Ocurrió el fin de semana. Dos sujetos la atacaron cuando trotaba por el circuito aeróbico. La policía detuvo a uno de los agresores, un menor de 17 años. El adolescente llevaba precintos plásticos (de los que se utilizan para maniatar) y una bolsa de consorcio negra.
Una mujer de 37 años fue atacada salvajemente este fin de semana por dos sujetos que trataron de abusar sexualmente de ella, en la zona del Parque Sur de la ciudad de Santa Fe.
La víctima, cuya identidad será preservada, trotaba por el circuito aeróbico que rodea el lago, poco antes de las 21 del domingo, cuando fue sorprendida por los depravados.
La tomaron desprevenida, desde atrás, y la empujaron contra una zona de pastizales, cuando ya la noche había caído.
Amparados por la oscuridad, los delincuentes la arrastraron hasta cerca de un alambrado del Club El Quillá, a la altura de la cancha de hockey de esa institución.
Desesperada, la mujer trató de “conformar” a los atacantes con su celular y otras pertenencias, pero ellos tenían otras intenciones.
Se intensificaron entonces los forcejeos entre la víctima y los malvivientes, que trataban de arrancarle la ropa como sea mientras la manoseaban.
A pesar de la poca luz, la pelea fue vista por una joven que pasaba caminando y por un muchacho que se apresuró a dejar su bicicleta y correr en dirección a donde se escuchaban los gritos desgarradores.
Al darse cuenta de que ya habían sido descubiertos, los degenerados desistieron y comenzaron a correr en distintas direcciones.
Mientras algunas personas asistían a la mujer atacada, que estaba presa de una crisis nerviosa, el ciclista volvió a subirse a su vehículo y manejó lo más rápido que pudo hasta donde se veían las balizas de un patrullero.
La policía llegó minutos más tarde y, luego de un breve rastrillaje, afortunadamente pudo dar con uno de los agresores, un menor de edad de 17 años que fue esposado y trasladado a una celda.
Lo que los uniformados hallaron en su poder permiten suponer que el golpe no fue algo casual, sino que había sido meticulosamente preparado.
Es que el adolescente llevaba entre sus ropas precintos plásticos (de los que se utilizan para maniatar) y una bolsa de consorcio negra. Es escalofriante sólo imaginar lo que tenían pensado hacer.
La mujer realizó la denuncia correspondiente y la causa quedó en manos de la Justicia de Menores de nuestra ciudad. La policía continúa buscando al cómplice del arrestado.