Rubén Sánchez | rsanchez@ellitoral.com
El secretario general de la Unión Docentes Argentinos (UDA) y secretario de Políticas Educativas de la CGT, Sergio Romero, dialogó con El Litoral sobre la situación actual del país en materia educativa y laboral.
Rubén Sánchez | rsanchez@ellitoral.com
—Usted asistió a la reunión que mantuvo el gobierno nacional con varios gobernadores ¿Qué análisis puede realizar de la misma?
—Yo vi un ámbito propositivo, con ganas de ayudar al gobierno. Los gobernadores (en su mayoría del PJ) manifestaron la plena decisión para colaborar, para ver cómo se sale en términos políticos del estado de emergencia. Los gobernadores no ponen palos en la rueda, quieren ser recibidos y sugerir. Y están en marcha dos o tres cuestiones trascendentales, como el Presupuesto 2019. Y es una cuestión vertebral, porque a todas luces quedó en claro que el Presupuesto 2018 no dio respuestas a nada, y precarizó el nivel de vida de los argentinos, particularmente la capa social de los que menos tienen.
—¿Cuáles siente que son las falencias que llevaron a la crisis actual?
—Argentina está atravesando uno de los problemas más serios en términos políticos, que de solucionarse obviamente va a tender a mejorar la situación económica. El gobierno nacional se ha encerrado en sí mismo, no ha hecho una apertura política que permita que expresiones distintas puedan colaborar y opinar y sugerir temas para salir de esta crisis, y este estado de emergencia que el propio presidente de la Nación manifestó. Es un gobierno que tiene serias dificultades para gestionar, está dependiendo del préstamo del FMI y afecta a capas sensibles. La gente está disconforme con esta actitud de ir a endeudar al país, y uno sabe que cuando hace acuerdos con el FMI empieza a tener que generar una serie de políticas que el Fondo le dice que tiene que hacer, entre ellos ajustes, como se ve en la reducción de ministerios.
—¿Cree que ese recorte dará resultado?
—Hay ministerios estratégicos que no debieron convertirse en secretarías. Uno de ellos es el Ministerio de Trabajo, es algo muy caro para los trabajadores. Bien conducido implica generar propuestas para tener empleo, minimizarlo es un error. El gobierno va a sufrir mucho lo que está haciendo, y en el breve plazo se va a dar cuenta de que no es lo correcto.
Educación
—¿Y en cuanto a la educación? ¿Que lectura hace?
—Yo no he visto crisis tan pronunciada en el sistema educativo argentino como en el presente. No se pueden resolver problemas estratégicos, estamos cada vez más lejos de los países que crecen. Portugal ha tenido un crecimiento y es el país que más se destaca en materia educativa, superó a Finlandia. Singapur y Francia tuvieron avances significativos también. Aquí no se pagan salarios dignos, hay pocas mejoras en edificios escolares, están funcionando muy mal las universidades, y casi con certeza (ya que he tenido reunión con rectores) es probable que en 2019 muchas tengan dificultades para abrir sus puertas. Se necesita la reacción del gobierno nacional de manera inmediata. Hoy los salarios docentes están entre los tres más bajos del mundo.
—¿Con qué medidas se logran esos avances?
—Primero con un presupuesto adecuado, y salarios dignos para los trabajadores. En estos países los docentes se dedican a la tarea de educar solamente, no tienen un segundo trabajo, el Estado participa fuertemente en materia de capacitación del docente. En Finlandia un docente gana lo mismo que un juez, por ejemplo. Pero la mayoría de los ministros viajan a Finlandia, vienen acá y hacen todo lo contrario. Esteban Bullrich viajó en más de una oportunidad y vino y cerró la paritaria nacional y dejó salarios a la baja, y por debajo de la línea de pobreza. Ahora, al no tener paritarias, al salario inicial en Argentina lo determina una reunión en la que los docentes no participamos, que es la reunión del salario mínimo vital y móvil, que en este caso se hizo en el mes de agosto. Ahí se determinó un acuerdo entre la CGT y los empresarios y se acordó el salario mínimo, y el gobierno determinó una mejora escasa que terminó por debajo de la línea de pobreza. En esa reunión quedó claro que el docente en su salario inicial en 2019 va a percibir 15.000. El gobierno ha decidido que el docente el año que viene va a seguir siendo pobre, y más cerca de la línea de indigencia que la de pobreza.
—¿Cuál siente que debe ser el rol de los gremios en esta situación?
—En el caso de nuestra organización sindical hemos tenido un sano equilibrio, lo que queremos es mejorar la educación pública, que es el 75% del sistema educativo nacional. Hemos hecho propuestas significativas, quedó claro que el presupuesto en educación es insuficiente. Se invierte el 6% del PBI en educación. Y no se mejoraron salarios, ni infraestructura, ni formación, por eso hemos presentado un plan para ir de manera progresiva al 10%, para motivar el sistema educativo. También hicimos un acuerdo con el gobierno nacional en Casa Rosada en el que pudimos lograr la continuidad del fondo nacional de incentivo docente, que había una decisión de no seguir pagándolo. En los salarios docentes más elevados implica entre un 5% y un 7%, y en los más bajos es un 10% ú 11%. Pero estamos negociando con un gobierno que tiene poca solidaridad para con los trabajadores y cambiando la calidad de vida de los argentinos, y tenemos una tarea muy difícil en este sentido. Otra propuesta es recomponer el sistema de capacitación y formación docente de los trabajadores a través del instituto de formación docente, que estando en pleno funcionamiento debería estar generando capacitaciones para todos los docentes del país. Sin embargo, hoy la mayoría de los docentes se siguen formando en institutos privados por la ausencia del Estado.
2019
—Cómo se imagina el panorama para el año electoral que se avecina?
—Hoy en Argentina en general, y los trabajadores en particular, están muy disconformes porque la clase trabajadora no llega a fin de mes, tiene serias dificultades. Aumenta la nafta permanentemente, y eso impacta directamente en los precios. Un dólar que cada dos horas cambia su valor, impacta en los precios. Por mi cargo a nivel nacional recorro el país, y estuve hace poco en otras provincias y veo sistemáticamente el cierre de negocios; la actividad privada está muy achicada, hay un impacto negativo en las pymes. El argentino lo ve, y va a hacer un análisis profundo de a quién votar. En el ámbito de los gremios, nosotros desde la CGT estamos teniendo reuniones con diferentes actores sociales. Tenemos previsto en los próximos días reunirnos con la Iglesia, particularmente con monseñor Ojea, y empezar a trabajar con distintos actores sociales de manera de ver como encauzar a esta Argentina que tiene tantos recursos. Lo que pedimos es que el gobierno nacional se deje ayudar. Hay gente que quiere opinar, los sindicatos no están en contra, ni los gobernadores. Y la sociedad está pendiente de que este gobierno reaccione. Queremos que el gobierno cumpla su mandato, y después la gente decidirá quien quiere que lo gobierne. Pero debe hacer una apertura política.