Enrique Cruz (h)
Si bien en el torneo pasado tampoco tuvo un rendimiento que ilusione, Domínguez había logrado armar un equipo compacto y práctico. Muchas de esas cosas se perdieron. Le hicieron más goles de los que convirtió, está afuera de la Copa Argentina y en los últimos puestos de la Superliga. Se la juega a dejar todo en la Sudamericana.
Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Buenos Aires)
Aquellos números que antes le sonreían a Domínguez, hoy se le han puesto en contra. Ni hablar si la comparación es con aquella gran campaña de la segunda parte del torneo que finalizó a mediados del año pasado, antes de comenzar la Superlig, cuando el técnico que llegó para reemplazar a Montero y con el objetivo de salvar al equipo del descenso, logró llevarlo a la Copa Sudamericana. En ese tiempo, Colón no sólo tuvo una racha de 7 victorias consecutivas que hoy se hace muy difícil de igualar en el fútbol de estos tiempos, sino que el equipo tenía un estilo de juego, una forma que el propio Domínguez, con su impronta y con lo que le habían aportado los jugadores que estaban y el par de refuerzos que trajo (Pereyra y Vera, que ya no están), logró redondear y que despertaba ilusión en la gente. Ya la Superliga del año pasado empezó a desdibujar esa imagen. Y la segunda clasificación para la Sudamericana —la que se jugará el año que viene— llegó como consecuencia de un cóctel de resultados favorables en un mismo fin de semana, comenzando por la sonada victoria ante Racing en el cilindro de Avellaneda, produciendo la mejor actuación de la temporada justamente en el último partido y con un técnico cuya estabilidad estaba en duda.
Domínguez ha jugado 9 partidos en esta segunda parte del año, con apenas una victoria, cinco empates y tres derrotas. Hizo 7 goles y le convirtieron 11. Disputó tres torneos a la vez: en la Copa Argentina ya está eliminado, en la Superliga su posición es de retaguardia, muy cerca de los últimos puestos y en la Sudamericana es donde goza de mejor salud luego de la impactante eliminación ante el San Pablo, esperando ahora a otro de los grandes del fútbol sudamericano, como es Junior de Colombia.
Domínguez apenas sacó el 30 por ciento de los puntos que disputó desde que terminó el Mundial hasta ahora. Se maquilla todo por aquel triunfo por los penales ante Morón (aunque luego cayó por la misma vía ante San Lorenzo) y por la victoria, también por penales, ante San Pablo. La realidad es que el equipo no termina de consolidarse, ya los resultados no acompañan como siempre lo hicieron desde que Domínguez llegó en enero del año pasado a Santa Fe y cuando esto pasa, lo que sobran son las dudas.
¿Qué dijo Domínguez después del partido?, al igual que Guillermo Ortiz, el capitán, su análisis no fue tan autocrítico. A simple vista, uno podría decir tranquilamente que vieron un partido diferente. Siempre se pueden encontrar excusas y justificativos en el fútbol. Siempre. Aún cuando el resultado final exime de mayores comentarios. Domínguez argumenta que “la goleada recién se cristalizó a los 40 minutos del segundo tiempo”. Objetivamente es cierto, pero, ¿se puede dudar que lo único que Colón tuvo a mano fue la estrechez del resultado? Hilando fino podemos mencionar los dos cabezazos de Leguizamón (uno de ellos atajado en forma brillante por Campaña). Pero también se debe considerar que Independiente tuvo un penal a su favor a los 9 minutos del segundo tiempo, que habría acelerado la definición absoluta del resultado. En pocas palabras, Independiente hizo al final del partido lo que debió hacer antes y allí, con el 3 a 0, le puso claridad en el resultado a la diferencia que había construido en el trámite.
¿Qué más dijo Domínguez?
“El árbitro se apresuró en la expulsión de Alan Ruiz. Alan no lo ve al rival, levanta la pierna para bajar la pelota, no para pegarle”.
“El primer tiempo fue parejo (¿?)... Hay cosas que tenemos que mejorar urgente, sabíamos cómo nos iba a atacar Independiente, nada de lo que hicieron nos sorprendió. En cambio, nosotros no fuimos efectivos”.
