Ignacio Andrés Amarillo
Malena Pichot, Charo López, Ana Carolina y Vanesa Strauch vuelven a Santa Fe con un show renovado. En exclusiva, le contaron a El Litoral sobre la dinámica de un humor diverso pero ideológicamente claro.
Ignacio Andrés Amarillo
Tras agotar localidades en el 2015, Malena Pichot, Charo López, Ana Carolina y Vanesa Strauch vuelven a Santa Fe con un show renovado de “Persona”, esta vez en el Centro Cultural Provincial Paco Urondo (Junín 2457). Las entradas desde $ 200 se adquieren en boletería del CCP y a través de www.santafeticket.com.
Antes de su regreso, El Litoral dialogó con López y Pichot para desmenuzar la química de estas cuatro personalidades.
Identidad
—Una de las cosas que resaltan del espectáculo es la unidad de sentido a través de los monólogos. ¿Cuánto hay de trabajado en eso y cuánto de confluencia ideológica natural?
Charo: —Es todo confluencia ideológica natural, porque nunca ensayamos el show. Es un show que por suerte se fue haciendo arriba del escenario, fuimos probando cosas nuevas las cuatro y lo que nos iba gustando, iba quedando.
Malena: —Todo de confluencia ideológica natural, si se puede hablar de ideología y de naturaleza. Ninguna se mete mucho con el monólogo de la otra. No hubo una intención de hablar un tema o una intención de hablar juntas porque nos llevamos muy bien y bueno, se dio la casualidad que, por supuesto, tenemos un monólogo feminista, pero sin planearlo.
—Uno de los motivos del título “Persona” era despegarse de la cuestión de ser mujeres. ¿Cuánto lograron romper el prejuicio de que es humor “lesbofeminazi” (hay gente que dice cosas así)?
Charo: —No sabía que la gente decía que era humor “lesbofeminazi”. Claramente, no hemos roto nada, porque si dicen que es humor “lesbofeminazi” todavía nos quedan kilómetros por recorrer. Yo creo que seguimos iguales, el término “feminazi”, esta verbalizado por una persona completamente ignorante que no tiene idea de lo que es el feminismo o lo que es el nazismo. Crearon una palabra completamente errónea y ridícula que anula completamente a una persona que está intentando hacer un insulto con eso. Nosotras no estamos tratando de matar a ningún judío en ningún momento.
Malena: —(Risas) No creo que queramos despegarnos de que la gente piense que es humor “lesbofeminazi”. Es humor “lesbofeminazi”, somos lesbianas y somos feministas. Digo somos lesbianas porque hay una lesbiana y no creemos en la sexualidad absoluta. No vamos a discutir con esa gente, porque yo quiero que esa gente piense eso de mí. Tengo muy claro que quiero que esa gente sea mi enemiga. No quiero convencer a esa gente de nada, una persona que me dice feminazi, es una persona que está perdida para siempre. La gente que nos viene a ver sabe qué viene a ver. Cuando cae mucha gente que no sabe, pero cae traída por otra persona (nunca cae uno solo de nada) quienes no comparten nuestra ideología suelen ser novios, que acompañan a sus novias y la pasan realmente mal.
—Vienen juntas con este proyecto desde el año pasado. ¿Cuánto influyen las demás en el momento de cada una?
Charo: —Sí, nos ayudamos, porque por lo general vamos escuchando el monólogo de la otra, no todas las funciones, pero colaboramos con lo que dice la otra, si se entiende, si no se entiende. Nos ayudamos entre las cuatro, pero en el vivo.
Malena: —Yo creo que ninguna influye. Lo que se tiene en cuenta es que como, justamente, todas pensamos muy parecido, tenemos cuidado de no repetirnos y de no repetir chistes, ninguna se mete demasiado, más que para un consejo o algo así. No hay un trabajo en equipo de sentarnos las cuatro a planear nuestros monólogos, es una parte individual. También lo que tiene el stand up es que se hace mucho en vivo. No es una obra de teatro, sino que se va a armando en cada función. Los chistes están todos pensados, pero muchas veces sucede que se te ocurre en el escenario y lo implementás para siempre.
Al borde
—Últimamente la realidad parece ir más rápido de lo que se puede escribir, y con cosas más borders. ¿Cuál es el desafío del humor en este tiempo?
