Darío Pignata
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Hay que traer DT nuevo, pero también asoman decisiones de fondo: bajas confirmadas, refuerzos y posibles ventas de Conti o Poblete. Se trata de refundar al equipo en todo sentido.
Darío Pignata
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El desgobierno del Mundo Colón en los últimos tiempos llevó a consumir horas enteras de radio, minutos de TV y páginas de diario hablando de la crisis institucional y cabaret dirigencial pero muy poco de fútbol profesional, que es el corazón de este club tan pasional para los santafesinos.
No quedan dudas de que si algo hizo Colón de manera sostenida en los dos últimos campeonatos, fue descuidar lo más sagrado que tiene, que es el equipo que juega a la pelota. Un solo dato lo refleja claramente desde la estadística: en un sistema de competencia donde ganar permite sumar de a tres unidades, hay dos asteriscos que hacen ruido:
— En la temporada 2015, donde se disputaron 30 partidos, fue el equipo que más empató en el fútbol argentino con 13 igualdades
— En la actual temporada 2016 de dos zonas, con 16 partidos, está entre los tres equipos que más partidos perdió: 9 junto a Olimpo y sólo dos menos que Rafaela
Con un 37.78 por ciento de rendimiento en un torneo y con un 35 por ciento de sumatoria en el otro, el promedio se cayó a pedazos peor que la Virgen de Lerche. Por eso Colón arranca complicado con el descenso: en un formato de competencia donde supuestamente se respetarán los cuatro que bajan, se arrancará la temporada por encima del que ascienda (Talleres de Córdoba seguramente) y sólo cinco equipos: Quilmes, Rafaela, Termperley, Olimpo y Sarmiento de Junín. De ese lote, descenderán cuatro. Para tener una idea de los que suman y dividen igual: Colón arranca cuatro puntos arriba de Sarmiento y cinco puntos por encima de Temperley.
“Quedamos al borde del precipicio deportivo”, reconocía el otro día el ex presidente y ahora candidato a presidente José Néstor Vignatti.
Refundar el equipo
Está más que claro que en el contexto de una campaña donde Colón perdió los dos clásicos y quedó eliminado de la Copa Argentina por Almagro, no hay nada para rescatar. Se jugaron 16 partidos, con apenas cinco alegrías, dos empates y nueve dolorosas derrotas. La ubicación final fue 22 entre 30 equipos y apenas una efectividad del 35 por ciento.
¿Quiénes se salvan del incendio generalizado?: los restos del “Flaco” Conti en el fondo, la vergüenza deportiva de Poblete, la dignidad del “Polaco” Bastía y hay que parar de contar. Lejos, claro está, quedó aquel inicio arrollador de Alan Ruiz a puro gol.
Los contratos que llegan a su fin son los del zaguero paraguayo Ismael Benegas, el delantero (?) Pablo Vegetti, el abandonado Lucas León Landa y un innecesariamente caro Víctor Figueroa.
Hay dos casos que son, por llamarlo de alguna manera, excepcionales: como no había presupuesto en el Órgano Fiduciario, el “Polaco” Bastía firmó sólo por seis meses, con lo cual está vencido, pero la idea es renovar.
La otra salvedad se llama Mauricio Sperduti, cuyo vínculo se termina ahora el 30 de junio y es pretendido por Gimnasia de La Plata, casualmente el último club que enfrentó, donde está Gustavo Alfaro como entrenador. Es un secreto a voces que “Lechuga” lo quiere porque lo dirigió en Arsenal, lo conoce y cree que le puede servir con la camiseta del “Lobo”.
El tridente más caro
Hay tres jugadores que aparecen con un gran signo de interrogación en Colón, gane quien gane las elecciones y son de los contratos más altos del actual plantel: el arquero “Fatura” Broun, el defensor Clemente Rodríguez y el todocampista Pablo Ledesma.
En el caso del “1” hay una sensación de ciclo desgastado con la gente, el rapado lateral vivió lesionado sin jugar siquiera la mitad de los minutos del equipo y en el caso del amigo de Riquelme —está claro que no tiene con quién jugar a la pelota— ya cansaron sus desplantes en campo adentro del vestuario, primero con Franco y después con Johansen.