“No me voy preocupado. Tenemos que trabajar más, ser autocríticos de puertas para adentro y mejorar. Obvio que a los errores que cometimos los tenemos que subsanar para que no volvamos a incurrir en ellos”
“Me hago responsable de todo”.
“¿Por qué lo saqué a Chancalay?, porque estábamos con uno menos y debíamos marcar mejor. Se nos iba a hacer difícil si no mejorábamos en ese aspecto. Teníamos que cerrar espacios”. En el segundo tiempo, el equipo se paró con Fritzler de “5” clásico, con González por derecha, Heredia por el medio y Estigarribia por izquierda. Después lo puso a Brian Galván, cuando advirtió, quizás, un poco de cansancio en Mariano González.
“El conjunto de todo es lo que me preocupa y no una cosa determinada. No nos podemos desanimar tanto cuando nos convierten un gol. Hasta el primero de Gigliotti, era Colón el que manejaba el partido y estábamos más cerca que ellos del gol”. Este último, concepto discutible.
“Leguizamón jugó porque estaba para jugar”.
“Los goles que nos están convirtiendo son un llamado de atención”.
“No hay falta de respuesta anímica. Con un jugador menos tuvimos tres chances de gol y yo valoro mucho el esfuerzo que hicimos. Parece que terminó en goleada y en realidad se consumó a cinco minutos del final. No le veo parecido al partido con San Lorenzo”.
38 días
Independiente no ganaba desde el 8 de agosto, cuando se adjudicó en Japón la Suruga Bank. Un caso particular fue el de Gigliotti, ya que había marrado un penal frente a Alianza Lima por la Copa Sudamericana y ante Brown de Adrogué, por la Copa Argentina, estaba en la cancha pero no ejecutó en la serie decisiva. En el partido de este sábado, volvió a errar. Pero marcó dos goles (los festejó) y fue la figura de Independiente, junto a Sánchez Miño.
Inocultable preocupación
Los dirigentes de Colón no ocultaron su preocupación luego del partido. Ubicados muy cerca del puesto de trabajo de El Litoral, José Néstor Vignatti, Patricio Fleming, José Alonso, Francisco Rivero y Roberto Aduriz, más algunos allegados, siguieron atentamente y con cierta inquietud el desarrollo del partido.
Terminado el mismo, se fueron rápidamente del estadio en coches particulares. La salida de los dirigentes, que habían dejado estacionados los coches cerca del micro que trasladó al plantel, se produjo al mismo tiempo que se iban algunos futbolistas, caso Alan Ruiz, Estigarribia, Olivera y Bernardi, entre otros.
5 partidos
Se viene ahora la seguidilla de cinco partidos en 17 días. Godoy Cruz (el viernes), Junior en Colombia (el 26), Boca (el 30), Junior en Santa Fe (el 4 de octubre) y Newell’s (el 8) son los compromisos que le vienen al equipo de Domínguez.
“En el primer tiempo estábamos jugando un gran partido. Me voy con bronca por eso y porque nos siguen convirtiendo goles de cabeza. Nosotros no concretamos en los momentos clave. Estamos perdiendo la solidez defensiva que antes teníamos. En el penal, doy el paso hacia adelante para buscar la pelota y lo toco porque no lo veo. Esto es tan viejo como el fútbol, son las faltas mínimas que nunca se dejan pasar cuando se la comenten a un jugador de un equipo grande”.
Guillermo Ortiz
La particular visión del partido de parte del capitán de Colón.
Un debut
Ariel Chaves ingresó en el segundo tiempo y así se produjo su debut en el equipo sabalero. Llegó de Almagro y en los minutos que jugó se desempeñó como volante por izquierda, pasando Estigarribia a cubrir el costado izquierdo defensivo, sector por el que se produjeron los dos últimos goles de Independiente. Quedaron afuera de los que firmaron planilla el volante Christian Bernardi y el defensor Gonzalo Escobar.
“La expulsión no fue tan determinante. El primer gol generó un quiebre en el partido, a partir de allí jugamos mal y dejamos agrandar al rival”.
Matías Fritzler
Mediocampista de Colón
¿Correa?
Es difícil que Domínguez arriesgue a Correa en el partido ante Godoy Cruz, por lo que se supone que el delantero estará para el encuentro del miércoles 26 en Barranquilla por la Sudamericana.