Disertó en la ciudad, en el marco de una jornada organizada por la agrupación El Frente, de Ciencias Económicas. Opinó que el gobierno se tiene que hacer cargo de las medidas que se tomaron en estos meses y que, desde el punto de vista institucional, político y económico, esta fue la transición más ordenada.
Disertó en la ciudad, en el marco de una jornada organizada por la agrupación El Frente, de Ciencias Económicas. Opinó que el gobierno se tiene que hacer cargo de las medidas que se tomaron en estos meses y que, desde el punto de vista institucional, político y económico, esta fue la transición más ordenada.
Nancy Balza
Silvina Batakis fue la primera ministra de Economía de la provincia de Buenos Aires, durante la gestión del ex gobernador Daniel Scioli (2011-2015). Esas dos condiciones, de mujer y economista al frente de las cuentas públicas del distrito más grande y complejo del país, estuvieron presentes en este diálogo con El Litoral, horas después de haber cerrado la Jornada de Economía de Género.
Licenciada en Economía, Máster en Finanzas Públicas de la UNLP, y con un doctorado en curso, Batakis abrió este diálogo con la misma idea con la que arrancó su conferencia del jueves 29 en el auditorio de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNL: “Hay una buena y una mala noticia. La buena noticia, si se quiere, es que en algún momento la paridad de género se va a igualar; esto significa que no habrá diferencias. Los antropólogos dicen que hoy estamos en una discusión atrasada respecto de lo que es el género y que va a llegar un momento en que no se hable de masculino y femenino, ni de trans. Pero para que superemos eso faltan 75 años en un promedio mundial; los países más desarrollados pueden llegar a igualarlo en 40 ó 50, pero en Latinoamérica será en 100. Y eso, si no se hace nada. Lo importante es hacer cosas para explicitar y poner en el tapete que ahora existe esta diferencia”.
Mientras tanto, la desigualdad es real y hasta medible. “Hay una frase de (Joseph) Stiglitz, el Premio Nobel de Economía, que dice que la desigualdad nos priva del talento de los pobres y yo digo que nos priva también del talento de las mujeres”, dice Batakis. Esa frase, que convirtió prácticamente en su lema personal, alude a la desigualdad de oportunidades y las diferencias en los salarios, por un lado, y por el otro a los niveles de pobreza y las tasas de desempleo que “le pegan” mucho más a las mujeres que al sector masculino. “Como ocurre con otros temas, cuando se empiezan a informar estos datos, se pueden desarrollar políticas. En este caso, es lo mismo: se tiene que empezar a explicitar la problemática de género para empezar a limar las desigualdades”.
—¿Cuáles son los principales obstáculos para que se logre esta igualdad?
—Primero, vivimos en una sociedad que culturalmente está armada de una forma que hace que la mujer se repliegue y no salga a buscar y a mostrar las capacidades que tiene. Creo que la Argentina es un caso particular: hay muchas mujeres en la política y en roles muy fuertes y también las hubo a nivel regional con (la destituida presidente de Brasil) Dilma Rousseff, al margen de que es una barbaridad lo que pasó y creo que pasó por el hecho de que haya sido una mujer. Que se haya visibilizado y verbalizado el problema hace que las mujeres se animen más, pero hay un montón de condicionantes que tienen que ver con la idiosincrasia de cada lugar, la cuestión psicológica y las oportunidades. Porque también sucede que cuando la pobreza aumenta y suben las tasas de desempleo, hay un acuerdo en la familia de que alguien tiene que hacer cosas en la casa porque no se puede cubrir de otra forma.
LA FOTO Y LA PELÍCULA
La economista estuvo miércoles y jueves en la ciudad, dedicada de lleno a la jornada a la que fue invitada y sin margen para desglosar en detalle el porcentaje de desocupados que un día antes había difundido el Indec, aunque sí al tanto de las cifras que ahora son oficiales.
—¿Le sorprendió el dato de pobreza?
