Enrique Cruz (h)
Bruno y Mauro estuvieron en ‘Café con Fútbol’, contaron anécdotas de cuando eran chicos y hablaron de este Unión que los tiene como protagonistas.
Enrique Cruz (h)
Parecen mellizos pero no lo son. Se llevan un año y medio de diferencia. Bruno ya tiene 23 años y Mauro 22. El primero en aparecer fue Bruno, a quien el destino lo puso en un sitial de privilegio porque formó parte de una lista preliminar que armó Martino, en su momento, para los Juegos Olímpicos. Mauro vino después, pero llegó para quedarse.
Madelón lo llevó de a poco y hoy está haciendo las cosas suficientemente bien, como para que la ausencia de Mauricio Martínez no se sienta tanto. Los hermanos Pittón revalidaron lo que en alguna oportunidad se dio con Carlos y Hugo López o con Gustavo y Fernando Brandt, por nombrar sólo algunos ejemplos. Bruno sufrió una lesión que momentáneamente lo postergó, aunque ya recuperado, seguramente le peleará la titularidad a Nahuel Zárate o quizás Madelón lo esté preparando para jugar en la zona de volantes. Mauro fue alternando y ahora se quedó con el puesto de doble cinco. Ya en el verano amenazaba con algunas producciones interesantes en los amistosos, aprovechó la oportunidad y es el jugador en el que Madelón confió para darle la responsabilidad de sustituir a uno de los grandes valores que tuvo el equipo en el torneo pasado.
—¿Se establecieron objetivos, ahora que están avanzando en la Copa Argentina?
—Mauro: Lo del sábado fue muy importante, por la jerarquía del rival y nos sirve mucho en lo anímico. Si seguimos en la Copa, tendremos empuje en el torneo.
—Bruno: Hoy es partido a partido. Sabemos que Unión necesita sumar siempre en el torneo, y en esta instancia de Copa, uno se ilusiona. Hay que mantener la calma y seguir así. Jugando cada partido como si fuese el último, seguramente tendremos la chance de seguir bien en el torneo y continuar creciendo en la Copa.
—¿Ayuda la continuidad, no sólo del técnico sino de muchos de ustedes?
—Bruno: Desde hace bastante que la base se mantiene, si bien se fueron Nacho Malcorra, “Mauri” Martínez y Claudio Riaño, la base sigue siendo la misma y el grupo está unido. Pasamos momentos complicados.
—¿Más cómodo de “3” que de volante por izquierda?
—Bruno: Me siento cómodo en las dos posiciones. Donde el técnico y mis compañeros crean que rindo, estoy preparado para jugar.
—¿Se peleaban mucho de chicos?
—Mauro: No peleábamos mucho, pero si había alguna rosca, él era más grande y tenía mucha fuerza.
—Bruno: En algún entrenamiento todavía le doy alguna patada... Pero él también me pega.
—Mauro: Cuando jugamos en equipos diferentes puede haber algún roce, pero además de hermanos somos compañeros en el plantel y no podemos lastimarnos.
—¿Te va a costar recuperar la titularidad?
—Bruno: Por suerte pudimos entrar bien en el equipo, eso tiene mucho que ver con los compañeros, que nos ayudaron mucho. En mi caso, por lesión, estoy afuera. Nahuel Zárate lo está haciendo muy bien y aprendo mucho de él.
—En el verano, cuando se hablaba de la venta de Mauricio Martínez pero a Independiente, Madelón ya decía que el reemplazante eras vos, Mauro...
—Mauro: Desde que nos subió al plantel, Leo nos dio confianza y nos llevó de a poco. A mí me tocó entrar en las últimas ocho o nueve fechas del torneo pasado y Leo me dio toda la seguridad para responderle.
—Y papá Pittón, ¿opina?
—Bruno: No tanto, porque él se dedicó a jugar al rugby. Tanto papá como mamá nos apoyaron siempre y desde chicos, pero a la hora de corregir cosas se mantienen al margen.
—¿Cómo ves aquello de la Selección, hoy a la distancia?
—Fue un orgullo increíble. Leo me había dicho que existía la posibilidad y sinceramente no le creía. Cuando me llegó el llamado se lo comenté a él y al resto de mi familia y no lo podía creer. Me sentía lejos, pero no por la calidad futbolística sino porque mi trayectoria era muy cortita. Hasta que me lo dijeron no lo podía creer. Los dirigentes de Unión fueron los que me dieron la noticia.
—¿A quiénes admiran en sus puestos?
—Mauro: Me gusta mucho Kranevitter y siempre lo miré a Xabi cuando jugaba en los mejores tiempos de Barcelona.
—Bruno: a mí me gusta Alaba, el del Bayern Munich, y acá lo miraba mucho a Vangioni cuando jugaba en River.
—¿Qué sentiste, Bruno, cuando le marcaste el gol a Racing?
—Bruno: En el festejo se vé perfecto que no sabía qué hacer. Con la euforia que uno sale después de ver que la pelota entra y mirar a la hinchada que se caía en la tribuna, es algo inexplicable, increíble. Además era el 1 a 1, o sea que fue un gol importante por más que luego lo perdimos por goleada.
—¿Podés jugar de “5” solo, Mauro?
—Mauro: No tengo problemas. Siempre jugué de volante en cualquiera de las cuatro posiciones del mediocampo. Con Nelson Acevedo nos vamos conociendo cada vez más y hacemos lo que el técnico nos pide, que cuando uno se suelte el otro lo respalde y que juguemos uno de cada lado. Y después, dársela a Martín Rolle.
—¿Qué es lo que más te cuesta?
—Mauro: El pase entre líneas, algo que hace muy bien Rolle y también Nelson. Leo nos pide mucho a los dos volantes retrasados, que lleguemos al borde del área porque puede quedar algún rebote para pegarle de afuera. El gol de volante vale, nos dice.
—¿Cómo imaginás un gol tuyo?
—Mauro: De varias formas, siempre me lo estoy imaginando. Puede darse con un centro atrás, de esa forma lo veo factible.
—Y a vos, Bruno, ¿qué te pide?
—A nosotros nos da libertad. Como mi característica es ofensiva no me dice que vaya por afuera o por adentro. El año pasado con Nacho alternábamos. Yo veía cómo se paraba él y ahí decidía yo. Si Nacho metía la diagonal, buscaba por afuera. O viceversa.
—¿Cuáles son los entrenadores que más los marcaron, sacando a Madelón?
—Bruno: El más importante fue el Pelado Centurión. Juampi Pumpido me puso un par de partidos de titular, pero con el Pelado, en la primera de la Liga, jugué todo el torneo de 3 y aprendí mucho.
—Mauro: De todos se aprende, pero el que más me ayudó fue Juan Pablo Pumpido, lo tuve tres o cuatro años, me fortaleció mucho mentalmente, me hizo reaccionar en varios aspectos que no me daba cuenta y que eran importantes. En inferiores jugaba de volante por derecha o interno, pero con libertad para soltarme. De enganche lo hice en algún que otro partido, pero la realidad es que me moví bastante en los puestos del mediocampo.
Los hermanos Pittón, dos chicos que llegaron a Primera con la marca registrada de Unión sobre sus pechos y dispuestos a triunfar. Son el orgullo, no sólo de su familia, sino de todo Unión que reconoce la entrega y la calidad de dos pibes que todavía no llegaron a su techo.