Son tres contratos muy altos: a Broun y Clemente le quedan un año más; a Ledesma —el más caro de todos— le queda más de un año. El arquero suena fuerte en Gimnasia, Clemente admitió que le gustaría terminar en Los Andes y de Ledesma no se sabe nada porque no habla.
Hay sectores puntuales de la cancha, donde los futbolistas quedaron todos arruinados. El más patético de todos, el de lateral por derecha. Suponer que Cuevas, Castillo o Villafañe tengan chances de arrancar como titulares en Colón es como imaginar que vuelva Alan Ruiz con la “10”.
La misma vidriera
Hace seis meses —antes de arrancar la competencia— “sonaban” dos jugadores de manera ruidosa para una posible transferencia en el horizonte sabalero: Germán Conti y el “Indio” Poblete. El fútbol sorprendió con un inicio imparable de Alan Ruiz y Colón al fin de cuentas —hermosas cuentas dicho sea de paso— lo terminó vendiendo a Portugal al ex San Lorenzo y Gremio de Porto Alegre.
Si Conti y Poblete siguen en Colón, hay dos columnas interesantes para apoyar la refundación del equipo 2016/2017. Pero si alguno de los dos es transferido, la vacante deberá ser cubierta sí o sí con jerarquía.
Hoy por hoy el mapa de la exigencia mínima marca que habrá que buscar un arquero titular si se va “Fatura”; dos laterales; dos marcadores centrales; un par de volantes y dos delanteros. Se debe advertir que estamos hablando de jugadores “puestos” que vengan para ser titulares y no relleno. El relleno es otra cosa y también preocupa.
Sólo Cristo sabe qué será a futuro de la vida de los Palomeque, Mazurek, Lagos o Silva por nombrar a algunos de la legión que fundaron la agrupación “Refuerzos que no refuerzan”. Lo saco de este paquete a Iberbia. Y no da ni para incluirlo a Biglieri que vino únicamente a conocer “El Quincho de Chiquito” a Santa Fe.
Vignatti, Hilbert, Magdalena, Abraham o Sala deberán acertar en la contratación de un entrenador que llegue dispuesto a un primer y único acto laboral: armar un rompecabezas llamado Colón.
El nuevo presidente de Colón deberá saber desde el 13 de junio, que la Biblia Sabalera tiene de ahora en más un Nuevo Testamento:
— 1) Cada vez hay menos paciencia de la gente y acá no hablo de los 5.000 socios que voten de los 11.000 habilitados en el padrón el domingo 12 de junio. Hablo de los varios miles que que van a la cancha.
— 2) Cada vez hay menos margen en el promedio del descenso para andar cometiendo errores en la elección del DT y de los jugadores que lleguen para cambiar la pobre imágen de los últimos dos campeonatos.
Creer que Leguizamón, Sandoval u otro chico interesante de inferiores pueden ser la solución es equivocar el análisis. En el mejor de los casos, pueden acompañar. El manual de instrucción para casos como el de Colón marca claramente que no es conveniente dejar en manos de chicos los problemas que deben resolver los grandes.
12 triunfos en 46 partidos
Si se suman las dos últimas campañas —2015 completa y el certamen express 2016—, Colón puso en juego 138 puntos en un total de 46 partidos.
La estadística marca que apenas logró ganar en este tiempo 12 juegos: fueron 7 el año pasado y 5 ahora. Los empates fueron 15 y la cantidad de derrotas llegaron hasta la preocupante marca de 19.
Ese es el dato que alarma en un ciento por ciento, porque lo deja “colgado” a Colón con esos 51 puntos en 46 partidos de las últimas dos tablas que se toman como referencia.
Aclaración
En nuestra edición de ayer se deslizó un error respecto de las impugnaciones que se presentaron a la lista que encabeza José Vignatti. Puntualmente, las de Vignatti y Darrás fueron presentadas por José Luis De Sanctis, en tanto que la impugnación a Daniel Píccoli fue de Gustavo Abraham, quien encabeza la lista Movimiento Amplio Sabalero.