—Es duro ver ese 32 %, pero es más preocupante que no haya políticas de parte del Estado que apunten a reducir el desempleo, que no haya políticas industriales y sociales. Eso me parece muy preocupante, porque no es solamente una foto de lo que está pasando. Hay que ver cómo es la película. Aspiro a que, al haberse conocido ese dato, el gobierno adopte medidas en consecuencia. De las decisiones que se tomaron en estos meses tiene que hacerse cargo este gobierno; fueron medidas que generaron tasas de desempleo y el achicamiento del bolsillo de quienes todavía tienen trabajo, que afectaron a la población y a la dinámica productiva social de la economía.
—¿Qué perspectivas analiza a futuro?
—Me preocupa porque en la película no veo que haya políticas que apunten a generar empleo de calidad. Éste no es un modelo de ajuste, es un modelo de transferencia: se transfirieron recursos de una población de ingresos bajos y medios hacia los sectores más concentrados porque cuando eliminás una retención agropecuaria, por ejemplo, al maíz, lo que sucede es que aumenta el precio del pollo y del cerdo. Por otra parte, si bien en el primer semestre creció la producción en el sector agropecuario, disminuyó el empleo en ese sector. Tenemos un campo muy eficiente, uno de los sectores más eficientes de la Argentina y el mundo, y necesitamos que nuestro campo se siga desarrollando. Pero necesitamos a un Estado que piense que el campo no nos resuelve los problemas de empleo, que piense en cómo vamos a incorporar la demografía, el crecimiento poblacional dentro de una matriz productiva que genere puestos de trabajo con estabilidad y calidad. Eso no lo genera ni el sector agropecuario ni el financiero, y hoy en el sector industrial no hay políticas para reactivar el empleo. El año que viene es un año político electoral y van a querer ganar las elecciones: ojalá que al menos por ese motivo decidan tomar medidas que vayan a favor de los laburantes.
“ÉSTA FUE LA MEJOR TRANSICIÓN” —¿Cómo analiza la situación en la provincia de Buenos Aires, de la que fue ministra de Economía? —La provincia de Buenos Aires es compleja, todas las provincias lo son. Son provincias heterogéneas en general porque tenemos estas ciudades que son enormes, con bolsones de pobreza muy concentrados en poco territorio, con problemas urbanos y rurales. Pero es una provincia que no hubiera podido salir a emitir en los primeros meses de gestión en los volúmenes en que se hizo si hubiese estado quebrada como se decía. Porque no tenés (tiempo) en marzo para exhibir las medidas que implementaste. Lo que exhibís es la trayectoria que tuvo la provincia y mostrás una solvencia fiscal que permite hacer una emisión de la magnitud que se hizo. La emisión más grande que habíamos hecho en nuestra gestión fue de 1.050 millones del dólares y este gobierno, en los primeros meses de gestión emitió 2.300 millones de dólares. Una entiende que la política es así pero respecto de la herencia en particular hay que contextualizar cómo han sido en la Argentina todas las transiciones en democracia, y claramente ésta fue la mejor transición política a nivel nacional y provincial. Recordemos la transición que hizo Raúl Alfonsín que institucionalmente no se pudo cumplir; la transición que hizo Menem con una crisis muy fuerte, la transición con De la Rúa. Institucional y políticamente, ésta fue la transición más ordenada de todas pero también en materia económica. Herencia era otra cosa. Sí, es cierto que en los últimos años el producto bruto no estaba creciendo a tasas que el país necesita para distribuir ingresos. Había que encontrar la forma de motorizar la economía, pero claramente no era una herencia negativa. De hecho, consultores neoliberales, que están más a la derecha que este gobierno, reconocen que hubo puntos positivos de la herencia, como por ejemplo el desendeudamiento que tuvieron la Argentina y las provincias.
+ información PARA SABER MÁS Información económica con perspectiva de género: http://w4000416.ferozo.com (Economía femini(s)ta) @EcoFeminita
"Cuando se observan las variables macroeconómicas de pobreza y desempleo, quiere decir que hay familias que la están pasando mal”. Silvina Batakis, Economista
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