Juliano Salierno
jsalierno@ellitoral.com
El raid delictivo duró 16 minutos. En ese lapso cometieron un homicidio -el de Julio Martínez- y tres robos. La fiscal adelantó que podría caberles prisión perpetua en un futuro juicio.
Juliano Salierno
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El juez penal Nicolás Falkenberg dictó este jueves por la mañana la prisión preventiva para Mario Gabriel Valberdi (23) y Sofía Anahí Pasquier (19), acusados de matar al albañil-ceramista Julio Alberto Martínez, el pasado lunes 22 de enero cuando salió de su casa para ir a trabajar.
La fiscal de Homicidios, Cristina Ferraro, solicitó la medida luego de explicar, durante una hora completa, cómo se produjo el raid delictivo que duró 16 minutos y que en su derrotero dejó a un hombre de 48 años muerto y tres robos en el barrio San Lorenzo.
Las cámaras de vigilancia de la Municipalidad fueron de vital importancia, tanto para identificar a los asesinos, como para seguir la secuencia delictiva casi minuto a minuto. Si bien es cierto que ninguno de los hechos atribuidos fue directamente captado en imágenes y en el más grave -el crimen del trabajador- todavía no hay testigos directos, el marco hace casi ineludible la responsabilidad de Valberdi y Pasquier, así como la promesa de largo encierro para ambos.
Identificados
A las 6.40 del lunes 22 de enero, la pareja es captada caminando en Roque Sáenz Peña y Monseñor Zazpe, esto es a escasos metros de Juan Díaz de Solís al 1500, el lugar donde vivía y fue hallado sin vida Julio Martínez.
Allí “las cámaras ratifican de manera contundente que eran Valberdi y Pasquier”, dijo la fiscal. Él iba con el torso desnudo y descalzo y ella llevaba una musculosa y short. De regreso, se lo ve a Valberdi blandiendo un arma blanca en una de sus manos y a Pasquier con el bolso negro -tipo morral- que era de la víctima, colgado sobre uno de sus hombros.
Otro domo de seguridad los capta en la parada de colectivos de la Línea 2, de R. S. Peña y M. Zazpe, “sentados sobre un tapialito”. Allí permanecen unos minutos, sus rostros vuelven a verse nítidos, y a Valberdi se lo ve con la remera enroscada en la mano, como ocultando “un objeto firme y rígido”. Luego “se ve que desenvuelve de la remera el arma blanca” y que los dos se encontraban en “estado de nerviosismo”, aseguró la Dra. Ferraro.
Celular y zapatillas
Allí mismo las imágenes dan cuenta de la presencia de un hombre, que fumaba mientras esperaba el colectivo para ir a trabajar. Primero se le acerca él a pedirle un cigarrillo y se lo niega; luego pide ella y el hombre accede. En un punto ciego de la cámara, ambos vuelven sobre el hombre al que cuchillos en mano despojan de su celular, billetera y zapatillas (éstos últimos objetos fueron secuestrados en la casa de los acusados).
Valberdi y Pasquier vuelven a perderse de vista en la filmación, para aparecer de nuevo a las 6.54 en Mosconi y Moreno. Ingresan por un pasaje y se lo ve a Valberdi -que estaba descalzo- colocarse un par de zapatillas que serían de la víctima anterior. Luego se acercan a un hombre en moto, al que le ofrecen a la venta las prendas de trabajo que estaban en el bolso. Sin saber lo que había pasado con Martínez minutos antes, éste reconoce las ropas, ya que casualmente era un compañero de Julio en una obra en el puerto.
Rechaza la oferta, y como consecuencia la pareja volvió a sacar a relucir los cuchillos y de esa forma se hicieron de una moto Beta de 1500 c.c. en la que escaparon por calle Mosconi y se perdieron al doblar en Juan Díaz de Solís. Ese último contacto fue a las 6.56.
Este último robo tampoco quedó registrado por las cámaras que están en Mosconi y Moreno, esta vez porque la cámara se encuentra obstruida por un cartel de obra del gobierno provincial.
Toalla de mano
El Ministerio Público de la Acusación brindó un sinfín de detalles que acreditan la probable responsabilidad de Valberdi y Pasquier, especialmente en el episodio más grave, que fue el asesinato de Martínez y por el cual fueron imputados como coautores de “homicidio criminis causae”, porque mataron para consumar el robo posterior.
