Télam
Una mujer que integra el movimiento Madres de Pañuelos Negros en Tucumán, fue secuestrada y amenazada durante tres horas. A las bandas les molestó que las relacionaran con la muerte del padre Juan.
Télam
Una mujer que lucha contra las drogas e integra el movimiento Madres de Pañuelos Negros en Tucumán fue amenazada por tres hombres que la mantuvieron privada de la libertad durante al menos tres horas y sostuvo que a las bandas organizadas "les molestó mucho ser blanco de las denuncias del padre Juan (Viroche)".
"Siempre fuimos blanco de amenazas porque amamos a nuestros hijos y luchamos por ellos", dijo a Télam Elsa Juárez, quien el sábado último fue intimidada para que no siguiera denunciando a los narcotraficantes.
Además, la mujer rechazó la hipótesis del suicidio de Viroche (47) porque "el padre amaba la vida, le enseñaba amor y respeto a los niños", por lo que aseguró que para ella y desde su "posición de madre no se ahorcó".
La integrante del movimiento Madres de Pañuelos Negros contó a Télam que el sábado tres hombres la obligaron a subir a un auto y a circular durante tres horas mientras la amenazaban por su lucha contra los vendedores de droga en la zona este de la provincia, aunque aclaró que "ellos no son narcos grandes".
"Sabemos cómo se manejan porque hace más de quince años que conocemos la calle y aprendimos a diferenciar entre los grupos grandes de narcos y los que venden drogas al menudeo", explicó.
Según la mujer, a esos grupos "les molestó mucho ser blanco de las denuncias del padre Juan", quien había entablado una lucha contra los grupos dedicados a la venta de drogas y prostitución infantil en la zona de La Florida y cuyo cuerpo apareció sin vida la semana pasada.
De acuerdo a la denuncia de la mujer, el sábado salía de un ciber café, donde había imprimido los pasajes de ómnibus para viajar a la ciudad de Buenos Aires y dar una entrevista televisiva, cuando fue abordada por tres hombres que la obligaron a subir a un auto.
Los captores estaban encapuchados y la mantuvieron privada de su libertad durante tres horas en las que la amenazaron a ella y a su familia.
La víctima es una de las referentes de Madres de Pañuelos Negros, grupo que se creó en la Navidad de 2008 para combatir la venta de drogas y denunciar a todos los “transas” de La Costanera, barrio que se ubica en el límite de la capital tucumana y Banda del Río Salí.
El movimiento se formó luego del asesinato de Walter Santana (23), un joven que fue víctima de un "dealer" al que le había ido a pedir que le fiara una dosis de "paco" y como respuesta recibió un tiro en el pecho que le provocó la muerte porque ya le debía 10 pesos.
Según contaron sus integrantes, las Madres del Pañuelo Negro vieron morir a decenas de jóvenes que en algunos casos fueron víctimas de enfrentamientos por deudas, mientras que otros decidieron quitarse la vida por el desasosiego que les causaba la adicción a las drogas.
La lucha no se dedicó solamente a que los investigadores entraran a La Costanera, sino que también plantearon soluciones para los jóvenes habían caído en la delincuencia para conseguir el dinero que les permitiera drogarse.
La última aparición pública del grupo fue la semana pasada, en la marcha que se realizó por el esclarecimiento de la muerte de Viroche, donde denunciaron que el sacerdote había muerto por enfrentarse públicamente a los vendedores de drogas del este tucumano y volvieron a reclamar políticas que permitan desterrar este flagelo que afecta a muchos jóvenes en la provincia.