Ivana Fux
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La audiencia la pidió el propio gobernador. El Jefe de Gabinete volvió a pedir que se limiten las críticas. También participó la diputada Alicia Ciciliani. “El que no entendió lo que pasó con esa movilización está en otra sintonía”, admitió la legisladora.
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Tras la conmovedora marcha de miles de rosarinos clamando seguridad y justicia la semana pasada, el gobierno provincial parece haber comprendido que la agenda no puede ser otra que la que tenga ambos tópicos como temas excluyentes. No hay lugar para discusiones electorales anticipadas, para intentos de reformas ni para enfrentamientos discursivos sobre todo con aquellos a quienes después se recurre pidiendo auxilio. Por eso, el propio gobernador solicitó una reunión con el Jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña, para recomponer la relación política, y ambos se reunieron ayer en Buenos Aires. No estuvieron solos; a Peña lo acompañó el vice ministro del Interior, Sebastián García De Luca; y al gobernador, la diputada nacional Alicia Ciciliani.
“Fue una muy buena reunión -dijo la legisladora esta mañana a El Litoral-. Fue una reunión de análisis de la relación Nación-provincia, para darle un marco político”. Ciciliani fue invitada por el propio Lifschitz, con el convencimiento de que la relación de confianza que intentarán construir las partes también debe tener su correlato en el Congreso de la Nación. “El congreso es un ámbito político importante hoy en la Argentina -dijo la diputada-. El Congreso dejó de ser la escribanía (del Poder Ejecutivo), y ahora la aprobación de leyes requiere del acuerdo de todos, por más pequeño que sea el bloque”.
Sin agresión
Ciciliani admitió que los temas de estado, como la seguridad, deben excluir “cualquier discusión política y electoral”, y contó que el Jefe de Gabinete dejó en claro cuáles son las actitudes que “molestan” al presidente.
“Peña reiteró que lo que le molesta al gobierno nacional es el tipo de críticas que no se condicen con una idea o en las que hay descalificaciones personales. A nosotros eso también nos molesta -advirtió-, entonces, el acuerdo es que cuando haya un proyecto, se discuta sobre la base de las ideas y no de las cualidades personales de quien las enuncia”.
Para Ciciliani, tras la movilización en Rosario, no hay margen para ningún tipo de especulación, y admitió que es necesaria una cuota de autocrítica. “Fue contundente -dijo-. El que no entendió lo que pasó está en otra sintonía”. Y a modo de ejemplo, recordó que la misma semana en la que se gestaba la marcha, “el Frente Progresista discutía a quién habíamos votado en el 83, si íbamos con Cambiemos o no sé que otra cosa... Pero la sociedad fue contundente -enfatizó-; no dijo que ‘se vayan todos’, dijo ‘hagan algo’. Y lo dijo a los tres poderes del estado porque las responsabilidades son compartidas”.
La legisladora se mostró esperanzada en que a partir de ahora, “el clima político va a cambiar. Y las cuestiones electorales -recomendó- deberán atenderse a partir de febrero o marzo del año que viene. Entonces, cada uno irá donde se sienta cómodo y que gane el que saque más votos”.
“Creo que (con Peña) hubo un diálogo sincero. Yo confío en Lifschitz, porque es de pocas palabras pero muy reflexivo y de acción. Tiene el tipo de liderazgo que la gente está esperando. Podemos cambiar el chip y la cultura política”, afirmó.