Baltasar Bayma
Baltasar Bayma
Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estimó que 151,6 millones de niños de todo el mundo se encontraban en situación de trabajo infantil en 2016; en otras palabras, se trata aproximadamente de uno de cada diez niños del planeta. De este total, 72,5 millones realizaban trabajos peligrosos y 107,5 millones llevaban a cabo tareas en el sector agropecuario.
La India no ha permanecido ajena a este fenómeno; por el contrario, el último censo realizado en 2011 contabilizó 10,1 millones de niños indios entre 5 y 14 años en situación de trabajo infantil. Si bien se trata de un dato alarmante, esta cifra implica una reducción de 2,6 millones de niños trabajadores respecto al censo de 2001 y da cuenta de los esfuerzos realizados para enfrentar esta problemática. En este sentido, resulta significativo poner en relieve que en 2009 el parlamento indio aprobó una ley que establece el derecho a la educación obligatoria y gratuita a todos los niños con edades comprendidas entre los 6 y los 14 años. Como indica el informe de la OIT, la educación obligatoria, gratuita y de calidad es una herramienta clave para terminar con el trabajo infantil: saca a los niños del trabajo, aunque sea sólo por el tiempo que están en la escuela, al mismo tiempo que les permite adquirir habilidades y conocimientos no sólo para obtener un trabajo decente en el futuro, sino también para vivir vidas saludables y realizadas.
Entre las medidas adoptadas recientemente, se destaca la ratificación de dos convenios internacionales el año pasado: el “Convenio sobre la edad mínima de admisión al empleo” y el “Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil”. El primero establece que la edad mínima a partir de la cual una persona puede comenzar a trabajar no puede ser menor a los 15 años o a la edad en que cesa la obligación escolar. Por otro lado, el segundo convenio prohíbe “las peores formas de trabajo infantil”. Bajo esta denominación se incluyen las formas de trabajo que es probable que dañen la salud, la seguridad o la moralidad de los niños; todas las formas de esclavitud (incluido el reclutamiento de niños para conflictos armados) y la utilización de niños para la prostitución, la pornografía y actividades ilícitas, como el tráfico de drogas. La adopción por parte de India de este último convenio implica que casi todos los niños del mundo se encuentran bajo su protección.
Finalmente, aunque la cantidad de niños en situación de trabajo infantil se redujo en 93,8 millones entre el 2000 y el 2016 en todo el mundo, esta disminución se ha ralentizado en el período 2012-2016. La eliminación del trabajo infantil continúa siendo un desafío colosal no sólo para la India, sino también para el resto de los Estados. Si bien se han registrado avances, el horizonte continúa siendo la erradicación total y perpetua del trabajo infantil con vistas a lograr infancias plenas y felices.
La educación obligatoria, gratuita y de calidad es una herramienta clave para terminar con el trabajo infantil: saca a los niños del trabajo, aunque sea sólo por el tiempo que están en la escuela.