Por Carlos Mario Peisojovich (el Peiso)
Por Carlos Mario Peisojovich (el Peiso)
Soñé con aquel pibe de oro, la belleza y la perfección se hacía fútbol, ese pique corto, gambeta endiablada; donde él pasaba no dejaba que la duda creciera, entre las líneas de cal fue y será el mejor. El recuerdo se hace pelusa al viento, mi sueño se vuelve políticamente incorrecto. En México nació la mano de Dios, ahora responde al “oye manitoooo”, entre tequilas y tacos (también altos); él aspira, entre otras cosas, a la política, igual que su ex amigo Marcelito. Si nos toca bailar con la más fea, espero que no nos corten las piernas, todo sea por un sueño.
Los sueños son una especie de turismo interior, son indiscutiblemente ilimitados, carecen de fronteras, no precisan de elaborados y desagradables trámites retarda otarios y mucho menos peajes, no tienen visas ni Mastercard, soñar no tiene precio, para todo lo demás existe imaginar. Soñando, podemos viajar en primera clase o quizás en otra clase de viaje. Vos elegís en qué categoría soñás, aunque todos los sueños son “low cost”. Nunca viajes solo, porque partir es morir un poco, compartir es vivir un montón...
Dale gas con la realidad, me pidieron, ni loco (que ya lo estoy), mis palabras no son retroactivas, mi pago ya está amortizado, no quiero que golpeen mi puerta los economistas iluminados, diciéndome que todo lo que comí lo consumí con el dólar a 19 pesos, y que tengo que devolver en incómodas cuotas. A veces la realidad supera al sueño, a quién se le ocurren ciertas cuestiones en este país republicano donde las cosas no se hicieron con magia (nada por aquí, nada por allá)... tendríamos que ser magos ¡bah! Reyes Magos, Baltasar, Melchor y Par (ahorro Gas, no vaya a ser que me lo cobren el año que viene...).
Iluminados, no por faroles a gas, sino por la oposición y algunos aliados, borró con el codo lo que firmó con la mano, Macriting al palo, justificó lo injustificable. Todo aumenta: los servicios, las tarifas, los combustibles, los precios y la desilusión.
Con debida justicia, De Vido terminó preso, mesiánico y megalómano y con los pajaritos volados, su vicio de enjaular aves se le vino encima con todo el peso de la ley, pobre pájaro cantor ¿cantará? En su jaula dorada, soberbio y altanero, se vio a sí mismo como el hijo del altísimo, todo llega... quienes no llegaron a destino fueron esas cincuenta y una personas en el fatídico tren a las 8.33 de la mañana en la Estación de Once, esa vez los frenos no funcionaron, el miércoles pasado la Justicia funcionó sin palos en las ruedas.
La Justicia tiene nueva “Justa” (se le denominaba Justa en la baja edad media a los caballeros que se enfrentaban entre sí a caballo y lanza); caballeros de la justicia, de la más alta, suprema y sacando pecho, se lanzaron a opinar uno del otro, dejando entrever que la grieta también existe en el más sagrado estamento justiciero del país. Las leyes mandan y los jueces ordenan. Desordenadas son las causas, algunas encajonadas, otras prescriptas, otras lanzadas rápidamente a la Buena de Dios, o a lo Bonadio, marche preso que después se arrepiente y somos todos amigos. Nuestro patilludo y dos veces ex presidente, que no andaba en tren, pero sí en Ferrari, descolocó a propios y extraños con su sobreseimiento de la “Causa Armas”, más de veintitrés años, con pruebas más que suficientes no fueron impedimento, ni lo serán, para que siga levantando las manos y decidiendo en el Congreso los caminos de nuestra vida.
El camino de la justicia está plagado de injusticias, y en ese sinuoso camino también se observan grietas. Al borde de cada lado del abismo vemos y escuchamos los argumentos y los denodados esfuerzos para convertir al otro o defenestrarlo con convicción... Con visión de futuro deberíamos unirnos los argentinos/as y pelear por lo nuestro, para que en este bendito país, donde las libertades fueron soñadas a la luz del sol de mayo, y donde cada vez que flamea la celeste y blanca, o la albiceleste, sacamos “Pechito Argentino”, hagamos lo que nos proponemos. Somos especialistas en el arte de remarla, y justamente en remo, en el deporte, en los Juegos Olímpicos de la Juventud, María Sol Ordas fue la primera medallista de oro.
Del Pibe de oro a “la Sol de Oro”. En mis Peisadillas todos los caminos conducen al soñador. Roma fue fundada por Rómulo y Remo, acá necesitamos menos Rómulos y más remos, hasta la próxima y sigamos remando.
Los sueños son una especie de turismo interior, son indiscutiblemente ilimitados, carecen de fronteras, no precisan de elaborados y desagradables trámites retarda otarios y mucho menos peajes; no tienen visas ni Mastercard. Soñar no tiene precio, para todo lo demás existe imaginar.
A veces la realidad supera al sueño, a quién se le ocurren ciertas cuestiones en este país republicano donde las cosas no se hicieron con magia (nada por aquí, nada por allá)... tendríamos que ser magos ¡bah! Reyes Magos, Baltasar, Melchor y Par (ahorro Gas, no vaya a ser que me lo cobren el año que viene...).