Charo: —Me parece que el desafío actual es ser fiel a lo que uno piensa, sin pensar en la consecuencia de que me vaya a poner dinero un sponsor o que venga una marca a ayudarme con el show. Eso es como más revolucionario me parece.
Malena: —Yo creo que el desafío del humor o de los comediantes (porque no es lo mismo hacer chistes con tus amigos que dedicarte a esto y tener un público y una audiencia que está pendiente de lo que decís) es tener la valentía de renunciar al goce de querer aniquilar lo diferente. Tener la valentía de dejar de reírte de la minoría, que es lo que la hegemonía hace históricamente y en la Argentina se ha hecho históricamente, porque tenemos, a mi entender, popularmente una muy baja cultura del humor, no hay cosas geniales en nuestro país como se cree. Todos los grandes comediantes siempre se están riendo de los homosexuales, o de las mujeres, o de los retrasados mentales.
—¿Hay algo con lo que no se animen a hacer humor, o que digan “por ahí no es el momento”?
Charo: —No, todavía no me pasó. Hay cosas que todavía me da un poquito de miedo probarlas, pero las voy probando de a poco a ver hasta dónde se puede y hasta dónde no. Quizás con algunos chistes de violación, si hay un tema que está muy candente, como fue en el caso Melina. Hay momentos que están más sensibles y tenés que tener más cuidado. A Vane le paso que tenía un chiste con Cinthia Fernández y justo, ella (Cinthia) tuvo un caso de acoso, entonces lo tuvo que sacar.
Malena: —Hay una falsa idea de que ser zarpado es ser valiente e inteligente y en realidad es lo más fácil de hacer, simplemente tenés que tocar los temas sensibles, ya está. Es re fácil ser zarpado. No tengo temas que digo: “Quisiera hablar de esto pero no me animo”, porque tenés que pensar un poco el objetivo, qué tenés ganas de decir, el encare es por otro lado. Lo primero que pienso es: “Me gustaría hablar de esto, cómo hago para hablar de esto”. Tocar temas sensibles en la sociedad, solo por ser zarpada, no tiene sentido. Es lo que hacen todas las cuentas sin nombre. Es fácil, no es inteligente.
Audiencias
—Ha pasado en Santa Fe mismo que por ahí alguien del público le contesta a alguna algo fuerte (y las demás salieron a bancar la parada). ¿Cuánto de riesgo hay cuando se hace un humor tan al límite?
Charo: —Sí, a mí me pasó en Santa Fe que me gritaron “forra”. Estuvo bueno, yo reaccioné, pude contestar con sinceridad lo que pensaba en el momento. Después recibí muchos mensajes en Facebook de gente que había estado en ese show.
Malena: —Yo trato de evitar hablar con el público, porque no me divierte mucho. Antes lo hacía, pero ya no, porque pueden pasar baches horribles que después es re difícil volver. Pero cuando pasa eso de que gritan cosas, es parte de hacer stand up, está en tu habilidad al responder, igual pasa muy poco. Tiene que darse un contexto muy específico para que alguien se anime, como cuando a Charo le gritaron “forra” en Santa Fe, eso había sido un día antes de las elecciones y ella hizo un chiste con Macri. También pasa que la gente que te va a ver, te quiere. No es una preocupación.
—¿Qué cosas les ha sorprendido de la respuesta del público? En el sentido de que se rían de algo que no le tenían tanta fe, o viceversa.
Charo: —Lo que más nos llama la atención es cuando vienen a vernos personas que nosotras conocemos y después nos cuentan la reacción del público, de la gente que tenían alrededor. Nosotras no tenemos acceso a eso.
Malena: —Que se rían de una parte que no esperaba, no. Que algo que me parecía que iba a funcionar, no funcionó, sí pasa, pero bueno, lo sacás. Eso es lo que tiene de diferente con una obra de teatro, tenés que ir probando todo en vivo a ver cómo funciona más.
—¿De qué se ríen ustedes hoy?
Charo: —De todo. Nos reímos mucho. Nos reímos de pavadas. No todo el tiempo estamos hablando de cambiar el mundo. Vemos también videos de perros y nos reímos mucho.
Malena: —De cualquier cosa nos reímos. Todo el tiempo nos reímos y no entendemos a la gente que no hace chistes todo el tiempo. Yo me río muy fácil.