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Una pareja fue condenada a pagar una multa de 2.000 euros tras convivir durante un mes con el cadáver de su hijo de siete años, que falleció por causas naturales a fines de 2015 en la vivienda de la familia en Girona, noreste de España.
El juez encontró a la pareja de estadounidenses culpable de un delito de homicidio por imprudencia. El menor sufrió una crisis asmática que requería asistencia médica, pero los padres no lo llevaron a urgencias por desconfiar del sistema sanitario.
La fiscalía reclamaba penas de prisión de tres años y tres meses para cada progenitor, pero la jueza no encontró pruebas directas de que los padres fueran conscientes del riesgo grave que corría la salud del menor.
Durante el juicio, ambos declararon que el niño tuvo una crisis asmática, que lo medicaron y que se fue a dormir. Al ver que no se levantaba, en lugar de asumir la muerte rezaron para que volviera a despertar confiando en que dios podría devolvérselo.
No fueron conscientes del fallecimiento del pequeño hasta que los Mossos d’Esquadra (la Policía autonómica de Cataluña) ingresaron a la vivienda a principios de enero de 2016, informó la agencia local Europa Press.
Un subinspector relató en el proceso que encontraron la vivienda sucia y llena de basura. Cuando preguntaron por el niño que faltaba, la pareja respondió que estaba durmiendo. Los agentes lo encontraron tapado de sábanas en estado de descomposición.
La familia se había establecido en Girona a mediados de 2014, al parecer huyendo de la inseguridad en Estados Unidos y por motivos de salud, puesto que la madre y los tres niños sufrían asma. La sentencia no es firme y puede ser recurrida.