La crisis hídrica obliga a los productores a desprenderse de la hacienda, presionando los valores en el mercado. En el centro santafesino, la situación empalma con dos años de inundaciones y pone en jaque al sector.
Juan Manuel Fernández
@jotafernan
El efecto de la sequía en la ganadería del centro santafesino aún no está definido, en tanto el fenómeno sigue vigente. Sí puede decirse que los productores le están haciendo frente con un anticipo de las ventas en un marco de apremio financiero, ya que en los años anteriores tuvieron que lidiar con dos inundaciones.
Asi lo describió Diego Scotta, martillero y responsable del remate feria de Agricultores Federados Argentinos en Providencia, departamento Las Colonias. “Todavía no pudimos trazar raya”, dijo, para poder dimensionar del todo el impacto en la estructura de costos del sector. “En muchos lugares todavía no se cortó, por lo tanto no sabemos lo que va a pasar allá por junio o julio”, dijo. Sin embargo evaluó que “hoy el productor la está pasando mal, porque está echando mano a algo que no pensaba vender pero lo tiene que hacer para cubrir sus gastos o comprar reservas y programar el año lo mejor posible”.
En tal sentido describió: “los terneros que se tendrían que vender allá por junio o julio se van a vender ahora, por lo tanto a mayor oferta el precio está un poco bajo”. También evaluó el mercado del gordo: “nos gustaría que precio del novillo de exportación suba un poquito y hoy eso no se está dando, a raíz de la seca justamente”. En tal sentido consideró necesario un aumento del 15% en esta categoría “como para que se estabilicen los valores, porque el productor lo necesita”.
El martillero indicó que, para una adecuada evaluación, hay que considerar que los dos años anteriores se sufrieron inundaciones y ahora una sequía muy dura. “Con mis cuarenta y cinco años, y criado en el campo, nunca vi una de esta magnitud; siempre hubo, pero nunca tan intensas; y esta nos está pegando duro”. Incluso más que la histórica de 2008/09 -afirmó-, cuando los ganaderos se defendieron mejor. “Probablemente porque el nivel de endeudamiento del productor no era tan extremo”. Ahora, en cambio, tras dos años “muy malos” (por inundaciones) los productores esperaban “hacer pié”, pero “les va a costar mucho hacerlo”. Y calculó que para recomponer el negocio “tendrán que esperar al próximo ciclo”.
Financieramente, agregó, la situación varía según la estructura de cada productor. “Se van a tener que achicar, en la medida de lo posible, pero va a salir adelante”, indicó. Sobre todo, porque “el productor tiene mucha confianza y convicción, por eso se apuesta al campo; porque los número hace rato que no vienen dando”.
En el área de influencia de la feria de Providencia -que en mayo cumplirá un año de existencia- predominan los planteos mixtos, con una alta participación de tambos que venden sus vacas de descarte y la invernada holando. Más al norte, llegando a San Cristóbal (Soledad, Elisa), también hay rodeos de cría que se absorbe en los remates que “son muy interesantes, con oferta variada”.