Para abundar en la evidencia, la fiscal Ferraro contó que entre la ropa de trabajo de Martínez (pantalón y camisa Ombú y borceguíes), también había una toalla de mano que el hombre usaba para colocarse en el cuello para contener el sudor. La misma toalla aparece en manos de Pasquier en una de las escenas, en la que la joven la utiliza para limpiar su calzado, presumiblemente manchado con sangre. Y para concluir, la prenda fue hallada en uno de los allanamientos, bajo la esfera de custodia de la imputada.
Otro dato no menor fue que la moto sustraída al trabajador de la construcción y compañero de Martínez apareció esa misma tarde tirada en un baldío en Bolivia y Gaboto, precisamente en la esquina de la casa de Valberdi que vive en Bolivia al 4200 del barrio Barranquitas.
Ya estaba preso
La fiscal Ferraro destacó también la labor del personal de inteligencia de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE), que tras obtener los rostros de los delincuentes lograron identificarlos por sus nombres.
Así fue que el sábado pasado se ordenaron sus respectivas capturas, con el curioso dato de que Valberdi llevaba casi una semana detenido con prisión preventiva por otro episodio delictivo ocurrido ese mismo lunes al mediodía.
En cambio la mujer fue apresada el lunes a primera hora del día, cuando los grupos de asalto de las TOE allanaron cuatro domicilios (dos en calle Bolivia al 4200 y los restantes en Gaboto al 4400 y Lamadrid al 4400) en la zona oeste.
Producto de los allanamientos fueron secuestrados objetos altamente incriminantes para los coimputados. Entre ellos se encuentran: el bolso de Martínez, un par de zapatillas y la billetera sustraídas en el segundo atraco; una camisa Ombú marrón y dos armas blancas, una de ellas una navaja que estaba en el dormitorio de Sofía Pasquier.
Perpetua
Luego de pormenorizar la evidencia recolectada, la fiscal Ferraro sostuvo que la pena en expectativa será en cualquier caso de cumplimiento efectivo y que si en un futuro juicio oral fuera admitida la figura de “homicidio criminis causae” -matar para consumar el robo- la pena sería de prisión perpetua.
También enumeró los riesgos procesales existentes, entre ellos el entorpecimiento probatorio y también el peligro de fuga, atento a la “alta refractariedad” a la ley y la “falta de arrepentimiento” demostrado durante las audiencias. También recordó que Valberdi, si bien se encontraba en “libertad por cese de prisión”, fue condenado a 3 años de prisión efectiva en octubre del año pasado mediante un juicio abreviado, por lo que en caso de ser nuevamente condenado será declarado reincidente.
A su turno, el abogado defensor Héctor Tallarico, asintió la medida cautelar sin discusión. “Los elementos de cargo están reunidos”, dijo el abogado ante la apabullante evidencia. Solamente pidió mejorar las condiciones de encierro para ambos, y aclaró que los dos “son adictos desde pequeños” por lo que solicitó que fueran tratados para “su desintoxicación”.
Puñalada en el cuello
Julio Alberto Martínez salió de su casa de Juan Díaz de Solís al 1500 y se dirigía a una cochera que está a un par de cuadras a buscar el auto, cuando de repente fue abordado por dos delincuentes de a pie y armados con cuchillos.
Fue atacado sin más y muestra de ello son las marcas defensivas que muestra la autopsia, con tres cortes de magnitud en su antebrazo izquierdo. No obstante, la estocada mortal se produjo en el cuello, donde abrió una herida profunda de 2,5 cm de ancho que lo dejó en estado de shock.
Fue hallado aún con vida pero sin posibilidad de decir nada y murió en el lugar antes de que llegara la asistencia médica.
Dos días después los investigadores hallaron a la pareja de responsables, pero no tenían sus identidades. Y tardaron sólo dos días más en completar esa tarea, para finalmente concretar los allanamientos y la captura, en el caso de la joven Pasquier, puesto que Valberdi ya estaba tras las rejas.
Delitos
Mario Gabriel Valberdi y Sofía Anahí Pasquier fueron imputados el martes como coautores de los delitos de “homicidio criminis causa” (cometido para consumar el robo) y “robo” en perjuicio de Julio Alberto Martínez; y dos hechos de “robo calificado por empleo de arma blanca” (uno en R. S. Peña y M. Zazpe y el otro en Mosconi y Moreno).