Rodrigo Pretto
La familia de presidente comunal de la localidad, Néstor Peretti, recibe amenazas desde hace casi un año. Su hijo fue golpeado mientras trabajaba en el campo sin ser víctima de robo. “Tengo miedo porque me dicen que los van a matar”, asegura el jefe del Ejecutivo.
Rodrigo Pretto
Los últimos meses desnudaron en la localidad de Cañada Rosquín una grave situación social. El avance de la droga dentro de la comunidad golpeó las puertas de la Comuna. El jefe del Ejecutivo rosquinense, Néstor Peretti, denunció que su familia es amenazada a diario por la lucha que comenzó para ponerle fin a ese flagelo.
Uno de sus hijos fue atacado a golpes mientras trabajaba en el campo. “Tengo miedo porque me dicen que los van a matar”, asegura con temor.
El narcotráfico no conoce de límites ni fronteras. Tampoco de clases sociales y edades. Y el progreso de la droga es de tal magnitud, que nadie queda exento de su invasión.
En Cañada Rosquín, una localidad del departamento San Martín de poco más de 5.000 habitantes, el ambiente huele enrarecido y hasta violento. La delincuencia, sobre todo vinculada al narcotráfico, siente la amenaza de la administración pública que, de acuerdo a lo que aseguran, viene luchando para erradicar una plaga llamada droga.
Pero los intereses tocados por el presidente comunal desataron una serie de sucesos alarmantes. “Desde hace unos 9 meses mi familia viene siendo víctima de amenazas. A mi hijo, mientras trabajaba en el campo, lo bajaron del tractor, lo golpearon y ni siquiera le robaron. En este último tiempo, por la noche, la casa de ellos ubicada en el sector rural es atacada a piedrazos. Temo por mi familia. Tengo miedo porque mi hijo y mi hija me dicen que los van a matar”, denunció Peretti.
Tras diversos hechos, quien conduce la Comuna decidió reforzar la seguridad en las inmediaciones de las viviendas atacadas. “Coloqué cámaras de seguridad para realizar los controles. Pero se ve que están bien preparados. La última vez me hackearon los sistemas para no ser detectados. Saben cómo ocultarse y escaparse. Hay una gran inteligencia detrás de todo esto”.
Pedido de ayuda
Es más, aseguró que ya puso en conocimiento a funcionarios provinciales y nacionales para que evalúen la situación y tomen cartas en el asunto. Peretti explicó que tomó contacto con el ministro de Seguridad de la Provincia, Maximiliano Pullaro, y la problemática fue trasladada hasta niveles superiores. “A nivel nacional me comuniqué con el Ministerio del Interior, quienes me dijeron que ya están tratando el tema con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich”, indicó con completa preocupación.
Desde la Comuna de Cañada Rosquín desligaron a las fuerzas de seguridad local y consideraron que las condiciones en las cuales desarrollan su trabajo, por lo general, les impiden atacar de lleno la problemática. “Es un flagelo grave el que se está tratando de desarticular. Estamos luchando contra la droga y la delincuencia. La Policía está limitada con los medios. A veces no tiene personal para actuar, en otras ocasiones no cuenta con combustibles en sus patrulleros. Hay momentos en los cuales los acompaño a hacer recorridas. No puedo decir nada de ellos porque actúan con lo que tienen”.
Peretti fue más allá y deslizó que busca experiencias adoptada en otros puntos de Santa Fe para reforzar los controles y combatir la delincuencia. “Habrá que frenar obras y destinar dinero a Seguridad. He llegado a pensar en crear una policía comunal para tener más efectivos. El gobierno provincial no está tomando cartas en el asunto”, deslizó.
“Tomar conciencia”
Por otro lado, lanzó un pedido direccionado a los adultos de la localidad y mediante el cual consideró elevar los controles sobre sus hijos. El funcionario indicó que la lucha planteada es en pro del bienestar de todos los ciudadanos de Cañada Rosquín. “Hay que tomar conciencia de lo que pasa. Hay padres que por darles libertad a sus hijos les terminan dando libertinaje. Hay que estar más encima de ellos, educarlos. No puede ser que nadie se preocupe porque los jóvenes llegan a sus casas drogados o alcoholizados. Los padres tienen que entender que es necesario poner límites. La droga está avanzando a pasos agigantado y nos mata a todos”.
Para cerrar, desde la administración pública descartaron la utilidad del “Buzón de la Vida”, una metodología implementada por el gobierno provincial mediante la cual se recepcionan denuncias anónimas de la población. El programa es implementado en diferentes puntos de la bota santafesina, pero de acuerdo a lo que aseguraron en la localidad rosquinense la causa no termina cumpliendo el fin para el cual fue creado. “La gente está cansada de denunciar y que no se haga nada. La Justicia está lenta, no actúa. Yo tengo una gran impotencia porque parece que siempre tienen razón los delincuentes. Se está haciendo oídos sordos a muchas cosas”, concluyó Peretti.