son utilizadas anualmente para la extracción de la materia prima.
Renovarse para conquistar públicos
Si bien en la actualidad hay una franja etaria mayor a los 50 años que es gran consumidora de miel, en general hoy el sector está abocado a la creación de otras alternativas de productos de colmena para llegar a un público mucho más amplio. Como en el presente las generaciones más jóvenes se inclinan hacia lo saludable y orgánico, sobre este marcado se está poniendo el ojo. “Hoy la miel es el componente principal de una enorme gama de productos, empezando por las mieles orgánicas; de ahí en adelante tenemos otros derivados que se están explorando y que tienen gran repercusión, como el polen, propóleos, mezclas de miel con polen y otro más que por su valor nutricional, son muy elegidos”, ejemplificó Roberto Giudicatti.
El apicultor explicó que por los cambios en los hábitos de consumo, debieron aggiornarse a estos tiempos y su forma de hacerlo es ofreciendo productos derivados de la miel acorde a las nuevas generaciones. “Hoy sabemos que las comidas gourmet tienen una gran importancia, un maridaje muy compatible que se ve, por ejemplo, en quesos, carnes y otras comidas, incluso la mostaza con miel”, señaló. “También hay otras opciones para los deportistas de alto rendimiento, que tienen una tendencia firme y real”, añadió el miembro de Apiuni. En tanto, destacó la implementación a nivel nacional y provincial de la denominada Semana de la Miel, celebrada durante el mes de mayo, que permite promocionar el consumo de este producto y destacar sus beneficios y bondades. “Vemos que gente de 50 años para arriba es realmente una fuerte consumidora de miel pura, pero se ha había perdido la costumbre en el segmento comprendido entre los 20 y los 40; sin embargo, ahora se está volviendo a incluir por su valor saludable dentro del deporte”, completó.
30 kilos
Consultado sobre el presente del sector y las etapas que atraviesa el fluido producido por las abejas en esta etapa del año, Roberto Giudicatti explicó que en la zona norte del territorio santafesino -donde ya ha arrancado la primera parte de la cosecha-, “la temporada es buena aunque se vio un poco frenada por los fríos vividos en la zona”. Mientras que en las colmenas de pradera de esta área geográfica, la floración e inicio de la mielada “está realmente bien, con buena humedad y se espera que acompañe el tiempo”. En diciembre comienza la cosecha aquí y se estima que será una “linda temporada”. “Como en cualquier actividad de campo, el factor climático es determinante... es más, sufrimos mucho con las grandes inundaciones que hubo hace unos dos años, cuando no podíamos ingresar a los campos por los anegamiento y no lográbamos reponer las reservas de las colmenas”, recordó el apicultor.
“En cambio, ahora hubo una invernada buena, con baja mortandad de abejas o pérdida de colmenas por cuestiones naturales, por lo que las colonias están muy bien en general”, aclaró. Giudicatti sostuvo que una buena temporada implicaría pasar los 30 kilos de miel en promedio por caja, cifra que posibilitaría hacer sostenible la actividad. Por como viene la actividad, calculan que se llegaría a ese número. “De esa cifra para arriba, es cuando nosotros consideramos que tuvimos una buena temporada, con una cosecha redituable”, añadió para cerrar.